Hace poco me tocó esperar en el dentista, casi una hora. Debido a urgencias, junto con cuestiones de planificación y a saber qué más…:(

Realmente me doy cuenta de, si bien  nos quejamos de no tener tiempo para nada, no sabemos qué hacer con el tiempo que nos llega de forma inesperada, cuando no estamos preparados/as.esepra

¿Por qué nos molesta tanto esperar si precisamente no nos piden que hagamos nada? Se me ocurren varios motivos:

  1. Nos hacen esperar, por lo que , desde fuera de nosotros/as, hay alguien que controla nuestro tiempo, nuestros recursos.
  2. Cuando llevamos todo el día continuamente ocupados/as, nos trastoca vernos sin nada a lo que atender y lo vivimos como una experiencia estresante. (Peor si el móvil se quedó sin batería).

  3. La prisa. Después de esta cita, tenemos otro compromiso, que puede retrasarse si necesitamos comerle tiempo para finalizar la primera tarea.

¿Qué podemos hacer para prepararnos ante las posibles esperas sin ponernos de los nervios?

  • A ver, hay situaciones en las que son más previsibles los retrasos que en otras: las citas médicas, de estética,en el aeropuerto,…A la hora de organizarnos es mejor dejar un margen hasta comenzar la siguiente tarea; es preferible que nos sobre una hora de tiempo a que nos falte…
  • Aquí podemos llegar con algo para hacer: un libro, llamadas de teléfono,organizar la semana con la agenda, algún ejercicio de relajación con auriculares,.. hay muchas cosas que tenemos pendientes por hacer y que realmente se pueden realizar en casi cualquier sitio.
  • Recuerda que por ponerte más nervioso/a el tiempo no va a pasar más deprisa, pues tiene su propio ritmo, que no tiene por qué ser el mismo que el tuyo 😉

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay una fina barrera entre garantizar la seguridad, proteger, y limitar  la autonomía de cada persona, la capacidad de decidir por sí misma.

La percepción de capacidad que tenemos sobre los demás no coincide siempre con la que ellos/as tienen sobre sí mismos. Nosotros/as les protection-442907_640vemos a través del filtro del miedo ; tememos  que alguien que queremos se haga daño por equivocarse o atreverse demasiado . Nos asustamos tanto,, que sobreestimamos la probabilidad de que algo así ocurra. Y pensamos que mejor pasarse que quedarnos cortos.

Madurar significa que a medida que nos sentimos preparados/as para asumir autonomía, dejamos de necesitar vigilancia. No necesitamos que nadie nos sujete para no caernos.

Las familias pueden ser sobreprotectoras, pero la cultura proteccionista también trasciende a los estados. Sobre todo después de épocas de muchas carencias, se esfuerzan en garantizar las condiciones mínimas para todas las personas (especialmente las más vulnerables) , independientemente de los recursos de cada uno/a.

El problema es que esta protección también implica un control, ya que para que yo te ofrezca, tú tienes que seguir mis normas.

El valor como siempre, está en el equilibrio. Y en observar nuestros propios miedos y necesidades y contrastarlos con la realidad.

 

 

 

De acuerdo, todos/as sabemos respirar, al menos lo suficiente como para mantenernos vivos/as. Hacemos que entre y salga aire en los pulmones para mantener las funciones más básicas.

Sin embargo, cuando conseguimos que el aire no se quede en la parte superior , el tórax, sino que se introduzca también al menos una parte bajo la parte inferior de los pulmones y el diafragma logramos otros efectos a parte de mantenernos vivos:

– El organismo se oxigena de forma más completa
– Aliviamos la presión que aparece a veces en la boca del estómago
– Nos sentimos más relajados/as, más limpios, de alguna manera
– Ayudamos a reducimos la tensión muscular, sobre todo alrededor del abdomen, ya que con la respiración profunda estamos masajeando la zona
– Mejoramos la circulación de la sangre.
– Facilitamos la digestión y el tránsito intestinal.

Es muy difícil que consigamos respirar de esta forma de manera habitual, pero dedicar cinco o diez minutos al día a respirar de forma consciente y completa ya ayuda a generar cambios. Y nos entrena para reducir la tensión emocional y ser capaces de relajarnos ante situación estresante.

Y ¿cómo hacemos para practicar? Considero más útil escuchar que leer las instrucciones mientras practicamos . Así que aquí comparto con ustedes este audio de ivoox que está muy bien para ir empezando.

Seguro que no hay nadie con quien hables más que contigo mismo/a. Ni tu pareja, ni tu padre, ni tu madre: estás harto/a  de oírte. Y esto es normal, porque eres quien tienes más cerca 😛

Nada más lejos de sonar a broma, quien primero reconoce lo equivocado/a que estaba  o que se pregunta por qué no hizo las cosas de otro modo.. eres tú.lenguaje

Y al igual que no es lo mismo oírlo a alguien que aquello no es fácil en lugar de oírle que es díficil, tampoco es lo mismo oírte a ti decir las mismas cosas.

También dicen que  no existen los fracasos , sino los resultados . No son las mismas connotaciones, porque usando la palabra «resultado» o «consecuencia» en neutro, me ahorro el feo hábito de juzgar, que es lo que realmente hace daño.

En la misma línea tampoco nos sentimos igual cuando reconocemos que somos responsables antes que culpables de algo.

El lenguaje no sólo es producto del pensamiento, sino que éste puede acabar  condicionado, distorsionado por la forma en que designamos lo que ocurre. Hay palabras a las que les hemos ido añadiendo mucha carga, mucho sentimiento, tanto positivo como negativo. Por eso unas pesan más que otras, quitando espacio y energía a ideas más provechosas.

Nos educan desde chicos/as para que seamos amables con  los demás, que nos dirijamos con respeto  ( sobre todo cuando se refiere a personas mayores que nosotros/as) y que nuestras palabras no hagan daño a otras personas y cortesía. ¿Por qué nos cuesta tanto comportarnos con nosotros/as del mismo modo?

 

 

Seguro que no hay nadie con quien hables más que contigo mismo/a. Ni tu pareja, ni tu padre, ni tu madre: estás harto/a  de oírte. Y esto es normal, porque eres quien tienes más cerca 😛

Nada más lejos de sonar a broma, quien primero reconoce lo equivocado/a que estaba  o que se pregunta por qué no hizo las cosas de otro modo.. eres tú.lenguaje

Y al igual que no es lo mismo oírlo a alguien que aquello no es fácil en lugar de oírle que es díficil, tampoco es lo mismo oírte a ti decir las mismas cosas.

También dicen que  no existen los fracasos , sino los resultados . No son las mismas connotaciones, porque usando la palabra «resultado» o «consecuencia» en neutro, me ahorro el feo hábito de juzgar, que es lo que realmente hace daño.

En la misma línea tampoco nos sentimos igual cuando reconocemos que somos responsables antes que culpables de algo.

El lenguaje no sólo es producto del pensamiento, sino que éste puede acabar  condicionado, distorsionado por la forma en que designamos lo que ocurre. Hay palabras a las que les hemos ido añadiendo mucha carga, mucho sentimiento, tanto positivo como negativo. Por eso unas pesan más que otras, quitando espacio y energía a ideas más provechosas.

Nos educan desde chicos/as para que seamos amables con  los demás, que nos dirijamos con respeto  ( sobre todo cuando se refiere a personas mayores que nosotros/as) y que nuestras palabras no hagan daño a otras personas y cortesía. ¿Por qué nos cuesta tanto comportarnos con nosotros/as del mismo modo?