Sé que ha debido ser duro esperar una semana entera para saber dónde pasar mi puente.
Y yo he resistido la tentación para no desvelarlo antes. Pues ahí va , señores : el pasado puente de todos los Santos habidos y por haber lo pasé en la salvaje y sorprendente isla de EL HIERRO , en el archipiélago canario
Uf, por fin.
Ahora mismo el Hierro para mí es : olor a tierra mojada ( pillé la tormenta), olas chocando contra las rocas, y silencio. Ése es » mi » Hierro. Para otras personas, es posible que el Hierro sea un sinónimo de aburrimiento o melancolía. Tantas personas, tantas islas. Es curioso cómo las personas nos apropiamos de una realidad, la pringamos como nos da la gana con nuestras propias emociones y al resultado de todo eso lo llamamos «recuerdo» . O mostramos nuestra imagen de un sitio como la única admisible : «¿Vas a ir al Hierro de vacaciones ? Pero si allí no hay nada!»( dice aquél/aquella que cuando fue esperaba encontrar más (cantidad de cosas).
Hay personas que recuerdan lugares visitados en su infancia y cuando regresan se chocan con un sitio para ellos totalmente diferente. Pero es que ellos/as tampoco son los mismos/as… Y hay que tener en cuenta que cada vez que rescatamos un recuerdo lo modificamos sin darnos cuenta ycuando se «guarda» de nuevo ya no igual.
La emoción que desencadena un experiencia vital salpica también a su contexto . Los sitios en los que disfrutamos de unas estupendas vacaciones acaban se almacenan en la memoria ese lugar como unlugar precioso y maravilloso. Sin embargo si estando allí caemos enfermos ( no siempre tiene eso algo que ver con lo que hay alrededor…) ya no aparecerá una sensación tan agradable cuando escuchemos el nombr
Al final , nosotros creamos al lugar : antes de llegar , con nuestras expectativas, mientras estamos allí, según las experiencias que tengamos, y después, cuando lo recordamos. Nunca acaba el proceso. Y cada persona tiene sus propias reglas también para ello.