Como me estoy cansando de hacer listas cada año de nuevos y buenos propósitos , este año voy a hacer algo diferente, a ver qué pasa : una lista de cosas que NO pienso hacer este año.listano

Algunos dicen que hay que eliminar la palabra NO de nuestro vocabulario, que el NO limita, especialmente a los niños, pero pienso que a veces precisamente hay que limitar lo que no nos beneficia o más bien nos perjudica.

Voy a compartir con ustedes algunos no propósitos , puede que se identifiquen con alguno de ellos:

  • NO  voy a mover el coche durante los días previos al día de Reyes 🙁
  • NO voy a dejar el móvil encendido por las noches
  • NO voy a trabajar los fines de semana
  • NO me cortaré el pelo en los próximos meses
  • se acabó comer dulces por las noches,…

Como se imaginarán, cuando dejamos de hacer algo que de alguna manera cumple una función ( como usar el coche) , o se ha convertido en un hábito, ( como comer dulces por las noches ), tenemos que buscar una conducta alternativa, y adaptarla a nuestro estilo de vida , que puede ser usar el transporte público , para lo cual hay que planificarse según horarios. Y en el caso de comer dulces, habrá que tener a mano frutas que también sean sabrosas o algo similar.

Pero no se confundan : esto último NO es añadir un elemento nuevo, sino que es imprescindible sacar otro previamente que no funciona y sustituirlo. Así es como el sistema funciona 😛

En fin, que tengan una feliz noche de Reyes y muchos regalos , y que puedan no cumplir muchos propósitos para este año 🙂

Esta semana he pintado una habitación de mi casa. Sólo para sanear las paredes, que tenían algunas manchas. Pero quería conservar el tono que tenía de  salmón , siempre me han gustado. Intenté conseguir mediante mezclas un resultado lo más similar posible. Sin embargo, al bajar tonos se volvía blanquecino y al subirlos, evolucionaba hacia un gris que no me gustaba.

Entonces decidí pintar de un color diferente.pintruas

Elegir un color nuevo no me generaba expectativas, porque nunca lo había visto en la pared, no tenía una referencia con la que comparar.  Y cuando no esperas nada, nada te puede decepcionar.

Me doy cuenta en estas situaciones del poder que tienen sobre nosotros las expectativas, sobre todo cuando son muy rígidas. Por la propia lógica, cuanto más definido tenemos un resultado ideal, menos  probabilidades habrán de conseguir la mezcla exacta. El resultado es que nos frustramos, porque aunque el resultado sea para muchas personas aceptable, no es el que buscamos  o el que tiene que ser …

Quizá no podemos trazar desde el principio el plan que necesitamos para ser felices, sino que la felicidad consiste en esa construcción del propio camino y , paso a paso, simplemente descubrir hacia dónde nos lleva . En  elegir y probar a combinar los colores que vayamos encontrando. Si confiamos en que , estando atentos/as, encontraremos algún color que nos inspire.

Y si un día eso cambia, también podemos volver a pintar.

En otras palabras : imagínense que tengo muy claro que mi objetivo, mi plan aquí es ganar una marathón. Hay otras cosas que también me hacen disfrutar, como jugar al fútbol. Pero no me habré realizado/a ( este concepto estuvo muy de moda) hasta que no gane una maratón…¿ Y hasta entonces? ¿ Y si no lo consigo nunca incluso por factores que no tienen que ver conmigo, como una lesión o la suspensión de todas las marathones del mundo?¿ Y si cuando lo consiga ya soy demasiado mayor para disfrutar de todo lo demás y saborear mi éxito?

Porque además, ¿qué va a pasar cuando ya nos hayamos convertido en todo lo que deseábamos … ? Habrá que pensar hacia dónde nos vamos a caminar si ya no hay un objetivo que perseguir.

En definitiva, me voy dando cuenta de que no podemos ser esclavos de nuestros propios sueños. Está bien tener una meta hacia la que dirigirnos , siempre que nosotros/as también seamos flexibles y ésta no esté demasiado anclada.

 

Hay mensajes muy profundos que se llegan con una mano sobre el hombro, capaces de transmitir más apoyo que un «estoy aquí para lo que necesites» . Tan potentes como la humillación que puede producir un leve empujón con el hombro ( en plan quita de mi camino).handshake-1471563_960_720

Y sabemos que nuestra conexión es intensa cuando me agarras la mano con fuerza.

La comunicación adquiere un dimensión distinta cuando incluimos la piel, el contacto físico. En general , tenemos miedo a tocar a los demás porque pensamos que ese comportamiento puede malinterpretarse como un intento de acercamiento más íntimo de lo que procede o una invitación sexual ( si no es eso lo que esperamos en ese momento…:P)

Con el tiempo, estamos tan acostumbrados a evitar el contacto físico , que ni siquiera somos capaces de darnos cuenta de cuándo ( ni cuánto) necesitamos un abrazo…

La regularidad del contacto físico entre las personas varía entre culturas y edades.

Lo que no cambia es que los/as niños/as que se crían recibiendo suficientes caricias, abrazos y achuchones , en definitiva afecto a lo largo de todo el desarrollo, se convierten en adultos con mayor seguridad en sí mismos y mejor salud mental. Y lo que es más importante: tendrán menos reparo en acercarse física y psicológicamente a otras personas, incluyendo a sus propios/as  hijos/as.

Personalmente , pienso que si escuchamos a nuestra intuición, y al contexto, sabremos diferenciar cuándo tenemos permiso de otras personas para acercarnos, tocar, y llegar a ellos/as. Déjense sorprender y sólo observen qué ocurre.

 

guaguaReconozco que me gusta hablar con personas que no conozco. Y no necesariamente porque me esté aburriendo; busco la oportunidad, mientras espero la guagua, en las salas de espera, en el avión,… Los ascensores y los semáforos no ofrecen suficiente tiempo.

Los temas de conversación surgen solos: el tiempo ( qué frío, qué calor, qué lluvia, …) , el estado de la calle, la lentitud de los trámites,… A veces el encuentro se queda en una sonrisa, otras veces las personas se abren espontáneamente y son capaces de experiencias, detalles y sentimientos  que ni siquiera conoce su entorno más cercano.

Es verdad que podemos llegar a ser más sinceros con personas que no conocemos, porque para ellos/as no tenemos pasado ( ni probablemente futuro) , no esperan nada de nosotros ( y viceversa). Y eso nos hace sentirnos más libres.

Es una especia de borrón y cuenta nueva. Podemos ser lo que queramos, incluso llamarnos de otra manera, en ese momento nadie va a darse cuenta.

Por otro lado, hablar de ti ante alguien que no sabe nada te obliga a sintetizar, y así te das cuenta de lo que para ti es más importante. Cuando tienes que  explicar  a qué te dedicas, de dónde eres, qué vas a hacer en ese momento,…  hay  muchas respuestas posibles y estamos obligados/as a priorizar unas sobre otras. Con lo que al conocer nuevas personas,  también nosotros/as nos conocemos un poco mejor.

Decía  Kio Stark en una esta charla que «cuando hablamos con extraños, hacemos bellas interrupciones a la narrativa diaria de nuestras vidas… y las de ellos». Más allá del miedo y la pereza, participar en un  contacto fortuito puede merecer la pena por refrescar el día a día, como un  soplo de aire fresco.

Últimamente he hablado con varias personas que se encuentran en el proceso de adoptar un menor. En el medio de dos necesidades tan naturalmente complementarias: cuidar y ser cuidado/a , se encuentra un mar de trabas y procesos burocráticos que los separa de forma, aparentemente, absurda. El tiempo medio para adoptar a un menor nacional o internacional ronda los  seis años . además de que puede tener un coste económico,  el caso de las internacionales particularmente , de entre los 3.000 y 60.000 euros.

Hay una realidad y es que en este proceso el tiempo no juega a favor de nadie: ni de los/as menores ni de las personas que quieren adoptar . El desgaste emocional y la frustración se acumulan y aumentan las posibilidades de que perdamos la esperanza. Porque para muchas personas es mejor aceptar que nunca tendrán su propia familia a vivir con la incertidumbre de lo que va a llegar o no…cachorros

A medida que un niño o una niña sin familia cumple años, va perdiendo oportunidades de encontrar un hogar, porque da más miedo acoger a una persona de diez años que a otra de cero a dos, que no tiene pasado. Y el niño o la niña  también lo sabe…

Por otro lado, las evaluaciones de idoneidad son exhaustivas, y está totalmente justificado: las condiciones económicas, el apoyo familiar-social de las personas que quieren adoptar , su estabilidad personal y emocional , sus expectativas,… todo importa para decidir si son personas preparadas para cuidar de alguien . A tener en cuenta que estas valoraciones han de renovarse cada tres años para mantenerse dentro del proceso.

Sin embargo, cada vez queda más patente la necesidad de  un seguimiento  continuo de la evolución de las nuevas familias que se forman, si bien en Canarias se han estado desarrollando algunos programas de forma experimental. Pienso que muchas devoluciones ( sí, hay niños/as adoptados que son devueltos a la administración) se evitarían si los padres adquirieran a tiempo los recursos necesarios para manejar  situaciones y conflictos.

También sabemos que en las familias de acogida se dan casos de negligencia que tardan más de cinco años en detectarse. Con las secuelas emocionales, conductuales y de salud que esto deja sobre un menor , el cual se convertirá a su vez  en menos adoptable de cara a otra posible familia.

Algo se está haciendo mal, y dudo si alguien se ha parado a valorar las consecuencias, que a nadie se le escapan, y si ha demostrado voluntad real de cambiar las cosas.

Mientras tanto nos queda la perseverancia de personas con tanto amor para compartir y con unan convicción tan firme de lo que quieren en la vida, que pueden seguir luchando por subir hasta la cima de la montaña.

Que tengan un buen ( largo) fin de semana 🙂

Hace poco fui a una charla en la que hablaban del concepto de Gamificación. Realmente antes de llegar a mí me sonaba a algo que tuviera que ver más con las plantas :P, pero teniendo en cuenta dónde tenía lugar no podía estar relacionado con eso.

La Gamificación ( del inglés «game», que significa juego), es el uso de técnicas, elementos y dinámicas propias de los juegos y el ocio en actividades no recreativas con el fin de potenciar la motivación, así como de reforzar la conducta para solucionar un problema u obtener un objetivo ( wikipedia). Recordarán las tarjetas de puntos, los juegos de facebook, los concursos en los que hemos participado en clase,etc. Todo para que sientas que estás jugando , y no comprando ni aprendiendo.juego

¿Por qué utilizar el juego para motivar a hacer algo, ya sea comprar o aprender , proporcionar información o relacionarse? El juego es la única forma que permite al mismo tiempo divertirte y medirte con respecto a tus propios resultados ( progresión) o respecto a los de otros ( competencia).

También puede ayudar a estrechar o rehacer lazos de forma diferente; no es raro que se recomiende dentro de la terapia familiar que padres/madres e hijos dediquen un tiempo a jugar juntos, ya sea videojuegos, deportes o a hacer un dibujo. Los roles cambian y las relaciones se observan desde una perspectiva distinta.

Los adultos porque ya nos olvidamos del juego simbólico, pero cuando dejamos que los niños fluyan en  él nos dejan acceder a su visión del mundo y a su experiencia. Porque sólo pueden representar aquello que han conocido y que les ha emocionado, y porque dentro del juego no existe lo que está bien o mal hecho, sólo aparece. Se trate de marionetas o de dibujos, jugando y representando, lo interno se hace externo, y por tanto más manejable y menos culpabilizador.

Los grandes por nuestra parte, tenemos que decir que aprendemos clown o que echamos partidas de videojuegos o cartas para que nos dejen volver a ser un poco niños/as sin que parezcamos infantiles. Para sentir el subidón de ganar o de hacer el payaso porque sí sin sentir vergüenza, ese sentimiento tan «maduro».

En fin, que el juego está en la vida, y al final si se fijan casi todo lo que hacemos es para pasarlo bien. O al menos me gusta pensar eso 🙂 Que disfruten.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Parece una tontería, pero te has parado a pensar lo raro/a que se siente uno/a cuando te cancelan un plan que se supone que te iba a ocupar toda la tarde o la mañana , y te lo cancelan unas horas antes: Y ahora que ya me había organizado el día, qué hago en este tiempo sobrante? Ya casi no tienes tiempo de planificar un cita, quedar con alguien, pedir hora para la peluquería,…

Hay personas que se bloquean, porque les cuesta improvisar y se preparan para lamentarse ante un tiempo «perdido» .Y hay para quienes el tiempo libre o la libertad para disponer del tiempo , es un regalo. Y aprovechan para darse el gusto de hacer algo con lo que disfrutar. El tiempo es lo más valioso que tenemos, más que el dinero… Y es que a diferencia de éste, que puede ir y volver, el tiempo sólo va.frog-1073426_960_720

La gente más previsora o que está más habituada a la cancelación de los planes tiene de antemano una lista de «planes B» o de actividades alternativas, de ésas que siempre decimos que haremos cuando «tengamos tiempo». Los más profesionales y eficientes  dividen su lista en tareas según su duración ( para 10 minutos libres, 1 hora, 1 tarde,…) o anticipando que lo que hoy se cancela se realizará la próxima semana, adelantan algo que tenían que hacer más adelante para «compensar» y cubrir el hueco.

En fin, en un tiempo en el que nos esforzamos por sacarle al tiempo el 200% y hacer varias cosas a la vez, soy de la opinión de que el tiempo «nunca» es perdido. No podemos sentirnos culpables ni tenemos que dar explicaciones por que se nos vaya una tarde hablando con alguien o viendo una película porque quizá eso es lo que necesitábamos en ese momento, teniendo además la oportunidad de hacerlo.

En fin, hagan lo que hagan, disfruten con su tiempo. Que para eso es de ustedes 🙂

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace poco hablaba con una amiga que está un poco quemada con el ambiente tan tenso que se está generando en su  trabajo. Me decía que le preguntó a una compañera si ya había entregado un  informe ( sólo necesitaba ese dato, no pretendía hacer un queja )y le espetó algo así  «no, ¿por qué? ¿es que tenía que haberlo entregado ya? no he tenido tiempo..!» y más cosas en tono irritado. En el trabajo de esta chica, tras muchos cambios y problemas, la gente está «a la que salta», y el problema ya no es ése, sino cómo reacciona a gente de alrededor.

 

Cuando vemos que alguien se comporta «a la defensiva» posiblemente tienen problemas para discriminar el nivel real de amenaza en una situación, o no consideran que tengan recursos suficientes para enfrentarse a ella.escudo

Nunca o casi nunca es algo personal, sólo filtran la información que puede suponer un peligro o un problema para ellos/as. Esto puede ocurrir de forma puntual, fruto del estrés y la presión que se genera en el ambiente. O puede que alguna persona sea de naturaleza recelosa.

 

Es fácil sentirse ofendido/a cuando se cuestionan nuestras intenciones, eso no es agradable para nadie. Y entonces tenemos dos opciones:

 

1) Responder al mismo nivel de agresividad y alimentar la espiral del conflicto ( algo así como ¡…yo sí que no tengo tiempo!)

2) Recordar que esta agresividad no va dirigida a ti, sino que te ha encontrado por el camino, y devolverle a esa persona la seguridad que le falta como si no nos diéramos por aludidos/as ( está todo bien, tranquila). Generalmente las aguas vuelven a su cauce y la propia persona se da cuenta sola de lo irracional de su actitud. Otra cosa es que lo exprese.

Y es que al final alguien tiene que mantener el autocontrol… Lo importante es que no siempre sean las mismas personas, porque se acaban desgastando; hoy tú tienes un mal día y me toca a ayudarte, mañana será al revés y así mantenemos el equilibrio.

Al igual que no siempre la mejor defensa es un buen ataque, creo que no tenemos por qué «defendernos» de de esa defensa, si no hay ningún ataque que la justifique.

Que disfruten del fin de semana 🙂

vrEsta Semana, por ser Santa y especial, tenemos a un autor invitado: Yeray David Rodríguez, creativo multimedia.

Hace ya tiempo que está demostrado que los videojuegos, en contra de la imagen popular que aún arrastran, pueden ser una actividad muy estimulante y adecuada para cualquier edad, siempre que se usen con moderación y, en el caso de los niños, bajo la supervisión de un adulto. Además, son muchos los colectivos ajenos tradicionalmente a este mundo, como los mayores, que ya han descubierto los atractivos de las consolas y los juegos de ordenador.

Por ese motivo, y también por el desarrollo de las últimas tecnologías de simulación e interacción, en los últimos años ha aumentado notablemente el interés en estos productos como herramientas terapéuticas que complementen a las tradicionales.

De forma general podemos distinguir dos grandes grupos: en primer lugar están los juegos dirigidos al público en general, pero que por su diseño puede mejorar la calidad de vida de ciertos colectivos de personas. Ciertos juegos de mecánica sencilla y entornos libres e inmersivos, por ejemplo, pueden ayudar a reducir el nivel de estrés. Otros juegos de temática social que invitan a la interacción entre los jugadores pueden resultar útiles a las personas con dificultades para la socialización. Son productos sin pretensiones terapéuticas, pero que pueden ser herramientas complementarias muy útiles.

El otro grupo lo conforman juegos especialmente diseñados para personas con algún tipo de trastorno. En este caso, los recientes avances tecnológicos en Realidad Virtual y Realidad Aumentada han mejorado espectacularmente su eficacia, hasta el punto que compañías están buscando la aprobación de la FDA, la máxima autoridad estadounidense en materia de salud. Una técnica habitual de estos juegos es la inmersión en una realidad virtual y controlada, para focalizar la atención del usuario o reproducir situaciones modeladas por los especialistas. Se ha usado en casos de estrés postraumático, trastornos del espectro autista o en cuidados paliativos del dolor. Otros juegos implementan técnicas que mejoran las capacidades cerebrales de los mayores con algún grado de demencia.

Y es sólo el principio: los futuros avances en juegos controlados por la mente y la mayor predisposición de los especialistas sanitarios en usar este tipo de tecnología presagian un desarrollo sin precedentes en terapias mediante videojuegos.

Se puede encontrar más información en este artículo de El Diario, así como en la Wikipedia.

Hace poco hablaba con una amiga sobre su trabajo. Ella dice que allí está bien, pero lo de siempre, con mucho trabajo, y hay poca gente…  se encoge de hombros y resopla , y mira hacia abajo.

Cada vez escucho con mayor frecuencia  frases  similares. En una época en la que hay que ser competitivos, innovadores y excelentes ( no basta con ser «buenos» ) en el mundo de la empresa, sus empleados también deben serlo. Pero todos no ganan la mismo ( en el sentido extenso de «ganar») .

La intención manifiesta desde un principio muchas veces no es contar con personal inferior a las necesidades, sino que existe una coyuntura que inicialmente lo justifica: «estamos comenzando el proyecto, según vayamos viendo incorporamos a más gente..», o bien la persona sustituta a una baja tarda en incorporarse.

El resultado en cuanto a liquidar volumen de trabajo es el mismo : las personas, responsables de su puesto o temerosas de perderlo, asumen la carga extra de trabajo y el trabajo «sale». O sea que a corto plazo no perdemos nada. El problema viene a largo plazo, cuando ya no se puede ir escapando y empieza a notarse el deterioro de la calidad y el desgaste del personal, que comete más errores e inevitablemente es menos eficiente. Y también  llegan las bajas ( siempre por problemas musculares, digestivos, pocas veces se trata de estrés …).pelota

A veces el problema no sólo es cuantitativo sino también cualitativo: las funciones de cada persona no están bien diferenciadas, las órdenes son confusas o cambian constantemente, y los recursos (instalaciones, medios,..) no son los adecuados para la actividad que se desarrolla. Esto también acaba generando tensiones entre compañeros/as y una  pérdida importante de tiempo.

Lo más grave es que esta situación se está normalizando; es rara la empresa cuyos/as empleados no se quejan de sentirse sobrepasados. Y aceptan esta situación, porque entienden que son ellos/as los que tienen que dar la talla.

¿Estamos creando una nueva  cultura, la de producir o lograr más con menos recursos o personas, es decir el «menos para más»? Ahí lo dejo. Es de estas cosas en las que no sé realmente si podemos cambiar algo, pero al menos… que nos demos cuenta.

Buenas noches y mucho ánimo a esos menos , que son más de lo que piensan 🙂