En Semana Santa me fui a la playa con mi hermana. Nos apeteció pillarnos un helado en un puestito del paseo. «¡ Y ahora la angustia de pensar qué helado me compro!«, decía ella con auténtico nerviosismo. Yo me reía, pero luego me hizo pensar: realmente todos los sabores parecían exquisitos y apetecibles. Y como no puedes elegirlos todos, quedarte con uno ya te obligaba a perder la oportunidad todos los demás.
Hoy la vida es en parte más estresante que antes porque tenemos muchas más opciones entre las que escoger: al elegir productos , estudios, pareja,… se nos abre ante nosotros un mar de diferentes posibilidades, y además muchas veces inlcuso podemos cambiar de opción en cualquier momento.¿ Las consencuencias de cada decisión ?No las conocemos antes de tomarla. No siempre tenemos toda la información que necesitamos, aunque lo parezca. ¿Y si me estoy equivocando y debía haber tomado otro camino?¿A dónde me habrían conducido los demás?¿Qué me estoy perdiendo?
La falta de respuesta a estas preguntas nos genera ansiedad, mayor cuanto más importante es para nosotros esa decisión.
Encima nos encontramos con personas que aparentemente ahorran más que nosotros porque tienen una compañía telefónica diferente, gente que tiene un trabajo «mejor» que el nuestro ( o tienen trabajo) y que resulta que estudiaron otra cosa, … y nosotros/as automáticamente nos arrepentimos de haber escogido nuestra carrera o nuestro teléfono en su momento, sin una reflexión previa sobre lo que nos han aportado y nos aportan ahora y olvidándonos de que si tomamos entonces esas deciciones fue por algo.
Éste es el precio que pagamos por la libertad, porque nos dejen elegir.
Y luego está la actitud con que nos enfrentamos al momento de elegir: hay personas que colocan muy alto sus expectativas: sólo estarán satisfechas cuando encuentren la camisa «perfecta» para ellas. Y otras a las que les da tanto miedo elegir que retrasan y retrasan la toma de decisiones, sin perder ni ganar nada, pero quedándose estancados en el mismo sitio.
Lo único que está demostrado es que superado el mayor tramo del ciclo vital las personas en general
no se arrepienten de aquello que hicieron y les salió mal sino de todo aquello que les hubiese hacer … y finalmente no hicieron.
You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 You can leave a response, or trackback.
Leave a Reply