A veces cuando no estamos seguros de si hemos tomado una buena decisión nos sentimos ansiosos, inseguros, preocupados,…No estamos realmente convencido/as de si hemos tomado  nosotros  esa decisión , de cuánto hemos  valorado las consecuencias que puede tener y de si es realmente lo que nosotros  queremos  hacer.

No siempre  necesitamos dar una respuesta inmediatamente, es decir , podemos retrasar un poco ese momento para reflexionar y llevar a cabo nuestro plan de toma de decisiones.

Vamos a explicar en sencillos pasos cómo se toma una decisión con seguridad , de forma autónoma  ( sin necesidad de contar con nadie )y responsable (sabiendo las consecuencias que podemos esperar) :

 

ADA PRIETO – 28-11-2013

El otro día trataba de llamarle la atención a mi sobrino : «…o comes, o te apago la tele!» Y recordé que esa «amenaza» tal cual me la hacía mi madre a mí cuando me distraía a la hora de comer…Me salió natural, sin pensarlo y pensé que se me había quedado grabada desde hacía tiempo.

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Dentro de la familia no sólo se aprende a hablar , caminar, comportarse , sino que también aprendemos cuáles son nuestras responsabilidades, qué es el amor, qué es la lealtad y cuáles son nuestros valores. Aprendemos formas de relacionarnos y comunicarnos  con los demás , desde la dominación, desde la solidaridad, desde el apego,… bien imitando lo que vemos o aprendendiendo de los premios o castigos que vemos que reciben los que nos rodean.

La influencia de lo que traemos «de casa»  va mucho más allá de lo que imaginamos: en personas adultas, de treinta o cuarenta años , se repiten patrones y actitudes  que aplicaban sus padres y que habían observado de pequeños : el victimismo, la indiferencia, la dependencia, la colaboración,…

Esto sucede así porque la huella  familiar se cuela sin que nos demos cuenta, pensamos que crecemos, maduramos y cambiamos, pero la «marca «sigue ahí . Hasta que los hacemos conscientes  y somos capaces de salir de nosotros mismos, observarnos desde fuera y comparar lo que hacemos y sentimos nosotros con lo veíamos que hacían, sentían, y pensaban nuestros padres o personas de referencia.

Las creencias sobre el éxito, la ayuda, la amistad,la muerte, la vida, si hay que fiarse o no de otras personas, el control que tenemos sobre las cosas que pasan, y sobre nuestras propias capacidades son grabadas por esa cultura familiar  en nuestro disco duro y desde ahí condicionan el comportamiento y nuestras relaciones, o esperan latentes a que aparezca la oportunidad  apropiada.

Dentro de la familia aprendemos cosas que serán muy útiles para nuestra vida y que nos ayudarán a ser felices, pero también hay otras que en algún momento necesitaremos desaprender. Me gusta pensar que los padres se comportan lo mejor que pueden y que saben hacerlo, pero, como personas que son, también cometen errores. No pasa nada por reconocerlo. Y no estamos condenados a repetir los mismos errores aunque hayamos aprendido que esa es la forma en que tenemos que comportarnos, hacer o sentir, porque no es la única opción, sino aquella que hemos aprendido.

INMA PONCE – 21-11-2013 (1)

El estado de ánimo es realmente variable. Discretos estímulos pueden hacernos reír o llorar en  cuestión de segundos, si  bien también depende del nivel de sensibilidad de cada persona.

A veces es uno de los canales más directos hacia las emociones es el auditivo. Los matices sonoros  de una frase, el sonido de una llamada de teléfono o un timbre son suficientes para sorprendernos , ponernos nerviosos/as , alegrarnos o deprimirnos.
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Hay una asociación entre un sonido  y una expectativa, un recuerdo o un miedo.

La música por sí misma tiene un gran potencial para evocar estados emocionales y dirigir la energía . Bien sea por sí misma, por el ritmo o por el contenido de la letra : optimista, derrotista , sugerente ,… Los/as niños/as ( por cierto hoy es el Día Internacional del Niño/a ) aprenden enseguida instrucciones a través del ritmo o el tono de la música : cuándo relajarse, moverse , u observar.

Del mismo modo que los olores, hay canciones que nos transportan a épocas o  momentos diferentes de nuestra vida, no porque sepamos que pertenecen a ese período musical, sino porque se han almacenado en nuestra memoria dentro del pack canción+situación o escena ( sitio en el que estábamos , personas que nos acompañaban, …) + emoción de ese momento+otros estímulos ( olores, temperatura, luz,...) Desde que recuperamos uno de los componentes del pack vienen enseguida todos los demás.

En mi opinión, hay que utilizar  la música como un recurso que esté de nuestra parte. Quedarnos con canciones con cuyo mensaje nos identifiquemos realmente. Si estamos alegres, que lo celebre con nosotros/as, si estamos tristes, que sea música  no nos deprima aún más, sino que nos acompañe, como un/a  amigo/a.

La música es movimiento y el movimiento es vida.

El estado de ánimo puede entenderse como una tendencia a la acción, como el nivel de energía con el que contamos en un determinado momento para hacer o pensar en asuntos o acciones.

Necesitamos un ánimo , una energía suficiente como para implicarnos en tareas, en proyectos, … que nos aporten satisfacción y que cubran nuestras necesidades .

En la siguiente entrevista sugerimos algunos cambios que podemos incorporar a nuestra  vida para sentirnos mejor:

 

Ada prieto – 14-11-2013

Me pasa  muchas veces como a  muchos/as compañeros/as de profesión : la gente de tu entorno ( familia, amigos), saben que eres psicólogo/a y por tanto esperan que por ello seas más paciente, más amable, que no te enfades o que siempre estás dispuesto/a a ofrecer consejo.

Primero decir que la formación en Psicología aporta una serie de técnicas ,conocimientos y actitudes para aplicar dentro del contexto de un tratamiento, tal y como los cirujanos aprenden a operar una rodilla. Pero ello que implica necesariamente que sus rodillas estén sanas.rodilla

Antes que profesionales , hemos sido personas tales y como otras, arrastrando nuestras experiencias , dificultades , relaciones y demás trabas que son lo que forman la personalidad.

Porque la personalidad no la determina pertenecer a un colectivo profesional determinado . Si acaso esto puede influir sobre la visión de las cosas, de los demás, de las situaciones y tampoco siempre ocurre así. Y además cada uno/a lo integra a su manera. Ante un determinado problema o conflicto enla vida cotidina, hay compañeros/as  que tienden a hacer más hincapié en la responsabilidad, personas que se fijan más en las emociones que probablemente experimenta alguien o hay quien observa con más detenimiento los efectos y las consecuencias, dependiendo de su cómo entiendan su trabajo.

En este sentido a veces los propios  profesionales nuestros peores enemigos : nos ponemos un listón muy alto y nos esforzamos por dar las respuestas asertivas o adecuadas  en cada momento y si no lo conseguimos nos culpabilizamos por ello, e incluso esto puede llevarte a sentir que eres peor profesional o que no te lo tomas demasiado en serio.

Desde mi punto de vista el rol no te hace de por sí controlar mejor lo que sientes , lo que dices o lo que haces. Simplemente y según el caso puede ayudarte a darte cuenta que lo que estás sintiendo está ahí, y de cómo te puede estar afectando. Esto lo entrenamos más que nada para poder separar los prejuicios y todo aquello que nos revuelven las personas con las que trabajamos de la auténtica terapia, porque no si no no podríamos ser obejtivos/as y se perfería la eficacia.

A fin de cuentas : si tienen amigos o familiares que pertenezcan al gremio, no esperen que,  al cerrar la puerta del despacho o al salir de su trabajo ,su comportamiento sea diferente al de cualquier otra persona, ni les reprochen que ésto no sea así ( se pueden enfadar mucho): tienen el mismo derecho a comportarse en ocasiones como personas inmaduras, egoístas, pasivas,  celosas, caprichosas o vulnerables . Y el que un amigo o conocido  les proporcionen o no un consejo «como psicólogo/a» dependerá de si él o ella considera que ha terminado o no su jornada laboral.

El otro día me desperté muy ofuscada en un asunto. Necesitaba resolver un problema y para mí no que no habían respuestas suficientes. Sólo cuando llegamos a la conciencia de aturdimiento total hacemos cosas diferentes, casi a la desesperada. En este caso, a las ocho de la mañana de un lunes cogí el coche y empecé a conducir. Lejos.Acabé en el Sur de la isla (total ¿por qué no?), donde el ambiente , cosmopolita  y despejado , es bastante diferente a la zona donde generalmente trabajo.
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No quiero decir que en cuanto llegué se me encendiera la bombilla como por arte de magia, pero el cambiar de contexto sí que ayuda al menos a tomar nuevas referencias, a abrir la mente y a buscar nuevas formas de ver las cosas . No hay que olvidar que lo que estamos mirando en ese momento , mientras pensamos, mientras caminamos, es algo diferente a lo habitual, además que en las zonas abiertas el cerebro se oxigena mejor . A relativizar la importancia, flexibilizar límites, a relajarnos también.

Al fin y al cabo funcionamos más automáticamente de lo que creemos, nuestra mente aplica continuamente asociaciones. Si en un espacio determinado pensamos, planificamos, funcionamos bajo unos límites , acabamos condicionados por éstos desde que  entramos por la puerta: las mismas preocupaciones, las mimas presiones :  el tiempo, el dinero, el contar con otros, las normas,…).

En un sitio diferente, con otra luz, otra temperatura, ejerciendo nuestra libertad de estar en el sitio que elegimos en ese momento, quizá nos damos cuenta de que aquello en lo que pensamos no hay necesariamente que hacerlo ahora , se puede hacer de otra manera, o no es tan importante conseguirlo… Luego vuelvo al trabajo con una dirección quizá diferente .

La libertad del momento presente se extiende a lo que estoy creando, a aquello con lo que trabajo, con lo que me permito ser más creativo/a, pierdo el miedo a cambiar los límites.

Algo parecido pasa con las relaciones: ¿creen ustedes que una discusión con alguien de nuestra familia es exactamente igual si tiene lugar donde siempre ( en casa ) que si hablamos de ello en la playa o sentados en un parque? Quizá la atención se dirija hacia cosas diferentes, sin darnos cuenta.

Los espacios físicos nos condicionan más de lo que pensamos : en  lo que hacemos, decimos, creamos, .. que al final es lo que forma nuestro carácter.  A veces pequeños cambios, de formas más o menos indirectas conducen a cambios más importantes.

 

 

Inma Ponce  en Radio Faycan