Hoy sólo tengo una cosa clara : todo puede cambiar en cualquier momento, todo puede ocurrir y puede que no ocurra nada: en este mismo momento en que estás leyendo estoy pueden estar gestándose unos cuantos imprevistos o sorpresas para ti. La impresión que compartimos la de que todo cambia muy rápido y no saber cómo se va a comportar el mundo mañana , si vamos a ganar o perder algo que tenemos , qué es lo que nos espera… puede generarnos mucho miedo, miedo a no estar preparados/as para lo que pueda venir o a no tomar ahora las decisiones adecuadas . Y esto es lo que nos desestabiliza, nos asusta la incertidumbre , pero es que a su vez es lo que más abunda ahora. . A mi parecer no podemos luchar contra ella. Nunca ha sido posible controlarlo todo, pero menos ahora.DIGITAL CAMERA

Y  entonces ¿qué podemos hacer? Pues está claro, habrá que aprender a vivir con la incertidumbre, aceptar que no podemos dar nada por hecho. En este proceso tendremos que dar los siguientes pasos:

1) ACEPTAR LA INCERTIDUMBRE:

Vamos a imaginarnos a un ratón que está dentro de un laberinto. Ha aprendido a tomar un camino determinado para llegar a su comida. Siempre que recorre el laberinto lo encuentra en el mismo sitio, pero un día lo cambian. Pero el ratón no comprende por qué ya no está ahí y piensa “Pero si siempre ha estado ahí, cómo han podido cambiarla sin decirme nada, a lo mejor sigue ahí pero no la he visto, voy a volver al mismo sitio ,…”¿Qué creen que va a ocurrir si el ratón sigue obcecado, tomando el mismo camino día tras día? Se empezará a sentir cada vez más fatigado y morirá de hambre porque no está dirigiendo su energía a buscar otro camino para encontrar su comida.

Cuando aceptamos que las cosas pueden cambiar en cualquier momento estamos más preparados para cambiar el camino o la estrategia cuando haga falta. Porque Aceptamos la incertidumbre, nos damos cuenta de que es duro, reconocemos lo que sentimos , lo compartimos on otras personas , pedimos ayuda si la necesitamos , pero no nos “atascamos” en resistirnos , enfadarnos , y en dedicar sólo a esto nuestra energía.

2) CONFIAR EN NOSOTROS/AS

Ante los efectos de la incertidumbre sólo hay un «antídoto»: la confianza. Confiar en nosotros/as mismos/as, en nuestras capacidades para afrontar lo que pueda venir cuando tenga que venir. Tenemos que pensar en lo que hemos superado anteriormente , pensemos en nuestros mayores: si muchos de ellos han superado situaciones tan o más duras que las nuestras, por qué nosotros no? Y por cierto cómo lo hicieron? También prepararnos, por qué no, buscar información y mejorar  habilidades que nos puedan ayudar en un futuro. Pero cuidado con el perfeccionismo y con caer en la falacia de que podemos tenerlo todo controlado .

Si prestamos atención sólo a los riesgos , o a las dificultades todo parece más peligroso, más negativo, pero no olvidemos que también tenemos conocimientos, habilidades , personas que pueden ayudarnos y una cosa se compensa con la otra.

3) CUIDARNOS

Por otra parte no podemos responder a las situaciones si no nos cuidamos bien. Si no descansamos lo suficiente o si nuestra mente está continuamente llena de pensamientos y preocupaciones, estamos bloqueados, no podemos pensar con claridad. Además una mente fuerte, resistente, es aquella que se nutre con emociones positivas, haciendo cosas que nos hagan sentir bien y manteniendo satisfactorias  positivas con otras personas.

4) APROVECHAR LA INCERTIDUMBRE PARA CONOCERNOS MEJOR

La incertidumbre en cualquier caso puede ayudarnos a conocernos mejor, porque podemos darnos cuenta de a qué le tenemos miedo ( a fracasar, a que nos rechacen, a enfermar,…) , qué cosas creemos que nos hacen daño y qué nos ha marcado en nuestra historia previa, infantil y que todavía a lo mejor no hemos resuelto del todo.

También es verdad que no todas las personas son igual de vulnerables a los efectos de la incertidumbre, hay personas que tienen más tolerancia y más facilidad para aceptar retos e incluso disfrutan de ellos, mientras que otras necesitan sentir que todo es más predecible para sentirse seguras. Estas tendencias son cuestión de personalidad, pero a medida que nos exponemos a situaciones inciertas aumenta nuestra confianza porque nos damos cuenta de que podemos afrontarlas.

Éste es el momento que te  ha tocado vivir, puede que no sea el mejor , pero es el tuyo. Ahora tú decides cómo quieres vivirlo.

Hace poco un amigo mío decidió prestar a otra persona una importante suma de dinero para abrir un negocio. La idea daba un poco de vértigo, pero él se mostraba muy seguro de lo que hacía, me comentaba que confiaba en esa persona, en que haría todo lo posible por devolverle el dinero y en que lo destinaría exclusivamente para aquello que se había acordado.

Ganar la confianza de los demás es una carrera de fondo. No podemos hacer prácticamente nada concreto un día que nos permita ganarnos la confianza incondicional de un/a  amigo/a , de nuestros/as hijos/as o de nuestra pareja. Digamos que es el resultado de superar muchas pruebas a lo largo de la relación.

lovers-353521-mSin embargo la confianza es tan difícil de ganar como fácil de perder. Basta una sola prueba de deslealtad para perder la confianza de alguien durante mucho tiempo. Después del consiguiente enfado, posiblemente con el tiempo retomemos  la relación donde se dejó , pero recuperar la confianza es algo mucho más lento y costoso.

Para «ganar» o reforzar la confianza de los demás en nosotros/as tendremos que procurar, entre otras cosas:

1. Ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos: si por ejemplo me declaro una  persona ecologista, que al menos se vea me esfuerzo en reciclar y ahorrar agua y luz.

2. Cumplir aquellas cosas con las que nos comprometemos, sobre todo si implican a los demás

3. Ser honestos/as: si alguien se interesa por nuestra opinión la valorará como más auténtica si no siempre es la que sabemos que le agradaría. Cuando le digamos que pensamos que ha hecho algo bien, realmente sabrá que somos  sinceros/as. En este sentido también es importante decir cómo nos sentimos tal cual, aunque la otra persona pueda enfadarse.

4. Evitar hacer comentarios a terceras personas de sentimientos u opiniones que no hemos compartido con las personas implicadas. Si Pepe se entera a través de otras personas de que tengo un problema con él, es más probable que dude de nuestra relación de confianza.

 

Como podemos ver, la confianza casi siempre funciona de forma recíproca, las personas suelen confiar más en nosotros/as cuando comprueban que confiamos en ellas. Al mismo tiempo tiene relación con la confianza y la imagen que tenemos de nosotros/as  mismos/as :  Tendemos a asumir de forma inconsciente que los demás son como nosotros, y si no nos consideramos personas dignas de confianza porque nuestro autoncepto es negativo, difícil será que veamos a los demás como personas en las que podemos confiar.

La confianza es en realidad un acto de valentía, significa apostar y arriesgarse: nosotros/as elegimos a las personas en las que decidimos confiar, y dentro de ese juego está la vida.