Si tratas a una persona como es, permanecerá como es, pero si la tratas como lo que debe y puede ser, se convertirá en lo que debe y puede ser . Me gustó esta frase de Von Goethe…
Hablamos mucho de lo que debemos hacer para aumentar la autoestima de las personas, particularmente de los/as niños/as. A mí me parece más sencillo identificar lo que padres, madres, educadores/as, profesores/as,… hacemos ( muchas veces sin darnos cuenta ) para deteriorarla. Por ejemplo:
- Atender sólo a lo negativo : Podemos caer en fijarnos en los errores, las carencias,… más que en lo positivo y en las fortalezas, no necesariamente porque sean más frecuentes o importantes, sino quizá porque nos preocupan más, nos dan más miedo. Si aprendemos de nuestro entorno que sólo lo negativo es importante, no intentaremos desarrollar y sacar partido a lo positivo porque sentimos que no vale la pena.
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Comparar : Es fácil tener referentes positivos y negativos, y tratar al primero de ellos como modelo de conducta. Sin embargo es tan injusto para unos como para otros, ya que nadie es globalmente «válido» o «inválido», todos tenemos puntos fuertes y débiles y somos cualitativamente distintos/as.
- No poner límites : Los límites conducen a la autorregulación y a la discplina y elementos como éstos son que hacen que terminemos los proyectos y tareas que comenzamos
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No dejarles hablar : Hay que dejar que las personas se expresen, siempre y cuando sea en la situación apropiada,y si no es así, indicarles cuándo. Cuando las personas no nos escuchan aprendemos que lo que pensamos o sentimos no debe ser tan importante…
- Etiquetar : No somos «vagos/as», ni «tontos/as», ni «tímidos/as»,… somos bastante más que eso. Si bien podemos contar con dificultades y rasgos específicos.
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Valorar resultados y no esfuerzo : Éste puede ser un tema espinoso: nos hemos acostumbrado a medir con números el esfuerzo. Porque nos encantan los números. Nos hemos acostumbrado a premiar las notas que obtenemos, no cuánto estudiamos ni nos esforzamos. El riesgo es que los niños/as estudien no para aprender sino para aprobar. En lugar de reforzar el fortalecimiento de un hábito de trabajo y estudio.
Si nos fijamos son las tendencias que solemos mantener de adultos cuando estamos ansiosos/as o deprimidos/as : nos comparamos con los demás, nos etiquetamos de forma global ( soy torpe, incapaz,…), no soportamos cometer errores o fallar en algo, no no sentimos capaces de mantener la autodisciplina y finalizar los proyectos que comenzamos …
Existen edades y etapas clave en las que se forma el autoconcepto y se cristalizan actitudes hacia uno/a mismo/a. Los mensajes negativos del adulto referente hacia el niño/a se convierten en el futuro diálogo interior de éste.
No podemos hacernos totalmente responsables del futuro de otras personas, pero creo que vale la pena tomar conciencia de nuestras actitudes y de cómo resuenan en los demás. Al final, aprendemos lo que somos.