Hace unos días asistí a un cumpleaños. Todo fiesta, y risa y felicitaciones y abrazos… 🙂
Reconozco que disfruto con la alegría de los cumpleaños.
No obstante, reconozco ahora también que nuestra cultura está llena de contradicciones: los cumpleaños son motivo siempre de celebración, felicitamos ( esto es, deseamos felicidad) a las personas que cumplen aniversarios de vida y les deseamos que cumplan muchos más…Sin embargo, ahí estamos todos invirtiendo tiempo , dinero y energía en parecer más jóvenes de lo que somos realmente.
En este momento habrá que abrir el debate sobre qué significa para nosotros la edad, además de un número o una medida de existencia. Hay personas que relacionan determinadas edades con etapas en las cuales debemos de haber logrado determinadas metas o tareas vitales, son guiones a veces muy rígidos.
Y hay quien tiene miedo a envejecer porque relaciona las arrugas con enfermedad, pérdida de la belleza, debilidad, muerte o pérdida de la «utilidad» para la sociedad. Según lo que más valoras tiras más hacia uno o hacia otro. Y no digamos nada cuando llega la jubilación…
Seamos honestos: por mucho que escuchemos eso de que como los vinos mejoramos con los años, pienso que si realmente no tuviéramos miedo a cumplir no dedicaríamos tiempo a cubrir canas, tapar arrugas, perder peso. Si bien puede ser que haya a quien le interese…
A parte de esa leve sensación de ligero vértigo cuando dices en voz alta cuántos años tienes ( o cumples), esperando la cara, la reacción de quien te ha preguntado.No nos sentimos igual al oír «pensaba que era menos » o no los aparentas que cuando vemos que nos echan más…