Al igual que las circunstancias a veces nos obligan a «reinventarnos» ( porfesional o personalmente), puede ocurrir que nos demos cuenta de que ese colchón emocional que significa tener amigos está un poco desinflado. Bien porque no se nos ocurre gente a la que llamar para tomar un café o porque nos damos cuenta de que ya no nos apetece ese café con las personas con las que contamos actualmente.

Lo más común es el caso de las personas que atraviesan una separación sentimental, cuando la vida en pareja ocupaba antes buena parte del tiempo libre. O bien aquellos/as  que se han mudado y ahora viven en otro lugar, porque los amigos de antes ya no están tan accesibles.

En cualquier momento nos podemos ver necesitados/as de crear una nueva red social. Recordemos que las relaciones interpersonales satisfactorias, al margen de las laborales y  las familiares , son una pata importante en la mesa del equilibrio emocional. Personas con las que reírnos, recrearnos en lo frívolo y arreglar el mundo. Y también que nos reciban con  calor cuando el miedo y los problemas aprietan.

Cuando ocurre esto, nos damos cuenta de que ya no es tan fácil como cuando éramos pequeños/as , que podíamos jugar con niños/as cuyos nombres incluso desconocíamos. De adultos no podemos ir preguntando a la gente «¿quieres ser mi amigo/a?», más bien, en mi opinión,  hay que generar un contexto adecuado, abrirse a nuevas opciones y tener paciencia.

Cosas que podemos hacer:

  • Buscar grupos con intereses similares a los nuestros : si te gusta tocar un instrumento, buscar personas con quien tocar. Si lo tuyo es la lectura, hay clubes en alguna bibliotecas. También hay grupos interesantes de senderismo o actividades al aire libre. En esto Internet es una herramienta muy interesante para poner en contacto a las distintas personas de una misma zona . A partir de ahí lo mejor es que relación se desvirtualice lo antes posible.
  • Aprender algo nuevo: clases de idiomas, teatro, tai-chi,…El proceso de aprendizaje requiere mucho del trabajo en equipo y la solidaridad de otros compañeros/as y garantiza tener tema de conversación.
  • Identificar personas en tu trabajo con las que te llevas bien o tienes algo en común y tratar de llevar un poco más allá esa relación. Puedes intentar sacar temas de conversación que no estén relacionados con el trabajo, interesarte por la vida de esa persona,… y espontáneamente puedes proponer en algún momento un café al salir o  hacer algo que os interese a todos ( ver una película, ir a un restaurante,…)

Cuando se trata de actividades compartidas, cuanto más se relacionen entre sí las personas del grupo más oportunidades hay de conocerse y de diferenciar a aquellas con las que más te identificas.

También es posible que muchas personas tengan poca disponibilidad para la vida social o que a su vez ya tengan un círculo social lo bastante amplio. En ese caso puede que deseen incorporar personas nuevas o no.

Pero se trata de intentarlo, a lo ensayo y error, y sobre todo dejar que fluya y ver qué aprendemos por el camino, sobre los demás y sobre nosotros/as mismos/as.

Hoy se me ocurrió una historia:

Pili caminaba por la calle, cuando se le rompió un zapato, una tira de la sandalia. Caminaba chancleando, así que tenía miedo de tropezarse, y se sentía observada por la gente que pasaba alrededor. También tenía miedo de clavarse algún cristal o algo del suelo, ya que la planta del tiempo por momentos se quedaba al descubierto.zapatos

Se fijó en las zapaterías que había cerca y entró a comprarse los primeros zapatos que le quedaron lo suficientemente bien y que podía pagar. Tenía mucha prisa y necesitaba salir de allí con algún par de zapatos para no seguir medio descalza. Eligió unos y cuando salió con ellos puestos se dio cuenta de que le apretaban un poco pero ya no podía cambiarlos y además tenía que llegar ya a casa.

Lola caminaba por la misma zona. Observa los escaparates, y ve un par de zapatos que le llaman la atención. Le gusta el color, y parecen cómodos. Entra y se los prueba pero no está de acuerdo con el precio. Así que se va sin comprar nada. Pero no importa, ya encontrará otros que le convenzan. No tiene necesidad real de unos zapatos nuevos porque ya va cómoda y calzada.

Pasa algo similar con las relaciones personales , cuando elegimos estar junto a una persona desde la necesidad o la dependencia, generalmente se trata de decisiones más precipitadas e impulsivas. Es fácil que acabamos en relaciones que realmente no nos satisfacen o incluso que nos hacen daño por llenar un vacío o cubrir unas necesidades afectivas.

Sin embargo, cuando nos implicamos en relaciones no para conseguir  estar bien sino para estar mejor de lo que ya estamos , o pasarlo mejor, o evolucionar más,  el resultado es diferente…

Piensa cómo y para qué  eliges  y mantienes las cosas y las relaciones en tu vida.