A medida que crecemos , aprendemos no sólo que podemos contar cosas a los demás sobre nosotros/as mismos/as, sino que el tipo de información personal que compartimos depende de la persona con la que hablamos y del contexto : con el vecino en el ascensor hablamos de qué nos parece el tiempo, con nuestro amigo/a íntimo/a hablamos de quien nos gusta o no nos gusta. Con la familia hablamos de planes de futuro, de la carrera que vamos a estudiar,…
Por mucha necesidad que tengamos de hablar, el aprendizaje social nos hace esperar al contexto o a los interlocutorres adecuados, contenernos.Para protegernos de sentirnos violentados o rechazados por los demás o vernos dentro de un conflicto
La autorrevelación o compartir información sobre nosotros/as mismos/as, nuestra historia , es importante para generar relaciones sociales y afectivas sanas, para mostrarnos ante los demás como somos y para animarles a que ellos/as también hagan lo mismo. Siempre que sepamos adaptarnos al contexto y al int
erlocutor… De lo contrario podemos salir perjudicados o vernos envueltos en situaciones violentas.
Si no estamos seguros de si lo que vamos a compartir es beneficioso para nosotros y para los demás, podemos plantearnos:
– ¿ Puede resultar interesante lo que voy a contar para la otra persona ? ¿Qué le aporta?
– ¿ Cómo se puede sentir?
– ¿ Cómo me siento yo hablando de esto en este contexto ?
– ¿Puede a la larga perjudicarme que se conozca esta información en este ambiente ?
Las relaciones y las expectativas sobre estas relaciones se construyen a través de la comunicación. Abrimos unas puertas a la intimidad y cerramos otras según lo que decidimos revelar de nosotros/as mismos/as y de nuestra vida.
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