Todos los años nos planteamos los buenos propósitos del año nuevo. Parece que cambiar de año nos ayuda a vernos haciendo cosas diferentes  o llevando de forma diferente nuestra vida, es como una motivación o un  empujoncito psicológico para comprometernos.

Sin embargo, nada más arbitrario que la división del tiempo cronológico :el día de ayer es exactamente igual al de hoy. Pero hoy pertenece a un nuevo año, ha cambiado un dígito al escribir la fecha y eso hace que estemos en nueva época.

Nos gusta agarrarnos a la fantasía de que ahora tenemos la oportunidad de ser personas diferentes y cambiar las cosas hacia una dirección diferente. Como si a lo largo del año no fuéramos capaces de comprometernos a aprender idiomas, hacer ejercicio, dejar de fumar o abrir un blog .

A ver, que me parece bien la idea de los Buenos Propósitos. Pero si vamos a hacerlo, vamos a hacerlo bien. A partir de mi experiencia y de la de otras personas les puedo sugerir que tengan en cuenta lo siguiente:

 

1) Recuerden que no es necesario esperar a que cambie el año para crear objetivos o metas : cualquier momento es bueno ( después de Semana Santa o Carnavales, con la llegada del verano,etc)

2) Establezcamos metas realistas. Si nos proponemos metas que en el fondo sabemos que difícilmente conseguiremos por los motivos que sean tenemos la frustración fácilmente garantizada.

3) Cuando repetimos propósitos  ( éste año sí!): si el año pasado no conseguimos por ejemplo mantener la disciplina de hacer ejercicio físico , sería por alguna razón . Cambia algo : reabaja la frecuencia , busca amigos/as que  te acompañen , cambia el sitio o el tipo de actividad ,… aprende de la experiencia y no pruebes a hacer exactamente lo mismo.

4) Cuidado con juntar dos o tres metas que entre sí se pueden boicotear ( este año voy a perder peso y además voy a dejar de fumar… chaval/a , por si acaso mejor o una cosa o la otra )

5) Cuidado también con empeñarnos en introducir cambios en nuestra vida justo en un momento en el que además nos tenemos que adaptar a situaciones nuevas ( nuevo trabajo o no-trabajo, mudanza, hijos,etc) . No siempre ayuda sino que a veces supone  una exigencia añadida.

 

En fin, por ponerle también a esto una nota de humor, les regalo esta  imagen  , seguro que más de un@  nos sentiremos identificad@s de alguna manera…

 

Tengan un BUEN año nuevo. Estoy segura de que se lo merecen.

 

 

Mi consumo de coca-cola aumentó en un 50% la semana pasada. La verdad es que no suelo consumir demasiados refrescos, a lo más que llego es  a un vaso diario en época de calor , que parece que apetece más. Pero la semana que acaba de terminar estuve bebiendo como dos o tres vasos por día.

¿Que qué ocurrió la semana pasada? Muy sencillo :al contrario que otras veces, tenía que una botella de coca – cola en la nevera que había sobrado de una fiesta.

A parte  de las características adictivas que le han descubierto a la cafeína  , particularmente a la coca-cola, creo que fue muy importante el hecho de saber que estaba cerca, que sólo tenía que abrir la nevera para disfrutar del dulzor, el fresquito, e incluso matar un poco el aburrimiento o el hambre.

Se acabó la botella el domingo y por ahora no he ido a buscar coca-cola a ningún sitio . Tampoco sé si la pediría al sentarme en un bar.

A veces lo que hace que  comamos, bebamos o hagamos algo es lo accesible que nos parezca. Si tenemos un leve deseo de algo pero consideramos que está lejos de nosotros o que requiere un esfuerzo por nuestra parte puede que nos olvidemos de ello o lo aplacemos. Piensen cuando escuchamos «me voy a estudiar a la biblioteca porque en casa está la tele…» o cuando no tenemos mando a distancia para cambiar el canal de la tele y esperamos a que nos aburra enormemente lo que estamos viendo para levantarnos a apretar un botón.

En el caso de la alimentación está muy claro. Si hubiese tenido que bajar a una tienda o al supermercado para poder beber coca cola es bastante probable que no lo hubiera hecho ( agua está bien..) . De hecho  si queremos perder peso o comer mejor ¿qué ocurre si tenemos muchas chucherías  a mano, en la nevera o en la despensa ? Si a mi me pasa esto con la coca-cola  piensen en los niños , por ejemplo, que generalmente tienen menos capacidad para controlar sus impulsos. Los hay que si ven dos magadalenas en la despensa, se comen dos. Y si ven tres, se comen tres ( total ¿para qué dejar una sola?) Sin embargo , si hay que bajar a la tienda sólo para comprarlas, la cosa cambia….

En fin, que la voluntad hay que trabajarla, pero también hay que echarle un cable. Total, que para la próxima fiesta procuraré que hayan menos refrescos, que luego sobran y me los bebo…

Estaba leyendo hace un rato en al prensa sobre  la cuarta entrega de Paranormal Activity  y ha sido una auténtico «taquillazo» en EEUU

Me fascina cómo nos metemos en una sala de cine ( fuera o dentro de casa) para ver algo que sabemos que nos va  a provocar miedo o inquietud . De hecho queremos sentirnos de esta forma. El miedo, la ansiedad, la incertidumbre, … son emociones que generalmente tendemos a evitar, la gente hace esfuerzos por sacárselas de dentro. Sin embargo , antes de entrar en el cine lo estamos deseando.

Está bien, no es comparable la ansiedad que experimentamos en un cine con una película de miedo que la que aparece cuando creemos que estamos en una situación de peligro real, pero si nos sumergemos en el clima de suspense y nos identificamos a fondo con los personajes, el resultado es muy equiparable.

Sabemos lo de la descarga de adrenalina, igual que cuando hacemos cosas arriesgadas, pero a parte de eso por qué hay gente que le atrae tanto pasar miedo o pasarlo directamente mal ?

Posiblemente al saber  en el fondo que es todo ficción,  nos divierte «jugar» a pasar miedo, a ponernos al límite  sin sufrir consecuencias reales más allá del susto inmediato. En realidad sabemos que todo está controlado. Además, ¿recuerdan lo agradable que es esa sensación de seguridad que nos recorre cuando acaba la película y miramos a los amigos y comprobamos que estamos todos bien, que todo sigue igual que antes? Es la calma que lega después de la tempestad. Como cuando creemos que hemos extraviado algo importante y entonces aparece: qué grata de sensación de alivio, de bienestar… Estar «normal» en estas comparaciones sale ganando.

Yo hace mucho que tiempo que no voy a ver una de miedo de verdad. Aunque tengo cierta tolerancia al suspense, reconozco que me he convertido en  esa parte de gente de » no voy al cine para pasarlo mal, a mí sobretodo denme algo que me haga reír o me interese». Pero reconozco que algunas de las mejores películas que más he disfrutado también me han hecho sufrir. Un poquito.

En fin, si van a ver Paranormal Activity IV , disfrútenla sufriendo mucho. A mi salud.

 

Ayer caminaba por la calle y mi cerebro recibió un mensaje directo : NECESITO AZÚCAR. Así de claro . De tal modo que entré en una pastelería y me compré un empalagoso dulce.

Les ocurre esto? A veces el cuerpo nos pide que le demos cosas. Concretamente el mensaje lo recibe el cerebro, porque  los demás órganos digamos que no tienen esa capacidad de comunicarse directamente con nuestra consciencia. Pero lo que está claro es que contamos con una capacidad extraordinariamente sabia y adaptativa para saber cuál es el estado de nuestro organismo y qué necesita exactamente sin necesidad de pasar por un análisis de sangre.

Pensamos que nos apetecen , se nos antojan , nos encaprichamos con ciertos alimentos o sustancias , pero a veces se trata precisamente de los nutrientes que se han quedado ya “en reserva”.

Sabemos de casos de personas , especialmente mujeres embarazadas y niños , que sienten fuertes impulsos por comer cosas como tierra, tiza y hielo ( enfermedad  de pica ). Aunque está considerado un trastorno  de la conducta( alimentaria), se ha comprobado que estas personas tienen importantes carencias de hierro y especialmente de zinc en su cuerpo. De hecho suele tratarse de personas muy desnutridas.

Fíjense: ¿a quién puede parecerle apetitosa la tierra o la tiza?Sin embargo no pueden resistirse. Y los niños no saben de déficit nutricionales.

Indudablemente el cuerpo se comunica con nosotros y tiene sistemas para pedirnos lo que necesita. Y hay otras muchas percepciones y experiencias psicológicas que aparecen sólo para mantener el equilibrio químico del organismo : el dolor, los cambios de temperatura, el adormecimiento de partes del cuerpo,… El cuerpo nos habla. Escuchémosle

 

 

(Tomado de Alberto Montt, www.dosisdiarias.com)

Algo de humor viene bien de vez en cuando para entender nuestras emociones sin asustarnos. Porque somos humanos y nacemos preparados para sentir ira,angustia, tristeza, miedo, alegría  y asco. Luego aprendemos a sentir cosas  vergüenza, arrepentimiento, culpa, orgullo  e incluso respeto. Nos pasa a todas las personas en algún momento de nuestra vida.

Hay personas que enferman porque les cuesta aceptar lo que sienten como parte de ellos/as o porque quieren sentir cosas diferentes de las que sienten . Sólo podemos controlar lo que hacemos, no lo que sentimos.

Quisiera compartir con ustedes una de las mayores experiencias de mi vida y que ha supuesto un antes y un después a todos los niveles.

Todo comenzó cuando me invitaron a una conferencia a la que no pude decir NO por el entusiasmo y cariño con el que me hicieron la invitación. Llegamos a la charla y nos encontramos ya con un ambiente distinto e impactante a lo acostumbrado en este tipo de ambientes. Lo primero que vi fue una gran sonrisa dibujada, que como mínimo te llama la atención; Me senté para escuchar, pero no había terminado de sentarme cuando el conferenciante nos puso música y nos invitó a bailar por parejas y así lo hicimos. Como ven, fue una charla atípica, sonrisas, baile e impacto en las palabras de Juan Carlos Castro Cuadrado.

Tanto impacto causó en mí sus palabras que aunque con reticencias asistí a un seminario que impartía un par de días más tarde. Cuando llegamos, a las 9 de la mañana, el profesor nos aseguró que al terminar (hacia la 1 de la madrugada, y no exagero) que seríamos capaces de romper una tabla de madera con la mano (al más puro estil karateka), que caminaríamos sobre cristales rotos y que partiríamos una flecha con el esternón, y todo con el más puro e intenso entrenamiento mental.

(más…)


Voy  a reconocerlo sin pudor: ayer me colé en una casa ajena (  y tengo testigos ). Caminaba por el barrio de Vegueta (Gran  Canaria) el domingo. Al ser un casco histórico, está llena de casas enormes y antiguas con un patio interior suntuoso y hasta fuentes,… Y esta vez por lo que fuera la puerta ( gran puerta) estaba abierta.
Cuando me di cuenta estaba junto a la fuente, Quería devorar con la vista todo lo posible porque presentía que tenía poco tiempo. Alguien bajaba las escaleras. Y como se trata de una casa toda de madera, todos sus tablones retumbaban por igual por lo que no sabía de dónde venía el sonido. Así que no sabía hacia dónde mirar y sólo habían dos opciones : quedarme allí y pensar algo qué decir a la persona desconocida ( “desconocida “fuera de su casa, claro ) o salir corriendo. Mientras tanto el corazón se me salía por la boca, sudaba sin tino y casi temblaba en una situación tan tremendamente estimulante.
Se dice que esto es “sentirse vivo” : la risa, el sexo,tirarse de un puente o en paracaídas , el riesgo,… los tenemos para estimularnos,para segregar la famosa adrenalina , una hormona que se produce en la glándula suprarrenal ( esto es , unas bolsitas por encima de los riñones )y que  hace  que de forma inmediata se nos abran los bronquios, el corazón bombee mucho más fuerte y los músculos se contraigan. Todo lo necesario para tan sólo dos respuestas posibles en una situación límite : enfrentarnos a alguien/algo o huir. Ambas cosas lo más rápido posible.
Y a nivel psicológico lo vivimos como mezclas de dolor/miedo y placer/diversión. Es el mismo efecto que se consigue con ciertas drogas estimulantes. Y algunos/as se enganchan .¿Será también una droga?

Lo que está claro es que nadie le deja indiferente el subidón 😉

¿Buscas una manera fácil y tranquila de cuidar tu corazón? El Tai chi tiene lo que necesitas: este ejercicio milenario fortalecería los vasos sanguíneos, por lo que mejoraría la circulación y evitaría diversos problemas cardiovasculares como hipertensión o infarto.El Tai chi, un antiguo arte marcial chino, sería útil para proteger el corazón y fortalecer los músculos en la edad avanzada, según un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology.Los investigadores observaron que quienes habían practicado Tai chi tenían una circulación 44 por ciento mejor. De acuerdo con el Dr. Tsang, «Esta mejoría, ayudaría reducir el riesgo de hipertensión, arteriosclerosis, infarto y ataque cerebral, enfermedades comunes en la edad avanzada».

Llegó el verano, y llegó el calor. El calor excesivo provoca irritabilidad,porque estamos molestos, incómodos cuando nos sudan hasta los pensamientos, y porque dormimos peor  en lo que el organismo se adapta a las nuevas temperaturas.

Además de eso no podemos olvidar que tenemos asociados generalmente (y culturalmente)  el calor con la llegada de las vacaciones-de-verano, es decir, con pasarlo bien y hacer cosas que nos gustan. Sin embargo desde que nos hacemos personas adultas  las responsabilidades que tenemos cada uno/a de nosotras no nos permiten estar todo el tiempo que hacer calor pasándolo bien, sino  que hay que seguir yendo a trabajar, cuidar de la familia, cocinar y planchar ,… cuando en ese momento nos gustaría estar  en la playa o “de vacaciones” -. Y el calor nos lo recuerda más. Y eso es lo que nos  calienta la cabeza y lo que nos irrita.

Este verano vamos a permitirnos un ratito de vacaciones-de-verano de vez en cuando para sentir que el verano también es para nosotros/as.

A veces un paseo con la fresquita , un buen helado o remojarse un poco los pies es suficiente. Siempre hay “tiempo “para disfrutar un poco.

Los movimientos lentos y fluidos del Tai Chi combaten mejor el dolor y otros síntomas de la fibromialgia que otros ejercicios convencionales de estiramiento, según un estudio realizado por expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad Tufts de Boston (Estados Unidos) y publicado en ‘New England Journal of Medicine’

La fibromialgia afecta a 200 millones de personas en todo el mundo, es una enfermedad difícil de diagnosticar y también de tratar, ya que no existen directrices claras sobre cómo enfrentar los síntomas, entre los que se incluye dolor, fatiga, rigidez y dificultades para conciliar el sueño.