Hace unos días dirigía  un ejercicio con un grupo de personas  que siemrpe me ha resultado bastante interesante : cada uno de ellos se colocaba en la frente con una cinta un cartel que le asignaba una característica o un rol ( DIRECTOR/A, CARADURA, GRACIOSO/A,IGNORANTE, PELIGROSO/A, «??? «). Cada persona era incapaz de ver el contenido de su propio cartel, pero podía ver claramente el de los demás.ajedrez

Se les proponía que hablaran durante cinco o diez minutos de un tema que todos conocieran y al final de la conversación se comprobaba si eran capaces de deducir cada uno de ellos el cartel que llevaba colocado. Aunque unos con más dificultad que otros, todas las personas se aproximaron al «personaje» que sin querer habían interpretado.

Es decir: según cómo observo que me tratan los demás, puedo identificar cuál es mi papel o quién soy dentro mi entorno… al margen de rasgos de personalidad, las actitudes de las personas y su autoimagen se va configurando siempre a partir de cómo interacciona y de lo que observa a su alrededor, sobre todo lo que observa de los demás hacia él /ella.

Si a un niño o a una niña desde que nace lo tratamos por ejemplo como di fuera muy hábil para el ajedrez, independientemente de sus resultados en el juego , es posible que se convierta en un gran ajedrecista, porque confiando en que tiene capacidades para ello se esforzará más en practicar y le gustará más este juego porque sabe que es bueno en ello, sobretodo a determinadas edades en que los niños tienden a repetir juegos y comportamientos sobreaprendidos porque les  gusta comprobar su éxito y sentirse ganadores o superiores  a otros. Y puede ocurrir también al revés. Es la profecía autocumpida.

 

Miren a su alrededor. Y luego mírense ustedes. ¿Qué parte de mi soy yo realmente y qué parte es un reflejo de lo que los demás ven en mi? A veces no es tan fácil de diferenciar.

 

La mesa donde desayuno da a una ventana. Como es un piso bastante alto, puedo ver las azoteas de los edificios que están delante. Y también ventanas de habitaciones. En general sólo se ve que se apagan y encienden luces, pero a veces se ven sombras de figuras humanas que hacen diferentes movimientos. Con el tiempo he podido diferenciar que están vistiéndose , estirándose, salen y entran de la habitación. Sventana_edifon las 7:00 aproximadamente.

No veo nada sorprendente, pero reconozco que a veces es divertido y excitante. Se trata de escenas muy cotidianas ,que por sí mismas no tendrían que provocar ningún interés. Entonces por qué sigo mirando esto?

El voyer, no nos confundamos, es la persona que experimenta excitación sexual contemplando a otras personas en situaciones eróticas .La excitación va en aumento a medida que aumenta el riesgo de ser descubierto.

 

A margen de  ciertas desviaciones , pienso que todas las personas somos algo morbosas, si no perversas. Y no hay que vivirlo como algo inmoral mientras no dañemos a nadie ni a nosotros mismos .  La sensación de hacer algo que sabemos que está prohibido o que no está bien visto, ( como participar en algún grado de la intimidad de los otros ) viviéndolo como una travesura o aventura , genera en nuestro organismo esa adrenalina de la que hemos hablado anteriormente que provoca placer a pesar de que al mismo tiempo sabemos que podemos correr peligro.

No sólo eso: quizá saber que hay otras personas no tan lejos que realizan las mismas rutinas que nosotros día a día y que probablemente se enfrentan a las mismas preocupaciones y a los mimos conflictos,  en estos tiempos de individualismo que corren, nos ayuda en el fondo a sentirnos un poquito menos solos.

En cualquier caso, tengan en cuenta que a veces somos mucho más visibles para los demás de lo que nosotros creemos . Al menos aquellos/as  a quienes les importe…

 

 

 

 

Anoche vi un capítulo de una serie de televisión americana que a parte de divertirme mucho mostró algo que me resultó familiar. La historia iba de un tipo qe tendía a acercarse mucho físicamente a las otras personas cuando hablaba con ellas. A los demás se les notaba incómodos y casi siempre tendían a su misma vez a caminar unos pasos hacia atrás. Paralelamente  a la conversación que mantienen dos personas se desarrolla un diálogo paralelo entre sus cuerpos: uno avanza,el otro retrocede. Independientemente de lo que hablan o piensan, que seguramente uno de ellos pensará: que cosa más molesta…

A parte de este ejemplo , existen otros : si dos personas caminan mientras hablan , una de ellas tiende a seguir la trayectoria de la otra aunque no se pongan de acuerdo explícitamente.

Hagan una prueba : si estando de pie  le damos la mano a una persona que está sentada, ¿qué ocurre luego?y si empiezan a hablar ¿cuánto tiempo aguantarán haciéndolo de esta forma hasta que el que está sentado se levanta o el que está de pide se  sienta o se agacha si no dispone de una silla? A parte de que físicamente es incómodo, hay una diferencia de estatus.

A mí no me cabe duda de que los cuerpos por sí mismos establecen su propia comunicación, que puede ir en el mismo sentido de la comunicación oral… o no.  Y conocer  esto puede ser útil en las relaciones con los demás , bien sea para compensar diferencias de estatus, hacer que la otra persona se sienta  realmente comprendida , o facilitar un clima apropiado para una negociación.

¿Cómo entrenarse? Para esto lo ideal es trabajar en parejas: prueben  a intentar imitar o guiar con sus movimientos los de otra persona , y comprueben si se escuchan o son escuchados/as.

 

En Semana Santa me fui a la playa con mi hermana. Nos apeteció pillarnos un helado en un puestito del paseo. «¡ Y ahora la angustia de pensar qué helado me compro!«, decía ella con auténtico nerviosismo. Yo me reía, pero luego me hizo pensar: realmente todos los sabores parecían exquisitos y apetecibles. Y como no puedes elegirlos todos, quedarte con uno ya te obligaba a perder la oportunidad  todos los demás.

Hoy  la vida es en parte más estresante que antes porque tenemos muchas más opciones entre las que escoger: al elegir productos , estudios, pareja,… se nos abre ante nosotros un mar de diferentes posibilidades, y además muchas veces inlcuso podemos cambiar de opción en cualquier momento.¿ Las consencuencias de cada decisión ?No las conocemos antes de tomarla. No siempre tenemos toda la información que necesitamos, aunque lo parezca. ¿Y si me estoy equivocando y debía haber tomado otro camino?¿A dónde me habrían conducido los demás?¿Qué me estoy perdiendo?

www.fotofrontera.com

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La falta de respuesta a estas preguntas nos genera ansiedad, mayor cuanto más importante es para nosotros esa decisión.

Encima nos encontramos con personas que aparentemente ahorran más que nosotros porque tienen una compañía telefónica diferente, gente que tiene un trabajo «mejor» que el nuestro ( o tienen trabajo) y que resulta que estudiaron otra cosa, … y nosotros/as automáticamente nos arrepentimos de haber escogido nuestra carrera o nuestro  teléfono en su momento, sin una reflexión previa sobre lo que nos han aportado y nos aportan ahora y olvidándonos de que si tomamos entonces esas deciciones  fue por algo.

Éste es el precio que pagamos por la libertad, porque nos dejen elegir.

Y luego está la actitud con que nos enfrentamos al momento de elegir: hay personas que colocan muy alto sus expectativas: sólo estarán satisfechas cuando encuentren la camisa «perfecta» para ellas. Y otras a las que les da tanto miedo elegir que retrasan y retrasan la toma de decisiones, sin perder ni ganar nada, pero quedándose estancados en el mismo sitio.

 

Lo único que está demostrado es que superado el mayor tramo del ciclo vital las personas en general
no se arrepienten de aquello que hicieron y les salió mal sino de todo aquello  que les hubiese hacer …  y finalmente no hicieron.

 

Espero haberles tranquilizado con la vuelta del blog, durante algunos días hemos necesitado hacer un paréntesis para ocuparnos de varias cosas y resulta que el tiempo es limitado…

Ya estamos en los días Santos.

Ahora tenemos una breve tregua del ritmillo habitual bien para retomar el contacto con el Sol en varias partes del país o para participar en los actos propios de las fechas.

Yo tuve la oportunidad de presenciar una procesión durante mi estancia en Andalucía. Me agobié mucho con la calle tan llena de gente durante kilómetros , no me gustó el olor  a incienso y tenías que avanzar en un vaivén mareante.

Me prometí que no iría a más procesiones.

Con el paso del tiempo recuerdo también el silencio tan profundo de la gente. Es muy difícil que en circunstancias normales una multitud con gente de todas las edades, incluyendo niños, se mantenga tanto tiempo seguido callada. Hace falta una motivación o un clima muy especial para eso.

Sigo sin identificarme con el ensalzamiento del sufrimiento y y el sacrificio , pero reconozco que pocas manifestaciones de creencias pueden transmitir tanta y tan absoluta solemnidad y recogimiento en un espacio que generalmente es todo lo contrario.

No sé qué se le pasa a las personas por la cabeza cuando  observan una procesión, con la cabeza casi baja, el semblante quieto y las manos unidas. Quizá no todos están rezando para pedir cosas o pedir perdón hacia un ser superior . Quizá sea el momento que eligen o que se permiten para estar consigo mismos escuchando su propio silencio , para recordar y consolar su propio sufrimiento o para avanzar despacio con la paz y la seguridad que transmite saber que el camino ya está marcado.

 

Disfruten de esta Semana Santa de la manera que más les apetezca, en silencio o no.

En la anterior entrada ( para quien la recuerde) hablamos del valor de la escritura manual.

Para cambiar un poco aquí tienen la nueva entrada escrita a mano .

Como entiendo que mi letra puede resultar no tan legible como me gustaría, la acompaño con la transcripción a máquina.

Vas caminando por la calle y por causa de unas obras en una fachada hay una escalera apoyada al borde de la acerca. Con lo que o pasas por debajo o tienes que caminar por la propia carretera. Observé que la gente que llegaba a la escalera: dudaba.

¡Por qué?¿Qué puede imponer una escalera abierta?No se les iba a caer nada encima… Realmente por mucho que las sociedades evolucionen y se modernicen , seguimos siendo supersticiosos.

El número 13, pasar por debajo de las escaleras, pasar la sal en la mano, lo de los gatos negros,… Todo es huir de la mala suerte y atraer la buena hacia nosotros/as.

Generalmente, como la buena y la mala suerte no sabemos realmente dónde están o dónde se esconden , las supersticiones nos ayudan  a pensar que tenemos algún tipo de control sobre ellas, que haciendo o dejando de hacer determinadas cosas la atraemos o repelemos. La incertidumbre es algo que nunca le ha gustado al ser humano, por eso nos empeñamos en buscar comportamientos , pensamientos o rituales por absurdos que parezcan para convencernos  de que no estamos  sometido a los caprichos del azar.

A veces no hace falta recurrir a supersticiones comúnmente compartidas, cada persona puede tener su propio repertorio, fruto un poco también de la experiencia: recuerdo uno de los exámenes que suspendí en la carrera. Esa día estrenaba una camiseta. Desde entonces estuve un  tiempo intentando evitar la ropa nueva los días de exámenes ( ¿!).
¿Puede existir alguna relación real entre estrenar ropa y suspender un examen? Lo más racional es responder que no, pero mi impulso fue ése. Y esto se llama «correlación ilusoria «. Reconocemos que hay cosas que se nos escapan a nuestro control ( la dificultad de las preguntas, los temas que caen…) y nos inventamos formas de controlarlas.O de intentarlo.

En fin, que no somos tan racionales como creemos. Al final somos animalitos a los que les gusta verse como racionales. Buenos días y buena suerte!

 

Ayer fui a hacer la compra con mi lista ( como la gente ordenada), y curiosamente casi me dejo atrás dos cosas no porque me olvidara o no las encontrase, sino porque no podía identificar ciertas palabras que había escrito …

Decimos que escribimos rápido, o que no escribe bien el boli, pero realmente yo al menos en esos momentos me doy cuenta de que he ido perdiendo capacidad caligráfica con el tiempo. 

Cualquier habilidad se deteriora o atrofia si no se usa, como los músculos. Y lo cierto es que cada vez es más frecuente encontrar personas que hasta la lista de la compra la escriben en un ipad .

La escritura manual si  acaso se está relegando a textos muy breves, notas, dedicatorias de libros o tarjetas , firmas de documentos y poco más. Lo más habitual para comunicarnos y para elaborar textos es pulsar teclear, no escribir .

¿Tendríamos más fresca de adultos la escritura manual si tuviésemos que utilizarla  necesariamente para tareas muy habituales y prolongadas?Posiblemente sí. Si nuestra productividad , eficacia o imagen dependieran de ello nos veríamos obligados a esforzarnos más  .Lo que mejor aprendemos es aquello que nos es más útil o importante para adaptarnos ,y  ya no ocurre así con la escritura manual

Aunque esto es cambiando con el auge del Grafoanálisis , por ejemplo no es extraño encontrar ofertas de empleo en las que solicitan expresamente cartas de presentación escritas a mano para evaluar a  los candidatos  ( pausa «comercial»  : En Espacio Abierto preparamos un curso básico de Grafopsicología y Grafoanálisis para el mes próximo, más información en la web)

Por otro lado: ¿qué les resulta  más desagradable a ustedes?tratar con alguien que no habla bien o que no conduce bien  o con alguien que tiene una letra poco legible? No hay que olvidar los valores sociales ; la mayor parte de las veces que conocemos a alguien tardamos más en verle  escribir a mano que demostrar otras habilidades , no es tan importante escribir bien para causar una buena primera impresión.

Pero trabajar la caligrafía no sólo ayuda a mejorar el resultado ( la letra), sino que desarrolla la motricidad y el pulso y nos ayuda a comunicarnos mejor y evitar malos entendidos .

Miren, como buen propósito para el nuevo año me podía haber propuesto mejorar mi letra. Bueno, quizá aún estoy a tiempo…En cuanto acabe con esta entrada.

No me he considerado nunca una persona especialmente  carnavalera : a ver,  cada año cae una cabalgata  o un mogollón, aunque no me muero tampoco si no puedo ir .  Aún así  valoro la función social del Carnaval. Es importante que exista el  Carnaval por estas razones:

Dr. Zoidberg, de Futurama

1) Buscar un disfraz, aunque sea metiendo la cabeza el mismo día en el fondo del armario o tirando de una peluca y otro accesario prestado, estimula necesariamente la creatividad de la gente.

En este sentido nos podemos encontrar de todo, desde las personas que desde meses antes han meditado el concepto del disfraz, han diseñado cuidadosamente el vestuario  y consultan día a día las web extranjeras de compraventa en busca de accesorios de lo más diverso ( gafas antiguas de aviador, guantes de soldadura,…) hasta aquellos que les basta un gramo de purpurina porque dicen que ya van disfrazados todo el año . Y pasando por los que , como yo empiezan a pensar en algo con mucha pereza y luego se ven haciendo cola en las tiendas de chinos para ese detalle que la auténtica identidad al disfraz. Yo la verdad admiro a la gente que con un guante de disfraz y dos cartulinas se monta un disfraz de lo más original, como el amigo de la foto.

Recordemos a todo esto que la meta de un disfraz a veces es que la gente enseguida entienda de qué vamos disfrazados ).

2) El carnaval pone de relieve las diferencias culturales entre los pueblos. Piensen en el Carnaval de Brasil  y luego en el de Venecia, el de Canarias o el de Cádiz. O el carácter exhuberante de Brasil, la elegancia de los venecianos , lo popular y tropical» de los canarios y la socarronería de Cádiz.

3) Cuando relamente te implicas en la fiesta ( también puede ocurrir en otras) puedes olvidarte de muchas normas sociales y de quedar bien, te puedes permitir ser más espontáneo/a, porque al fin y al cabo en ese rato tú no eres tú, sino el personaje que has elegido crearte. También hay que decir que el ambiente carnavalero facilita la desinhibición de la gente…;)

Todos comparten el juego de despistar, todos estamos en un mismo sitio con un aspecto extraño, diferente al que lucimos siempre ( algunos incluso ridículo , es así) pero nadie se siente raro o diferente porque todos/as ese día han abandonado su personaje habitual y se han convertido en carne de carnaval .

 

 

 

Decía una amiga mía  y anterior compañera de piso que no conoces realmente a una persona hasta que convives con ella. Yo creo que aún así puedes seguir sin conocerla realmente, y también depende de qué tipo de convivencia se trata.Pero es cierto que descubres aspectos  en las personas que antes eran ocultos.

Se acerca San Valentín y posiblemente muchas parejas no van a celebrarlo juntas porque la convivencia no es una prueba fácil de superar. Convivir no es sólo compartir una vivienda, también implica coordinar horarios, negociar normas y aceptar hábitos. Es un reto para la flexibilidad , la comunicación y la confianza de cada persona.

Cuando compartes piso hay que definir entre varias personas cuándo algo realmente está «limpio», cuánto es «demasiado ruido», o qué espacio le corresponde a cada persona ( no sólo el físico). Y entonces te das cuenta de que las cosas quizá no sean necesariamente como tú las ves, todo adquiere un tono relativo.

La acumulación de pequeñas tensiones ,   pequeños detalles que nos parecen molestos a lo largo del día, meses y años puede generar realmente una situación de estrés y de irritabilidad. Puede dañar seriamente una relación de amistad o de pareja. Y las personas que llevan mucho tiempo viviendo solas generalmente toleran peor estas situaciones, porque no han aprendido aún a compartir una espacio y/o vida adulta.

Antes que nada, hay que tener paciencia. Porque salir de un hogar para construir otro requiere un todo un proceso y es normal que aparezcan pequeñas crisis y que nos decepcionemos. Son muchas cosas cosas que adaptar y cambiar, además de que no todas las personas están igual de preparadas.

Por otra parte , tampoco es necesario que las personas que conviven participen juntas en todas las actividades. Es normal que a la gente le apetezca hacer cosas por su cuenta y no siempre invitar a los otros. De hecho, en las relaciones de pareja es importante que cada uno tenga su espacio y que no pierda aspectos de su vida en invidivual . Esto no significa que queramos exluir a la/s otra/s personas de nuestra vida.

Para evitar tensiones va a ser fundamental mantener una actitud tolerante con la/s otra/s persona/s. A veces no es posible decidir quién lleva la razón o en qué canal se debe poner la tele. Entonces, vamos a turnarnos de alguna forma , unas veces ceden unos y otras veces otros. Lo mismo con la decoración o con las actividades. Recordemos que si preferimos tener el control de todo , menos es vivir solo/a.

Si escuchamos esta frase, las expectativas de que algo haya salido mal depende de la cara de la persona que nos la dice y de su tono de voz . Aún no sabemos lo que es , pero sí sabemos que no nos va a gustar.

A veces se nos acota un poco la imaginación cuando la frase viene acompañada de un «sobre el coche» , «sobre el examen», o «sobre la operación».

A nadie le gusta recibir malas noticias, aunque unos las encajen mejor que otros, pero tampoco debe ser fácil darlas. Todos tenemos miedo de mar malas noticias, porque cuando damos buenas noticias a otros , la alegría de los demás te salpica, pero cuando son malas la rabia o el malestar también, quieras o no.

En un estudio de Beatriz Villa López en la revista Nure Investigación en el 2007 ( Recomendaciones Sobre cómo comunicar malas noticias )analizaban los miedos que experimentan los médicos a la hora de dar una mala noticia a pacientes y/o sus familiares. También proponen pautas para facilitar el proceso. Lo pueden leer aquí http://www.nureinvestigacion.es/FICHEROS_ADMINISTRADOR/PROTOCOLO/pdf_protocolo_31.pdf

Creo que en muchos aspectos se puede aplicar también a la vida cotidiana.

Al ser uno/a mismo/a el que transmite el mensaje, tenemos miedo de causar dolor, aún cuando nosotros no somos responsables de lo que ocurre. También nos da miedo sufrir con la persona, el contagio emocional del que hablábamos antes. Y luego está el riesgo de que quiera «matar al mensajero» ( ¿y si la toma conmigo?).

Sobre lo que generalmente ayuda tener en cuenta para no añadir más malestar al que aparecerá necesariamente ( tengan en cuenta que  aquí yo he añadido de mi propia cosecha en base a mi experiencia profesional y personal):

1) Cuidar el espacio físico en el que vamos a dar la mala noticia. Encontrar un lugar tranquilo e íntimo, que no haya interrupciones en lo posible. Yo incluiría, según la gravedad del asunto, que haya un asiento cerca y nada que pueda utilizarse como arma en un momento dado, y a ser posible en persona, para controlar mejor la comprensión, la reacción y las necesidades de la persona

2) A veces es bueno preguntar para confirmar  qué sabe la persona que va a recibir la noticia sobre el tema en cuestión: si le han llegado informaciones previas, si le han llamado de algún sitio,…

3) Si nos ven muy alterados las personas pueden anticiparse incluso a cosas más graves de las que realmente han ocurrido.  Cuidado con empezar de forma muy genérica ( » Es sobre tu hermana!«), mejor precisar : « es sobre la visita de tu hermana»

4) A medida que damos la información , ir asegurándonos de que la persona comprende lo que le vamos explicando. A veces los nervios nos bloquean y decimos que «sí» mecánicamente. Si es necesario , pedirle a la persona que explique lo que acabamos de decir.

5)  No sabemos cómo puede reaccionar una persona justo después de recibir una mala noticia , nos pueden sorprender incluso aunque los conozcamos: después de decirle a alguien que el arreglo de su coche va a salir carísimo lo  mismo puede gritar,  que llorar o reírse. Cada persona expresa lo que siente como puede o como sabe hacerlo.

Hay médicos incluso que les recuerdan a las personas que reciben la mala noticia de que tienen su permiso y tienen derecho  para reaccionar como les salga , como si les da por reírse . Se trata de reacciones normales a situaciones anormales.

Lo mejor es esperar a que la persona se desahogue, no intervenir en ese momento sino cuando nos hayamos asegurado de que se ha tranquilizado lo suficientemente como para poder escucharnos. Y sobretodo no personalizar la reacción : la persona no está enfadada con nosotros sino con lo que le ha ocurrido.

Espero que no tengan muchas cosas que decirme  esta semana..;)