Mi hermana me contó que, en la clase de mi sobrino de 10 años, que ahora está finalizando sexto de Primaria, redactaron una carta dirigida su «yo» de primer curso . Esto implica que tenían que representar cómo pensaban, sentían y actuaban en ese momento y compararlo con la imagen que tienen de sí mismos ahora.

Me encuentro con personas que miran atrás y se arrepienten constantemente de decisiones que tomaron hace cinco, diez años o un mes: cambiar de trabajo, marcharse a vivir a otro sitio, terminar una relación,… Este tipo de pensamientos, cuando son muy intensos y frecuentes, se encuentran en la base muchas veces de estados depresivos, en los que la atención está dirigida de forma especial al pasado.

Esperamos ser capaces de actuar con la información que no tenemos aún, sino que llegará mucho más adelante. Si pudiera volver atrás… Pero lo cierto es que ahora es el atrás de dentro de unos años. Y tomamos las decisiones con la información que tenemos ahora, con lo que sentimos ,lo que deseamos en este momento y las circunstancias que nos acompañan.

Decía Albert Espinosa en el Mundo Amarillo que «tienes que confiar en tu yo de hace 10 años» , 20 años, … , porque sea como fuera en ese momento estaba convencido/a de lo que hacía, no puedes pedirle más. Y necesitamos perdonarle, comprenderle, y acogerle dentro de nuestra identidad actual. Porque somos la suma de muchos «yos» previos, una versión que mejora continuamente gracias a las anteriores.

Voy a hacer el mismo ejercicio que mi sobrino, puede ser interesante. Lo que es seguro es que voy a encontrarme con personas conocidas 😛

Una niña me preguntó un día :¿Cómo sabes que ya eres mayor? ¿Porque ya no puedes ser más alto/a? ¿O porque ya no tienes hora para irte a la cama?

Ante la complejidad de la pregunta, se me ocurrieron miles de respuestas posibles, pero aún no así no fui capaz de describirle lo que puede significar hacerse mayor o madurar.

Pero hay algunos comportamientos o situaciones que sólo pueden aparecer si hemos alcanzado un mínimo de madurez intelectual y emocional. Vamos, que ya no eres precisamente un/a crío/a:niño

  • Pensar a largo plazo, a más de seis meses vista. Cuando ya pensamos en las vacaciones del año que viene o en los planes de carrera.

  • Darte cuenta de que la misma música, película o los planes que antes te encantaban ya no te entusiasman. Por eso ya no hacemos botellón y nos molesta la música-tan-alta-que-no-se-puede-hablar.

  • Aceptar la responsabilidad ante un error sin sentir que por ello has fracasado. Reconocerlo de forma honesta, con la cabeza alta y afrontando sin miedo las consecuencias posibles.

  • Pensar en resultados que beneficien a todos/as y hacer pequeños sacrificios por personas que aprecias. ¿ Cómo nos vas a ir  a casa de tu madre con la ilusión que le hace verte comer su arroz?

  • Perder el interés por gustar a los/as demás o sentirte integrado/a en un grupo. Por eso ya no te «empaquetas» necesariamente para salir.

  • En lugar de sentir vergüenza, te inspira ternura y nostalgia ver las fotos de cuando eras niño/a. Y las enseñas y las compartes y buscas parecidos con más gente de la familia.

 Dicen que crecemos en cuatro planos diferentes: el físico, el intelectual, el emocional y el espiritual. Y el proceso en cada uno de ellos puede ir a ritmos diferentes.

Para mí maduramos a medida que perdemos el miedo a dejar de ser jóvenes y aprendemos a educar a nuestro/a  niño/a interior ( ojo, que todos lo tenemos) . Este año también te vas a hacer un poco más mayor, eso es así. Tienes otras 365 oportunidades para hacerte mayor… y mejor.

¡Feliz año nuevo a todos/as!.

 

 

 

 

 

 

 

Recientemente compartí en facebook un artículo de otro blog que preguntaba «¿Crees que eres demasiado mayor para conseguir tus metas? «Me llamó mucho la atención conocer que Jhon Pemberton inventó la Coca-Cola con 51 años y Ray Kroc abrió el primer McDonald con 52 .

Yo vengo de la «generación» en la que se popularizó a través de la televisión el término  JASP ( para vender un coche, claro) : Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados , muchos/as lo recordarán. Intentaban vender una creencia de que a los 30 tenías que haberlo aprendido «todo» y estar capacitado/a para ocupar el puesto más alto y ser el/la mejor valorado/a.

2_hamburParecía como que si no habías triunfado a los treinta y pocos ya no había oportunidad para ti. Parecía como si no hubiese vida ni nada más que aprender después.

Quizá teníamos prisa. Nuestro cerebro no está siempre  preparado para imaginar qué estaremos haciendo  a los cincuenta ni para imaginar que se puedan comenzar obras importantes.

Sin embargo pienso ahora que quizá no sea hasta dentro de diez o quince años más cuando realmente estemos preparados, maduros ,para el éxito, y hasta entonces nos queda mucho por aprender.

El escenario actual en el que las personas no ven el trabajo asalariado como única salida laboral amplía un poco más el margen que perciben las personas para iniciar una proyecto laboral o vital . Antes  siempre andábamos atemorizados porque «después de los cuarenta no te contrata nadie». Eso sí hay que agradecérselo a la actual cultura del emprendimiento.

Solamente sé dos cosas:

1) No paramos de aprender cosas ( a partir de la experiencia, la observación, el conocimiento,..)  aún sin querer y sin darnos cuenta.

2) No sabemos lo que nos espera mañana mismo. Tanto en cuanto a amenazas como a oportunidades : ¿qué nos dice que que nuestra situación no puede cambiar si nosotros  estamos continuamente cambiando?  Quizá la oportunidad nos encuentre con un poco más de canas, pero también con más sabiduría y confianza.

Al final la edad es un estado de ánimo : un número más el significado personal que nosotros/as mismos/as le damos, según nuestras creencias sobre la juventud, la madurez ,etc. El caso es que a los creadores de las hamburguesas y los refrescos más famosos del mundo no les frenó.

Hace poco hablaba con unas compañeras sobre un colegio que está ofreciendo clases de cocina para niños de preescolar. Parece que los niños aprenden rápidamente no sólo recetas de cocina ( lo cual ya tiene un valor muy importante) sino conceptos de física, al comprobar cómo la materia cambia de estado por la acción de la temperatura, relaciones de cantidad (variando las proporciones para conseguir diferentes resultados de espesor ) e incluso habilidades para resolver problemas prácticos,cuando se enfrentan a un  plato que ha quedado soso o se ha quemado.

Todo esto me hace recordar lo importante que es la experiencia directa con la realidad para nuestro propio aprendizaje. Estarán de acuerdo conmigo en que las lecciones que difícilmente se olvidan son aquellas que hemos aprendido o sufrido en nuestras carnes , lo que hemos experimentado por nosotros mismos con el efecto de la práctica o de una observación muy de cerca.cocinar

De esto se trata el Aprendizaje por Descubrimiento , formulado teóricamente en su momento por el psicólogo Brunet : preparamos el terreno para que quien experimenta fabrique su propio aprendizaje. Cuando aprendemos de esta manera no sólo recordamos durante más tiempo y entendemos mejor lo aprendido , sino que será más fácil generalizar el conocimiento a nuevas situaciones y estimulamos mejor el desarrollo cognitivo.

¿ Quieren ejemplos? Pregúntense:

– Cuándo no volverá un niño a jugar con chinchetas? A la enésima vez que le advertimos o cuando siente un ( leve ) pinchazo?

– Cuándo entendemos de verdad la forma en que se siente alguien? ¿ Cuando te dicen » estoy enfadado/a» o cuando te preguntan cómo te sentirías tú si….»

– Recuerdas cómo aprendiste que los chinos tienen los ojos rasgados? Te dieron explícitamente esa información o los fuiste diferenciando de otros personajes que son no- chinos con los ojos no-rasgados ? Nosotros/as  solitos/as extraemos características comunes entre elementos y así formamos conceptos ( chino) y sistemas de clasificaciones ( nacionalidad) .

También es más costoso  el aprendizaje por Descubrimiento frente a asimilar directamente , porque hay que esforzarse, pensar , somos activos aprendiendo . Para los que enseñan también requiere más paciencia , creatividad  y capacidad para adaptarse .

Ahora pienso que no sólo en los contextos educativos , sino también fuera, podemos encontrarnos muchas oportunidades para descubrir y aprender de forma autónoma. Para esto hay que preguntar y preguntarse  mucho, perder el miedo al error y practicar lo que sabemos en situaciones diferentes a ver qué es lo que cambia . Y esto no sólo para los/as  niños/as, porque realmente  todos seguimos en edad de aprender. 

 

La compañera Inmaculada Ponce entrevista al psicólogo y coach Juan Carlos Castro y ambos nos explican los objetivos y el alcance del curso Creando Nuestro Porvenir , que tendrá lugar en los próximos días en Las Palmas de GC

Espacio Abierto Con Inma Ponce (1)