Hay una frase que estoy viendo con frecuencia por las redes , algo así como que trabajar duro por algo que no te gusta es estrés , y trabajar duro por algo que te gusta es pasión.  Realmente factores como  la no identificación con los objetivos de las tareas , la falta de libertad para elegir una forma de trabajo, etc…, son factores  pueden conducir a situaciones de estrés .Sin embargo aún cuando nuestra profesión  nos enamora y nos llena por completo , el exceso de volumen de trabajo y de responsabilidades nos desgasta de igual manera.corazonn

El estrés es una respuesta del organismo ante una demanda que no puede abarcar con los recursos que tiene: el tiempo, los conocimientos, el apoyo,… Independientemente de las ganas, el entusiasmo o la ilusión empleados.

Las cefaleas, las tensiones musculares y los problemas digestivos los padecen también personas entregadas en cuerpo y alma a su trabajo… quizá demasiado. En cualquier momento pueden llegar a un servicio de urgencias con un ataque de pasión que no les deja respirar o se les clava en el pecho.

Esto es tan válido para personas que trabajan dentro de una organización como para aquellas que lo hacen de forma autónoma. Aunque en ambas situaciones las fuentes de estrés suelen ser distintas, el caso es que viene muy bien esto de justificar con la pasión el que trabajemos duro, muy duro, a veces más de lo que nos merecemos. Incluso cuando sentimos que no podemos más, porque hay que hacer el mismo trabajo de antes con la mitad de plantilla o porque no sabemos si nuestro negocio va a continuar el mes que viene ante la carga fiscal y las deudas.

Tanto si te gusta tu trabajo como si no, tienes el mismo derecho a cuidarte, a no asumir como propios problemas que no son tuyos, a dedicarte tiempo para ti, y a pedir ayuda cuando la necesites. Una cosa es pasión. Y otra cosa es estrés.

 

 

Está cerrándose la época en la que generalmente la gente se va de vacaciones. Este año he encontrado en  varias personas un temor a la llegada de ese momento. No sólo por el estrés que puede implicar organizar las vacaciones en sí, sino por el el hecho de permanecer ausente del puesto de trabajo durante esos días, a veces una semana, a veces un mes. Se preocupan de que no les dé tiempo a «dejarlo todo cerrado», temen que durante esos días ocurra una incidencia o un problema y que ellos/as no estén allí para resolverlo.

Hay personas que se incorporan no desmotivadas o deprimidas , sino ansiosas por lo que se puedan encontrar a la vuelta. Si se les preguntase a algunos/as dirían que prefieren no coger puentes, aunque les sirva para escaparse unos días, porque, con el trabajo acumulado, luego es peor.estres vaca

En el entorno familiar puede ocurrir algo similar, cuando somos nosotras/os las/os que nos ocupamos del cuidado de una persona mayor, niños/as o animales. Incluso cuando hemos acordado que se ocupen otras personas en nuestro lugar, para nosotros nunca va a ser como si estuviera yo.

Esta sensación de dependencia o imprescindibilidad me sugiere dos cosas:

1) El sistema al que pertenecemos no es lo bastante flexible como para aprender y funcionar aunque sea de modo temporal de forma distinta, asumiendo las funciones de la persona ausente. Probablemente la comunicación no es lo bastante fluida o la división del trabajo es demasiado rígida, limitándose a distribuir responsabilidades a personas determinadas. Cada uno/a conoce sus tareas, pero no las de el/la de al lado o dónde puede encontrar la información sobre esto.

2) La atadura o dependencia psicológica de la persona hacia el sistema ( empresarial o familiar) y viceversa es considerable. Es posible que estas personas arrastren sentimientos de culpa y que se sientan absorbidos o quemados dentro de su entorno. Hay personas más vulnerables a experimentar estos procesos, como aquellas con alto sentido de la responsabilidad y/o  necesidad de control.

Tenemos  una relación sana con nuestro entorno personal , organizacional , cuando sentimos  que no somos imprescindibles, y cuando confiamos en que se resolverá  cualquier problema que pueda surgir ( si es que surge) si no estamos ahí. Seguramente los demás no lo harán de la misma forma que nosotros/as, pero será eficaz y suficiente.

 

 

 

Hace poco me hablaban del caso de una chica que estaba muy preocupada porque pensaba que la iban a despedir de su trabajo. Había interpretado  varios gestos y sucesos de jefes y compañeros/as como señales de lo que iba a ocurrir.

El primer impulso para los que escuchábamos era pensar en lo exagerado de la idea y en formas de ayudarle a esta chica a comprender que muy probablemente no era eso lo que iba a ocurrir, que se estuviese tranquila.

Sin embargo alguien preguntó: «¿y si es verdad que la quieren despedir? ¿cómo podemos estar seguros de que no es real su miedo…?»adddd

Realmente, no podemos convencernos a nosotros/as  mismos/as de nada opuesto a lo que creemos. Por mucho que yo me repita que todo está bien, que no va a  pasar nada, que no existen amenazas a mi alrededor, en el fondo no puedo saberlo con seguridad y puede estar justificada mi alarma. Pero sí conozco mis propios recursos y sé que por mala que se la situación podré afrontarla, hacerlo bien, y que el que esté nerviosa/o  no impedirá que alcance mis objetivos, soy capaz de controlarme . Y en el peor de los casos, si pierdo mi trabajo seré capaz de encontrar otro (incluso mejor).

Nos dicen mucho que nos hablemos y pensemos siempre en positivo, yo prefiero los mensajes positivos y que además realmente me creo.

En todo caso podemos preguntarle  a la  persona preocupada de antes si cree que esos gestos, acontecimientos, o miradas o pueden deberse a otro motivo que no sea el de querer despedirla, si su jefa ha podido tener un mal día o está enfadada por asuntos que nada tienen que ver con ella. La ansiedad se reduce cuando podemos admitir que quizá hayan otras explicaciones, que mi certeza igual no es tan correcta como yo creo y entonces mi forma de interpretar lo que pasa a mi alrededor se vuelve más flexible, más abierta . Pero sólo en forma de posibilidades lógicas.

La realidad es que podemos controlar nuestra ansiedad tanto como podemos controlar lo que ocurre a nuestro alrededor: con limitaciones.

La diferencia entre ser feliz o no conviviendo con la ansiedad es cuantitativa.  A partir de un nivel de intensidad puede impedirnos llevar una vida satisfactoria, pero si aprendemos a manejarla podemos vivir (no sólo sobrevivir) a pesar de ella.

… Al final somos energía, de ésa que desprende calor, que nos  mueve para hacer, sentir cosas y crear cosas y que se comunica de una fuente a otra.

Al margen de nuestra energía pueda cambiar de positiva a negativa o algo así, pienso que como organismos nos cargamos y descargamos de energía vital. Como las baterías de los móviles o del portátil, vamos.

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Tomamos energía de elementos físicos, como el alimento, el agua, el oxígeno. Pero también hay otras cosas en nuestro entorno que pueden hacer que sintamos que ganamos o perdemos esa energía vital. Perdemos energía no sólo cuando estamos cansados física o mentalmente, ni tampoco la ganamos siempre por descansar. Estamos perdiendo energía cuando nos falta motivación o fuerzas para continuar o para empezar algo nuevo debido al cansancio emocional acumulado.

Creo que es un ejercicio muy sano observar en el día por dónde perdemos energía y cómo la recargamos , porque también nos diferenciamos en eso : no todas las personas descargan y cargan su batería de la misma forma. En cualquier caso aquí van algunos agujeros habituales por los que se nos puede colar la energía:

  •  Conflictos con otras personas: compañeros/as o jefes/as , familia, pareja,… La energía se nos va simplemente en odiarlos, en sentir lo injustos/as que son, en  intentar cambiarles,..
  •  Preocupaciones recurrentes : lo que puede pasar (o no) . Independientemente de que hagamos algo al respecto.
  •  Los imprevistos continuos y reaccionar ante ellos de forma intensa (preocupándonos mucho).

¿Qué tienen en común todas estas situaciones?  Igual ya lo han deducido: no es lo mismo invertir energía y conseguir un resultado, que en ese caso la energía se vuelve a recargar en forma de satisfacción, que gastarla en lo inútil, porque entonces sí que la perdemos, la derrochamos.

Por otro lado, ¿qué puede cargarnos de energía?

  • Sentir el sol. En la piel, en la cara  en el cuerpo.
  • Hacer cosas que nos hagan sentir bien.
  • Compartir tiempo con personas con las que nos sentimos bien.
  • Comportarnos de forma coherente con lo que pensamos y sentimos.

Generalmente andamos tan ocupados/as que no nos damos cuenta de por dónde va nuestra  reserva  de energía, hasta que está punto de vaciarse del todo, y claro entonces cuesta más llenarla hasta un nivel suficiente como para seguir avanzando. Vigila y renueva tu energía, tú sabes cuándo lo necesitas.

 

Las técnicas de relajacióny las de meditación son una poderosa herramienta para afrontar estados de ansiedad y nerviosismo que perturban nuestra vida.

Parece que todas las personas ansiosas necesitan aprender a relajarse, pero al igual que ocurre como otros procesos como la hipnosis o la sugestión, no todos estamos preparados de la misma manera para relajarnos.Human_stress

Hay personas incluso que generan una fobia a los ejercicios de  relajación, paradójicamente se sienten más nerviosos/as cuando intentan relajarse.

Aquí tienen mucho que ver las expectativas, la necesidad de alcanzar un rendimiento adecuado o de conseguir el objetivo propuesto.

Es como cuando intentamos quedarnos dormidos, cuanto más nos peleamos con la almohada, más vueltas damos y nos cuesta dormir ; al sueño no hay que buscarlo, ya nos encontrará él cuando estemos en las condiciones adecuadas para recibirlo ( sin tensión).

Si eres de esas personas a las que aunque lo intente no puede relajarse puedes probar con lo siguiente:

  1. No te enfades contigo mismo/a porque no puedas relajarte. Simplemente obsérvate , toma conciencia de tus sensaciones corporales, de cómo está tu cuerpo y trata de descurbir algo en ello (Cuando intento relajarme apreto más los dientes, por ejemplo)
  2. Observa si esta dificultad aparece con frecuencia o si hoy tu organismo no responde a la relajación. En el segundo caso es posible que estés demasiado ansioso/a para concentrarte, así que limítate a mantener la atención en tu respiración.
  3. Antes de comenzar un ejercicio de relajación, haz estiramientos o una actividad física que agote tu energía . De esta manera el cuerpo se relaja y es más fácil que el ritmo del cerebro sea más lento.
  4. Observa qué actividades de forma espontánea te hacen sentir más tranquilo/a, disfrutar : estar en la naturaleza, tomar el sol, escuchar música,… Ésas pueden ser formas de relajarte informalmente. Lo importante es que te sientas bien.
  5. No abuses del café o de estimulantes . Una buena dosis de vitaminas ( frutas cítricas , frutos secos,…) es suficiente para proporcionarte energía sin sobreestimularte.
  6. Intenta prestar atención a actos automatizados como respirar o andar durante el tiempo que puedas, manteniendo en lo posible la mente en blanco. No importa cuánto tiempo dures, lo importante es ser constante. La atención es como un músculo, a medida que se entrena aumenta su capacidad.

Cada persona y cada organismo es distinto. Antes de incorporar un cambio en la vida, es importante conocernos y tomar conciencia reflexivamente de nuestras auténticas necesidades. Relájate. Pero también disfruta .

El otro día  me pasé la tarde buscando la manera de ajustar un prespuesto a la reforma de la casa. Para mí que no había manera y cada vez estaba más nerviosa . Aburrida ya, como tampoco me corría prisa, dejé el asunto y me puse a limpiar. Los azulejos del baño, de arriba a abajo, de abajo a arriba,.. No pensaba la verdad en nada, y en ese momento me vino una solución bastante válida: había partes de la reforma que podía comenzar ahora y otras partes que eran independiente más adelante. Así de fácil, pero no se me había ocurrido antes…TuboemU

No siempre persiguiéndolas aparecen las buenas ideas . A veces la «inspiración» nos pilla barriendo, nadando o haciendo la compra. La  mente, aunque sea a un nivel inconsciente, sigue trabajando , pero esta vez sin presión, con más libertad. Según la Programación Neurolingüística, la actividad de los hermisferios cebrales funciona según el principio de vasos comunicantes, de forma que cualquier actividad consciente que implique funciones de uno de los hemisferios cerebrales (por ejemplo el izquierdo para el pensamiento lógico, matemático ,… como resolver un problema de cuentas ) va a tener un efecto sobre el resultado de la función del otro ( en este caso continué con una actividad motora coordinada por el hemisferio derecho básicamente) .

En este mismo sentido, cuanto más nos agobia, presiona un problema, más nos cuesta encontrar la solución. La ansiedad es incompatible con la actividad mental superior y la solución de problemas  , por eso en momentos de amenaza es más fácil que respondamos de la forma más instintiva ( defensa o escape).

De ahí que cuando nos encontramos ante un problema importante para nosotros, que nos estrese mucho, es mejor relajarnos y esperar a que baje la ansiedad inicial antes de pensar lo que vamos  a hacer. Podemos salir a que nos de el aire, respirar profundamente, hablar con alguien, hacer ejercicio,… y mañana será otro día en el que enfrentarnos con calma a la situación.

En fin , que los caminos que utiliza la mente son muy complejos, aún ni los conocemos del todo. Lo que sí vamos sabiendo ya es que  los estados emocionales, la forma en que nos sentimos ante lo que nos ocurre en la vida , pueden facilitar o entorpecer las buenas ideas o las buenas decisiones . Todo depende de hasta qué punto sepamos tenerlas de nuestro lado.

El miedo a volar es un tipo de miedo irracional o fobia, es decir: Tenemos miedo de algo que por sí mismo no tiene que representar ninguna amenaza para nosotros.

Es importante que la persona aprenda a hacerse consciente de sus su actividad mental y también corporal, para que aprendamos  a distinguir cuándo nos estamos  empezando a  poner nerviosos/as , así como adquirir técnicas de respiración, relajación y otras dirigidas a combatir los pensamientos que producen ansiedad.

En la entrevista hablamos sobre el mantenimiento del miedo y sobre  estas técnicas de afontamiento:

 

Espacio Abierto – 16-01-2014

Por muy tranquilos/as que nos consideremos todas las personas nos enfadamos. La rabia es una emoción natural, básica, que comparten todos los seres vivos, si bien todas las personas no la expresan igual.  En esta entrevista explicamos qué podemos hacer para afrontar de forma sana nuestra propia ira y la que experimentan los demás ante nosotros/as.

 

ada_prieto_control_ira_parte_1

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El estrés es una respuesta de alerta del organismo ante un posible peligro o amenaza. El cuerpo automáticamente se prepara mediante la liberación de hormonas para responder con una agresión o afrontamiento o una huida .

El estrés implica un sobreesfuerzo para el  organismo  programado para un corto periodo de tiempo.  Si mantenemos este estado de sobreesfuerzo más allá , porque no conseguimos los recursos necesarios , el cuerpo y la mente comienzan a agotarse .

En esta entrevista  identificamos  las señales de estrés en nuestro funcionamiento corporal y psicológico y las claves para actuar de cara a  prevenir que nuestra salud se vea comprometida.

 

Espacio Abierto Con Ada Prieto (2)

 

En Semana Santa me fui a la playa con mi hermana. Nos apeteció pillarnos un helado en un puestito del paseo. «¡ Y ahora la angustia de pensar qué helado me compro!«, decía ella con auténtico nerviosismo. Yo me reía, pero luego me hizo pensar: realmente todos los sabores parecían exquisitos y apetecibles. Y como no puedes elegirlos todos, quedarte con uno ya te obligaba a perder la oportunidad  todos los demás.

Hoy  la vida es en parte más estresante que antes porque tenemos muchas más opciones entre las que escoger: al elegir productos , estudios, pareja,… se nos abre ante nosotros un mar de diferentes posibilidades, y además muchas veces inlcuso podemos cambiar de opción en cualquier momento.¿ Las consencuencias de cada decisión ?No las conocemos antes de tomarla. No siempre tenemos toda la información que necesitamos, aunque lo parezca. ¿Y si me estoy equivocando y debía haber tomado otro camino?¿A dónde me habrían conducido los demás?¿Qué me estoy perdiendo?

www.fotofrontera.com

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La falta de respuesta a estas preguntas nos genera ansiedad, mayor cuanto más importante es para nosotros esa decisión.

Encima nos encontramos con personas que aparentemente ahorran más que nosotros porque tienen una compañía telefónica diferente, gente que tiene un trabajo «mejor» que el nuestro ( o tienen trabajo) y que resulta que estudiaron otra cosa, … y nosotros/as automáticamente nos arrepentimos de haber escogido nuestra carrera o nuestro  teléfono en su momento, sin una reflexión previa sobre lo que nos han aportado y nos aportan ahora y olvidándonos de que si tomamos entonces esas deciciones  fue por algo.

Éste es el precio que pagamos por la libertad, porque nos dejen elegir.

Y luego está la actitud con que nos enfrentamos al momento de elegir: hay personas que colocan muy alto sus expectativas: sólo estarán satisfechas cuando encuentren la camisa «perfecta» para ellas. Y otras a las que les da tanto miedo elegir que retrasan y retrasan la toma de decisiones, sin perder ni ganar nada, pero quedándose estancados en el mismo sitio.

 

Lo único que está demostrado es que superado el mayor tramo del ciclo vital las personas en general
no se arrepienten de aquello que hicieron y les salió mal sino de todo aquello  que les hubiese hacer …  y finalmente no hicieron.