Hace poco alguien me dijo que no recordaba dónde había colocado el móvil . «¡Qué mala memoria tengo!» , se quejaba. Yo no estoy tan segura de si tenía problemas para recordar el lugar en el que había dejado el aparato o es que no había prestado atención mientras lo hacía.

La atención es un mecanismo imprescindible para la memoria , por ejemplo. Es imposible fijar una imagen o una frase si antes no la hemos captado adecuadamente .shoes-471863_640

La atención funciona como un «foco» que determina qué va a procesarse y qué no, a qué le damos importancia y lo que no es relevante en ese momento, según nuestros intereses, características, estado emocional,… Por ejemplo, si veo un escaparate puedo decidir quedarme sólo con la imagen de aquellos zapatos cuyo precio baja de 20 euros. Los demás no me interesan y por tanto no voy a recordar cuántos había , ni su forma, ni su color,…

Es comprensible porque la atención es limitada, no podemos atender a todos los estímulos a la vez , tenemos que hacer un filtraje de la escena. Al igual que no podemos realmente hacer dos cosas a la vez. Bueno sí, cuando una de ellas es automática. Por eso podemos hablar  con el móvil para organizar una evento  a la vez que caminamos.

El proceso de filtrado no sólo afecta a lo que percibimos del exterior, sino también a cómo elaboramos lo que creemos que somos, es decir, nuestro autoconcepto. Puedo atender más a mis errores que a mis logros, dar más importancia a los comentarios positivos o a los negativos de los demás…Y ¿qué resultado tiene esto para la autoestima?

Todo es cuestión de atención. Y la atención puede entrenarse en el día a día, con sencillos hábitos o ejercicios. Pero como la entrada se está quedando muy larga, esto mejor lo vemos la semana que viene :P.

Que tengan una buena semana 🙂

 

 

 

Mi consumo de coca-cola aumentó en un 50% la semana pasada. La verdad es que no suelo consumir demasiados refrescos, a lo más que llego es  a un vaso diario en época de calor , que parece que apetece más. Pero la semana que acaba de terminar estuve bebiendo como dos o tres vasos por día.

¿Que qué ocurrió la semana pasada? Muy sencillo :al contrario que otras veces, tenía que una botella de coca – cola en la nevera que había sobrado de una fiesta.

A parte  de las características adictivas que le han descubierto a la cafeína  , particularmente a la coca-cola, creo que fue muy importante el hecho de saber que estaba cerca, que sólo tenía que abrir la nevera para disfrutar del dulzor, el fresquito, e incluso matar un poco el aburrimiento o el hambre.

Se acabó la botella el domingo y por ahora no he ido a buscar coca-cola a ningún sitio . Tampoco sé si la pediría al sentarme en un bar.

A veces lo que hace que  comamos, bebamos o hagamos algo es lo accesible que nos parezca. Si tenemos un leve deseo de algo pero consideramos que está lejos de nosotros o que requiere un esfuerzo por nuestra parte puede que nos olvidemos de ello o lo aplacemos. Piensen cuando escuchamos «me voy a estudiar a la biblioteca porque en casa está la tele…» o cuando no tenemos mando a distancia para cambiar el canal de la tele y esperamos a que nos aburra enormemente lo que estamos viendo para levantarnos a apretar un botón.

En el caso de la alimentación está muy claro. Si hubiese tenido que bajar a una tienda o al supermercado para poder beber coca cola es bastante probable que no lo hubiera hecho ( agua está bien..) . De hecho  si queremos perder peso o comer mejor ¿qué ocurre si tenemos muchas chucherías  a mano, en la nevera o en la despensa ? Si a mi me pasa esto con la coca-cola  piensen en los niños , por ejemplo, que generalmente tienen menos capacidad para controlar sus impulsos. Los hay que si ven dos magadalenas en la despensa, se comen dos. Y si ven tres, se comen tres ( total ¿para qué dejar una sola?) Sin embargo , si hay que bajar a la tienda sólo para comprarlas, la cosa cambia….

En fin, que la voluntad hay que trabajarla, pero también hay que echarle un cable. Total, que para la próxima fiesta procuraré que hayan menos refrescos, que luego sobran y me los bebo…