Hace poco alguien me dijo que no recordaba dónde había colocado el móvil . «¡Qué mala memoria tengo!» , se quejaba. Yo no estoy tan segura de si tenía problemas para recordar el lugar en el que había dejado el aparato o es que no había prestado atención mientras lo hacía.

La atención es un mecanismo imprescindible para la memoria , por ejemplo. Es imposible fijar una imagen o una frase si antes no la hemos captado adecuadamente .shoes-471863_640

La atención funciona como un «foco» que determina qué va a procesarse y qué no, a qué le damos importancia y lo que no es relevante en ese momento, según nuestros intereses, características, estado emocional,… Por ejemplo, si veo un escaparate puedo decidir quedarme sólo con la imagen de aquellos zapatos cuyo precio baja de 20 euros. Los demás no me interesan y por tanto no voy a recordar cuántos había , ni su forma, ni su color,…

Es comprensible porque la atención es limitada, no podemos atender a todos los estímulos a la vez , tenemos que hacer un filtraje de la escena. Al igual que no podemos realmente hacer dos cosas a la vez. Bueno sí, cuando una de ellas es automática. Por eso podemos hablar  con el móvil para organizar una evento  a la vez que caminamos.

El proceso de filtrado no sólo afecta a lo que percibimos del exterior, sino también a cómo elaboramos lo que creemos que somos, es decir, nuestro autoconcepto. Puedo atender más a mis errores que a mis logros, dar más importancia a los comentarios positivos o a los negativos de los demás…Y ¿qué resultado tiene esto para la autoestima?

Todo es cuestión de atención. Y la atención puede entrenarse en el día a día, con sencillos hábitos o ejercicios. Pero como la entrada se está quedando muy larga, esto mejor lo vemos la semana que viene :P.

Que tengan una buena semana 🙂

 

 

 

Anoche me despertó un grito: ¡Silencio! Alguien que mandaba a callar porque había mucho ruido, me despertó a mí…

La vida está llena de paradojas, nuestro cerebro unas veces las lleva mejor que otras…
La ciencia por ejemplo nos demuestra que no todo está tan claro, si no echa un ojo al caso del Gato de Schrödingerinte.
Mira a tu alrededor: desde los días nublados en que hace calor, hasta esos kilos que pierdes cuando menos ejercicio haces y/o más cosas,hay muchas paradojas aparentes .

No todo es posible de comprender totalmente según una norma general y constante , hay cosas que se nos escapan.

Y  llegando ha un plano moral, nos planteamos ¿ podemos transgredir la ley para hacer justicia? ¿Cómo satisfacemos al mismo tiempo las necesidades particulares de las comunitarias?

Para mí, el mejor recurso para sobrellevar las contradicciones de la realidad es el humor, junto con la capacidad de aceptación del mundo tal cual es, no como nos gustaría que fuera o como pensamos que debe ser.

 

 

Se acerca un momento crucial para muchos/as que miran de cerca su futuro.

En una semana comienzan las pruebas para la PAU (antigua selectividad), que decidirá para muchos, cual oposición se tratase , el rumbo del barco académico.

Si bien este tipo de barcos luego pueden desviarse mucho 😛

Es el último empujón, la última semana para estudiar, y el cansancio acumulado junto con la presión pueden jugarnos una mala pasada si no gestionamos bien este momento de estrés.índice

Ahí van algunas recomendaciones para conseguir el máximo resutado con  el menor desgaste posible :

  1. No por estudiar más horas vamos a tener mejor rendimiento. Lo importante es la calidad del estudio: la información elaborada se retiene mejor que la que sólo se memoriza. Para esto es importante relacionar lo que estudiamos con otros conocimientos que ya tenemos, hacer resúmenes o imágenes mentales.
  2. Durante el descanso se fijan los recuerdos y se anclan los contenidos. Así que merece la pena dedicar tiempo a dormir, y a dormir bien.

  3. Muchas veces abandonamos el deporte porque no queremos que nos quite tiempo para estudiar. Sin embargo, es ahora cunado más falta hace, cuando sufrimos más estrés, porque nos relaja y desbloquea la mente tensiones para retener información.
  4. La concentración se agota. Y también la vista y la espalda de mantener la postura. Así que cada 45-50 minutos, levántate y anda. Un poquito, aunque sea para coger un vaso de agua

Y ante todo, confianza. Es el momento de dar lo mejor de ti mismo/a 🙂