Me he dado cuenta de que nos cuesta menos ser positivos y optimistas dentro de las redes sociales digitales que en las de carne y hueso.
Cada vez que abro mi perfil en el facebook me encuentro muchos mensajes llenos de esperanza y de buenos deseos , algunos de ellos muy simpáticos, otros más sosos, otros tiran del humor (lo cual me gusta) y otros apelan a los sentimientos más profundos.
Realmente transmite muy buena energía muchas veces, pero estaba yo ahora pensando en por qué nos cuesta tanto encontrar estas actitudes en nuestras relaciones cotidianas actuales? Porque cuando pregunto a alguien cómo está es más probable que conteste con un “ aquí luchando …” ( me incluyo en este tipo) o “la cosa está fatal” y no con un “confía en ti mismo/a “ o “lucha por tus sueños..”
En fin, quizá realmente no sea tan fácil.