Cuando todo se vuelve complejo y nos dispersa, necesitamos volver a lo simple. Pero a veces no sabemos cómo hacerlo, tenemos que inventar algo nuevo exactamente igual a una versión anterior en lugar de simplemente recuperar y reciclar lo ya existente.

Es lo que ha pasado con el móvil Punkt MP 01, el cual venden como el móvil de la desintoxicación digital . Lo que le diferencia de los actuales móviles, smartphones en su mayoría, es que sólo sirve para llamar , recibir llamadas, enviar mensajes de texto. Ah, sí y tiene calendario y reloj. Y la batería dura mucho más. ¿ No les recuerda esto a algo? No hace tanto que yo tuve un teléfono así. De hecho aún conservo alguno que podría utilizar de nuevo.PososAnarquia_Punkt

Pero parece más legítimo invertir casi 300 euros en algo que tendríamos gratis si removiéramos un poco los cajones. Que hace exactamente lo mismo , pero es nuevo y más bonito o moderno.

Nos da miedo volver atrás. Parece que si utilizamos cosas antiguas o no usamos las nuevas nos van a mirar raro y entonces vamos a interpretar que nosotros/as también somos antiguos/as o estamos desfasados/as.

Nos identificamos tanto con nuestros objetos… y no sólo con la ropa y los complementos, … A veces los vemos como  una extensión de nuestra personalidad.

Te animo a reflexionar un poco: ¿hasta qué punto piensas que lo que utilizas o te pones te define a ti?¿ Qué precio estás dispuesto/a pagar para conservar esa coherencia?

Les deseo una semana estupenda 🙂

 

 

 

 

 

Ayer tuve la oportunidad de escuchar , en  las jornadas de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Santa  Lucía, al presidente de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Las Palmas (UPA). Entre los obstáculos actuales que frenan el desarrollo de la agricultura y ganadería de pequeña explotación en Canarias, están las tendencias de consumo actuales.tomates

Parece que no podemos controlar los movimientos de la economía o del empleo a nuestro alrededor. Sin embargo nada seguiría en la misma dirección si no compráramos y consumiéramos exactamente como lo hacemos ahora. Si algo se vende, es porque alguien lo compra, o sea que como consumidores algo sí podemos controlar. Y es que pocos roles dentro de la sociedad son tan generales como el consumidores /as ; en mayor o menor medida todos consumimos , compramos, comemos, usamos. Y elegimos.  Por tanto tenemos una responsabilidad.

Somos parte de una cadena. Podemos elegir consumir productos ( véase mermeladas, tomates ,o  zapatos) de calidad incierta fabricados no-sabemos-dónde ( o sí, pero aquí no). Y muchos , porque son baratos , aunque enriquezcan a multinacionales que ponen sus propias normas. O podemos invertir un euro más no sólo en adquirir productos de mejor calidad,  sino también en contribuir al desarrollo económico y al empleo de nuestra propia comunidad. Egoístamente, antes o después si las personas de mi comunidad tienen mayor poder adquisitivo, digo yo que estarán en mayor disposición para invertir en los servicios que yo ofrezco… Al mismo tiempo que yo también podré invertir más … y así cerramos la cadena.

Ser agentes o protagonistas del cambio empieza por creérnoslo nosotros/as  mismos/as. Evidentemente somos libres de consumir lo que y donde queremos , y sabemos que hoy día la situación económica aprieta, pero que seamos conscientes de ello y de sus consecuencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace poco hablaba por teléfono por la calle y necesitaba desesperadamente apuntar algo pero no encontraba un bolígrafo . Alguien que había a mi lado se dio cuenta y me lo ofreció. Sentí en ese momento tal gratitud que le hubiese dado lo que me hubiese pedido a esa persona…

El bolígrafo ( que escriba ) en la mesa , los pañuelos en el coche, los chicles en el bolso,… son cosas que en sí mismas tienen relativamente poco valor, pero éste puede aumentar enormemente en el contexto apropiado.aguafria

En el lugar y en el momento apropiado, podemos sentir que cualquier cosa puede ser necesitada vitalmente para salir adelante, en la medida en que satisface una necesidad o resuelve un problema . Es la situación en la que , en mitad de una playa abarrotada de gente, muy lejos de la zona de las tiendas y con un calor que hace sudar hasta  a tus pensamientos , matarías por una botella de agua fría. Cuando en general este objeto pasa desapercibido para nosotros.

Las personas con vista comercial saben esto, por eso nos encontramos con chavales que venden esas botellas de agua, refrescos y polos a precios poco habituales. Y la gente los compra.

En el plano emocional, no recibimos igual un «gracias » o un achuchón en un estado normal que en un momento de sequía afectiva. Los gestos, las palabras, las acciones tienen el valor con el que son recibidos. A veces la empatía consiste en conocer cómo nos ven los demás en función de lo que necesitan o están predispuestos a ver.

Al final, el valor de las cosas lo  ponemos nosotros, y nosotros dependemos de nuestras circunstancias, así que según este silogismo , el valor de todo termina de marcarlo  la realidad que lo rodea.

 

En Semana Santa me fui a la playa con mi hermana. Nos apeteció pillarnos un helado en un puestito del paseo. «¡ Y ahora la angustia de pensar qué helado me compro!«, decía ella con auténtico nerviosismo. Yo me reía, pero luego me hizo pensar: realmente todos los sabores parecían exquisitos y apetecibles. Y como no puedes elegirlos todos, quedarte con uno ya te obligaba a perder la oportunidad  todos los demás.

Hoy  la vida es en parte más estresante que antes porque tenemos muchas más opciones entre las que escoger: al elegir productos , estudios, pareja,… se nos abre ante nosotros un mar de diferentes posibilidades, y además muchas veces inlcuso podemos cambiar de opción en cualquier momento.¿ Las consencuencias de cada decisión ?No las conocemos antes de tomarla. No siempre tenemos toda la información que necesitamos, aunque lo parezca. ¿Y si me estoy equivocando y debía haber tomado otro camino?¿A dónde me habrían conducido los demás?¿Qué me estoy perdiendo?

www.fotofrontera.com

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La falta de respuesta a estas preguntas nos genera ansiedad, mayor cuanto más importante es para nosotros esa decisión.

Encima nos encontramos con personas que aparentemente ahorran más que nosotros porque tienen una compañía telefónica diferente, gente que tiene un trabajo «mejor» que el nuestro ( o tienen trabajo) y que resulta que estudiaron otra cosa, … y nosotros/as automáticamente nos arrepentimos de haber escogido nuestra carrera o nuestro  teléfono en su momento, sin una reflexión previa sobre lo que nos han aportado y nos aportan ahora y olvidándonos de que si tomamos entonces esas deciciones  fue por algo.

Éste es el precio que pagamos por la libertad, porque nos dejen elegir.

Y luego está la actitud con que nos enfrentamos al momento de elegir: hay personas que colocan muy alto sus expectativas: sólo estarán satisfechas cuando encuentren la camisa «perfecta» para ellas. Y otras a las que les da tanto miedo elegir que retrasan y retrasan la toma de decisiones, sin perder ni ganar nada, pero quedándose estancados en el mismo sitio.

 

Lo único que está demostrado es que superado el mayor tramo del ciclo vital las personas en general
no se arrepienten de aquello que hicieron y les salió mal sino de todo aquello  que les hubiese hacer …  y finalmente no hicieron.

 

Ha llegado el momento. Quien más quien menos, ya está pensando en los regalos de este año. Además de en los malabarismos económicos para no decepcionar demasiado( sobretodo si hay pequeños de por medio), en cómo soprender sin arriesgarnos demasiado.

Empieza la búsqueda. Y para ello existen diferentes estrategias. Está la de la «inspiración» en la que nos sumergimos en un centro comercial » a ver si veo algo para (tal persona)» y nos abrimos a cualquier opción.

Y luego hay personas que yan han decidido a priori  el qué y luego van a por el dónde y a qué coste. O bien definen al menos un perfil mínimo  o el ámbito en el que van a buscar ( algo de deporte, algo para la casa,…)

También hay quien  seis meses antes ya han tomado nota de algún » tengo que comprarme ...» o « cómo me gustaría tener…» y lo guardan como si de un as en la manga se tratase .

No quiero olvidarme de los regalos de moda que salen cada año , entre artilugios de cocina, para hacer café o cacharros electrónicos que salen al mercado premediatadamente poco antes de Navidad.

Por otro lado,  está la importancia que le damos a «acertar». Hay personas entre las que me incluyo para las que significa un auténtico reto cada año, multiplicado por el número de personas a las que toca regalar. Y esto sin repetirse, lo que exige también un esfuerzo de memoria. Buscamos en ocasiones un equilibrio perfecto entre el regalo «práctico»+»bonito»+»original» . Y siempre asequible, claro . Muchas veces separamos ese ideal en  tres pequeños regalos, cada uno de los cuales tiene  una de esas características.

Pero lo más difícil es saber qué es lo que más ilusión le haría a alguien como regalo. Estoy segura de que muchas personas me sorprenderían. A veces no tiene que ver con nuestros intereses, aficiones o personalidad, sino con experiencias que han quedado muy lejanas en el tiempo, o con algo que nosotros mismos no nos atrevemos o no nos permititmos salir a buscar .

Cuando hacemos un regalo o alguien no sólo le estamos demostrando que hemos estado dispuestos a dedicar un dinero y un tiempo a ellos, sino también hasta qué punto les conocemos y en qué medida hemos estado atentos y hemos sabido captar  sus intereses, deseos y necesidades reales.