Es común que encontremos personas a las que el estrés les ataca físicamente al estómago, la espalda, el cuello,… pero también éste manifiesta con frecuencia a través de la piel.

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, por lo que sufre de forma masiva los efectos del estrés. La piel y el sistema nervioso además  están conectados desde el desarrollo más temprano, de ahí que cuando el sistema nervioso reacciona ante el estrés, (liberando hormonas, por ejemplo), esta respuesta sea directa sobre las células de la piel.

Tanto a corto como a largo plazo,  podemos notar:

  • Acné, exceso de grasa: Relacionadas con la producción en el cerebro de  adrenalina y cortisol, hormonas que alteran el sistema inmune y modifican la composición de la piel.

  • Piel sensible  : Los factores ambientales como la exposición al  sol intenso, el polvo en suspensión y el polen irritan la pìel  de forma especial , a causa del deterioro del sistema inmune.

  • Piel seca: Como parte también de la  respuesta natural del organismo ante la situación de estrés, los nutrientes que deben ir a la piel se distribuyen a otras zonas que intervienen de forma refleja para la supervivencia ( músculos, sistema cardiaco, articulaciones,..)

  • Picor, enrojecimiento, eccema,… Los síntomas estrella de la dermatitis atópica.

  • Picor, enrojecimiento y escamación.. Los síntomas estrella de la psoriasis.

Aparte de que contemos con una enfermedad específica de la piel como la Dermatitis Atópica o la Psoriasis, ( si es tu caso ya habrás aprendido a vigilarla ) es importante observar el estado de la piel, al igual que el de otros órganos, para tomar una medida del nivel de estrés al que estamos expuestos. Revisar qué nos preocupa, qué nos pide el cuerpo ( o la mente), qué emociones se nos están atravesando y para qué no estamos preparados/as…Porque al final el estrés es el fruto del desequilibrio entre lo que se nos pide y lo que podemos dar.

Mirar lo que pasa en tu piel no como un problema estético o social (digo social porque no olvidemos que todos lo ven y tienen que decir algo al respecto) , sino también y más importante, como un deterioro de tu cuerpo, de  tu salud, la cual también tienes derecho a proteger.

Últimamente he hablado con varias personas que se encuentran en el proceso de adoptar un menor. En el medio de dos necesidades tan naturalmente complementarias: cuidar y ser cuidado/a , se encuentra un mar de trabas y procesos burocráticos que los separa de forma, aparentemente, absurda. El tiempo medio para adoptar a un menor nacional o internacional ronda los  seis años . además de que puede tener un coste económico,  el caso de las internacionales particularmente , de entre los 3.000 y 60.000 euros.

Hay una realidad y es que en este proceso el tiempo no juega a favor de nadie: ni de los/as menores ni de las personas que quieren adoptar . El desgaste emocional y la frustración se acumulan y aumentan las posibilidades de que perdamos la esperanza. Porque para muchas personas es mejor aceptar que nunca tendrán su propia familia a vivir con la incertidumbre de lo que va a llegar o no…cachorros

A medida que un niño o una niña sin familia cumple años, va perdiendo oportunidades de encontrar un hogar, porque da más miedo acoger a una persona de diez años que a otra de cero a dos, que no tiene pasado. Y el niño o la niña  también lo sabe…

Por otro lado, las evaluaciones de idoneidad son exhaustivas, y está totalmente justificado: las condiciones económicas, el apoyo familiar-social de las personas que quieren adoptar , su estabilidad personal y emocional , sus expectativas,… todo importa para decidir si son personas preparadas para cuidar de alguien . A tener en cuenta que estas valoraciones han de renovarse cada tres años para mantenerse dentro del proceso.

Sin embargo, cada vez queda más patente la necesidad de  un seguimiento  continuo de la evolución de las nuevas familias que se forman, si bien en Canarias se han estado desarrollando algunos programas de forma experimental. Pienso que muchas devoluciones ( sí, hay niños/as adoptados que son devueltos a la administración) se evitarían si los padres adquirieran a tiempo los recursos necesarios para manejar  situaciones y conflictos.

También sabemos que en las familias de acogida se dan casos de negligencia que tardan más de cinco años en detectarse. Con las secuelas emocionales, conductuales y de salud que esto deja sobre un menor , el cual se convertirá a su vez  en menos adoptable de cara a otra posible familia.

Algo se está haciendo mal, y dudo si alguien se ha parado a valorar las consecuencias, que a nadie se le escapan, y si ha demostrado voluntad real de cambiar las cosas.

Mientras tanto nos queda la perseverancia de personas con tanto amor para compartir y con unan convicción tan firme de lo que quieren en la vida, que pueden seguir luchando por subir hasta la cima de la montaña.

Que tengan un buen ( largo) fin de semana 🙂

Parece una tontería, pero te has parado a pensar lo raro/a que se siente uno/a cuando te cancelan un plan que se supone que te iba a ocupar toda la tarde o la mañana , y te lo cancelan unas horas antes: Y ahora que ya me había organizado el día, qué hago en este tiempo sobrante? Ya casi no tienes tiempo de planificar un cita, quedar con alguien, pedir hora para la peluquería,…

Hay personas que se bloquean, porque les cuesta improvisar y se preparan para lamentarse ante un tiempo «perdido» .Y hay para quienes el tiempo libre o la libertad para disponer del tiempo , es un regalo. Y aprovechan para darse el gusto de hacer algo con lo que disfrutar. El tiempo es lo más valioso que tenemos, más que el dinero… Y es que a diferencia de éste, que puede ir y volver, el tiempo sólo va.frog-1073426_960_720

La gente más previsora o que está más habituada a la cancelación de los planes tiene de antemano una lista de «planes B» o de actividades alternativas, de ésas que siempre decimos que haremos cuando «tengamos tiempo». Los más profesionales y eficientes  dividen su lista en tareas según su duración ( para 10 minutos libres, 1 hora, 1 tarde,…) o anticipando que lo que hoy se cancela se realizará la próxima semana, adelantan algo que tenían que hacer más adelante para «compensar» y cubrir el hueco.

En fin, en un tiempo en el que nos esforzamos por sacarle al tiempo el 200% y hacer varias cosas a la vez, soy de la opinión de que el tiempo «nunca» es perdido. No podemos sentirnos culpables ni tenemos que dar explicaciones por que se nos vaya una tarde hablando con alguien o viendo una película porque quizá eso es lo que necesitábamos en ese momento, teniendo además la oportunidad de hacerlo.

En fin, hagan lo que hagan, disfruten con su tiempo. Que para eso es de ustedes 🙂

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace poco hablaba con una amiga sobre su trabajo. Ella dice que allí está bien, pero lo de siempre, con mucho trabajo, y hay poca gente…  se encoge de hombros y resopla , y mira hacia abajo.

Cada vez escucho con mayor frecuencia  frases  similares. En una época en la que hay que ser competitivos, innovadores y excelentes ( no basta con ser «buenos» ) en el mundo de la empresa, sus empleados también deben serlo. Pero todos no ganan la mismo ( en el sentido extenso de «ganar») .

La intención manifiesta desde un principio muchas veces no es contar con personal inferior a las necesidades, sino que existe una coyuntura que inicialmente lo justifica: «estamos comenzando el proyecto, según vayamos viendo incorporamos a más gente..», o bien la persona sustituta a una baja tarda en incorporarse.

El resultado en cuanto a liquidar volumen de trabajo es el mismo : las personas, responsables de su puesto o temerosas de perderlo, asumen la carga extra de trabajo y el trabajo «sale». O sea que a corto plazo no perdemos nada. El problema viene a largo plazo, cuando ya no se puede ir escapando y empieza a notarse el deterioro de la calidad y el desgaste del personal, que comete más errores e inevitablemente es menos eficiente. Y también  llegan las bajas ( siempre por problemas musculares, digestivos, pocas veces se trata de estrés …).pelota

A veces el problema no sólo es cuantitativo sino también cualitativo: las funciones de cada persona no están bien diferenciadas, las órdenes son confusas o cambian constantemente, y los recursos (instalaciones, medios,..) no son los adecuados para la actividad que se desarrolla. Esto también acaba generando tensiones entre compañeros/as y una  pérdida importante de tiempo.

Lo más grave es que esta situación se está normalizando; es rara la empresa cuyos/as empleados no se quejan de sentirse sobrepasados. Y aceptan esta situación, porque entienden que son ellos/as los que tienen que dar la talla.

¿Estamos creando una nueva  cultura, la de producir o lograr más con menos recursos o personas, es decir el «menos para más»? Ahí lo dejo. Es de estas cosas en las que no sé realmente si podemos cambiar algo, pero al menos… que nos demos cuenta.

Buenas noches y mucho ánimo a esos menos , que son más de lo que piensan 🙂

Hay una frase que estoy viendo con frecuencia por las redes , algo así como que trabajar duro por algo que no te gusta es estrés , y trabajar duro por algo que te gusta es pasión.  Realmente factores como  la no identificación con los objetivos de las tareas , la falta de libertad para elegir una forma de trabajo, etc…, son factores  pueden conducir a situaciones de estrés .Sin embargo aún cuando nuestra profesión  nos enamora y nos llena por completo , el exceso de volumen de trabajo y de responsabilidades nos desgasta de igual manera.corazonn

El estrés es una respuesta del organismo ante una demanda que no puede abarcar con los recursos que tiene: el tiempo, los conocimientos, el apoyo,… Independientemente de las ganas, el entusiasmo o la ilusión empleados.

Las cefaleas, las tensiones musculares y los problemas digestivos los padecen también personas entregadas en cuerpo y alma a su trabajo… quizá demasiado. En cualquier momento pueden llegar a un servicio de urgencias con un ataque de pasión que no les deja respirar o se les clava en el pecho.

Esto es tan válido para personas que trabajan dentro de una organización como para aquellas que lo hacen de forma autónoma. Aunque en ambas situaciones las fuentes de estrés suelen ser distintas, el caso es que viene muy bien esto de justificar con la pasión el que trabajemos duro, muy duro, a veces más de lo que nos merecemos. Incluso cuando sentimos que no podemos más, porque hay que hacer el mismo trabajo de antes con la mitad de plantilla o porque no sabemos si nuestro negocio va a continuar el mes que viene ante la carga fiscal y las deudas.

Tanto si te gusta tu trabajo como si no, tienes el mismo derecho a cuidarte, a no asumir como propios problemas que no son tuyos, a dedicarte tiempo para ti, y a pedir ayuda cuando la necesites. Una cosa es pasión. Y otra cosa es estrés.

 

 

Hace poco me tocó esperar en el dentista, casi una hora. Debido a urgencias, junto con cuestiones de planificación y a saber qué más…:(

Realmente me doy cuenta de, si bien  nos quejamos de no tener tiempo para nada, no sabemos qué hacer con el tiempo que nos llega de forma inesperada, cuando no estamos preparados/as.esepra

¿Por qué nos molesta tanto esperar si precisamente no nos piden que hagamos nada? Se me ocurren varios motivos:

  1. Nos hacen esperar, por lo que , desde fuera de nosotros/as, hay alguien que controla nuestro tiempo, nuestros recursos.
  2. Cuando llevamos todo el día continuamente ocupados/as, nos trastoca vernos sin nada a lo que atender y lo vivimos como una experiencia estresante. (Peor si el móvil se quedó sin batería).

  3. La prisa. Después de esta cita, tenemos otro compromiso, que puede retrasarse si necesitamos comerle tiempo para finalizar la primera tarea.

¿Qué podemos hacer para prepararnos ante las posibles esperas sin ponernos de los nervios?

  • A ver, hay situaciones en las que son más previsibles los retrasos que en otras: las citas médicas, de estética,en el aeropuerto,…A la hora de organizarnos es mejor dejar un margen hasta comenzar la siguiente tarea; es preferible que nos sobre una hora de tiempo a que nos falte…
  • Aquí podemos llegar con algo para hacer: un libro, llamadas de teléfono,organizar la semana con la agenda, algún ejercicio de relajación con auriculares,.. hay muchas cosas que tenemos pendientes por hacer y que realmente se pueden realizar en casi cualquier sitio.
  • Recuerda que por ponerte más nervioso/a el tiempo no va a pasar más deprisa, pues tiene su propio ritmo, que no tiene por qué ser el mismo que el tuyo 😉

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Muchos/as estamos a punto de empezar nuestras vacaciones. Ayer martes me preguntaron en una entrevista de la radio si realmente «todos/as» necesitamos tomar vacaciones de vez en cuando, o si realmente podemos pasar sin ellas cómo hacen algunas personas.bicycle-333186_640

Parar de vez en cuando y cambiar de rutina no sólo es necesario para la salud sino que permite acercarnos a los siguientes objetivos:

  • Equilibrar la vida personal ( familiar, social,…) con la vida profesional, siendo ambas igual de importantes para nuestra salud y desarrollo.
  • Contar con un espacio y un tiempo para cultivar actividades de ocio, fuera de las laborales, que nos hagan sentir bien. El puro hacer por hacer. Cuanto más se diferencien estas actividades de las que realizamos normalmente en horario laboral, mayor descanso real para nuestro cerebro.

  • Tomar perspectiva de lo que estamos haciendo (y lo que no ) con  nuestra propia vida. Porque generalmente nos perdemos y nos distraemos en el día y a día. Y hasta que no te alejas un poco de los árboles, no consigues ver el bosque.
  • Ganar autoestima. Aunque no lo parezca, el autorrefuerzo de permitirnos poner por encima la devoción a la obligación nos ayuda a sentirnos menos hipotecados/as, más merecedores/as de placer sin castigo.

Ahora bien, dosificar el descanso y el ocio de forma inteligente no es sólo un reto sino también un arte. En mi opinión puede ser más útil repartir las vacaciones a lo largo del año que concentrarlas en un mes completo. Nuestra semana incluso  puede salpicarse sanamente de ratitos de una hora o poco más dedicados a satisfacernos a nosotros/as mismos/as. Lo mismo con los fines de semana.

Al igual que nos tomamos el trabajo con disciplina, ¿seremos capaces de hacer lo mismo con  el descanso?

 

 

Esta semana se nos ha atragantado la trágica noticia del avión estrellado en los Alpes. Andamos sintiéndonos seguros/as de nuestra integridad fíisica y de la de los/as demás, pero nada más lejos de la realidad. En cualquier momento, la vida te cambia, porque tú te conviertes en víctima inesperada de un accidente, o porque le ocurre a alguien que está muy cerca de ti.hugging-571076_640

Las personas que entran en contacto con un suceso traumático por cualquiera de estas dos vías experimentan una reacción que atraviesa varias fases. Comienza por la negación de lo ocurrido, nuestro cerebro aún no puede asimilar lo que realmente ha pasado. También podemos sentirnos aturdidos/as, conmocionados/as.

Posteriormente suelen aparecer sentimientos variables y poco predecibles, desde la rabia hacia la tristeza, o una mezcla de varios. También los patrones de pensamiento se alteran, la persona puede reexperimentar el suceso, con el conjunto de sensaciones asociadas, en forma de pesadillas o sueños vívidos.

¿ Qué medidas de primeros auxilios psicológicos podemos seguir tras vivir una crisis?

  • Hablar con otras personas sobre lo que ha ocurrido
  • Escribir durante las horas de insomnio
  • Permitirnos el sentirnos mal
  • Mantenernos ocupados/as
  • Hacer y/o pensar cosas que nos ayuden a sentirnos bien
  • Tomar pequeñas decisiones cotidianas

 

El dolor es inevitable, pero parece  más llevadero si se comprende y acompaña de la forma adecuada.

 

 

 

 

 

 

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Ayer estaba con el coche en el centro de la ciudad .En una calle con un semáforo  o que dura en rojo más tiempo del habitual y en el que se concentra mucho tráfico . Todos estábamos pendientes del semáforo, como por si mirarlo más fuese a darse más prisa por cambiar de luz…

El ambiente se notaba tenso, hastiado. Probablemente muchas personas tenían prisa , o no. El caso es que no querían seguir allí, perdiendo el tiempo, sin nada que hacer. Y pasando calor.8882222678_679283d577_z

Yo también deseaba poder avanzar pronto, hasta que me dio por mirar por el espejo interior. Podía ver el rostro de la persona que conducía el coche de atrás.

Era un hombre de unos cuarenta años. No creo que se diera cuenta de que le observaba. Parecía morderse las uñas. Habia girado la cabeza hacia un lado y miraba hacia abajo. Al principio me parecía impaciente. Luego pensativo y algo triste. Tenía la frente arrugada y de repente respiró honda y lentamente .Quizá estaba preocupado por algo o se sentía cansado. El coche que llevaba era una furgoneta, posiblemente la usaba para su trabajo. Quizá se trataba de un trabajador autónomo que repasaba mentalmente los encargos que llevaba ese mes y temía cómo llegar al siguiente. O esa mañana había discutido con su pareja y no sabía como retomar las cosas … Luego miré a las personas que estaban en los coches de al lado, muy discretamente claro, sus caras, lo que hacían.

 

El caso es que el semáforo cambió y me di cuenta que yo en esos minutos me di cuenta de tres cosas:

1) Había olvidado de mi propia impaciencia . Parece que cuando en un momento de estrés o incertidumbre levantamos la vista alrededor y observamos lo que está ocurriendo en ese mismo momento ahí fuera la importancia que le damos a las cosas cambia.

2) Están pasando más cosas al mismo tiempo que lo que nos pasa a nosotros/as . La prueba de que nunca estamos solos/as ni el nuestro es el único problema.

3) Se puede aprovechar siempre el tiempo : como una mujer que sacó de su bolso un neceser y empezó a  limarse las uñas mientras esperaba . Aunque sea por imitación, de repente vemos algo que también nosotros podemos hacer para afrontar la situación, o que nos puede dar una idea.

 

Realmente la atención es algo muy flexible, podemos cambiar el «foco» cuando queramos, no siempre buscando algo en concreto, podemos dejar que la vida nos sorprenda.

 

 

Hace poco hablaba con un compañero que colabora con un grupo de personas cuidadoras. La mayoría de estas personas son mujeres al cuidado casi permanente de padres, madres, hermanos o parejas con autonomía limitada o dependientes.

Las personas que se dedican principalmente a cuidar a otras, con las que conviven generalmente, viven sometidas a un alto estrés y lo que es más importante, de forma continuada. Someterse de forma permanente a las necesidades, demandas, cambios de humor y frustraciones de otra persona puede ser realmente desgastador con el paso del tiempo. Entre los casos de procesos tumorales o enfermedades coronarias asociados a un estrés a largo plazo es frecuente encontrar a cuidadores/as  de personas dependientes.red-40805_640

Ante este efecto en la salud y las dificultades de la sociedad para apoyar e integrar el cuidado de las personas dependientes y su entorno (hay que tener en cuenta el doloroso fracaso de la Ley de Dependencia) aparece el interés por los cuidados de cuidador  y las estrategias de autocuidado.

Hoy lo que  me gustaría es  hacer cinco simples preguntas a aquellas personas que se dedican a la admirable tarea  de cuidar de otros:

  1.  ¿Eres cuidador/a principal o cuidador/a único/a?
  2. ¿Crees que tienes derecho a tener un tiempo para ti? ¿Lo haces?
  3. ¿Crees que tienes derecho a pedir ayuda? ¿Lo haces?
  4. ¿Piensas que lo que tú haces  es un trabajo como el de otra persona (fontanero/a, profesor/a, etc)?
  5. ¿Quién o qué eres tú además de cuidador/a?
Cuidar de otros/as empieza por saber cuidar de uno/a mismo/a. Y el cuidado de los demás es asunto de todos/as.