Dicen que no nos acostamos sin haber aprendido algo nuevo.

El aprendizaje de lo nuevo es lo que hace que se generen nuevas neuronas, y que estas neuronas establezcan nuevas relaciones entre ellas. De manera que cuando nos enseñan, nosotros/as enseñamos a nuestro cerebro, y él también cambia.

Sin embargo, me parece a veces  que nos cuesta vernos como principiantes en nuestra vida : ¿por qué nos es tan difícil  por ejemplo reconocer que no sabemos el significado de una palabra?¿Nos da miedo que nos vean como ignorantes? Pero ignorar es el estado previo a aprender…aprender

También nos frustramos cuando nos enfrentamos a un deporte, actividad o trabajo nuevos y no al principio no damos pie con bola… cuánto tiempo invertido, cuánta energía, …¿realmente vale la pena?

Aprender requiere esfuerzo, es imposible adquirir conocimiento o habilidad sin dejarse algo de sudor en el proceso. Y no siempre tenemos predisposición para ello.

Nos sentimos más cómodos/as en el papel de experto: que sean los demás los que aprendan, yo no me muevo de mi zona de seguridad.

El aprendizaje en sí mismo es un reto, una oportunidad para poner prueba nuestra capacidad y motivación para convertirnos por un momento en algo diferente, para superar las resistencias al cambio y el «ya estoy demasiado mayor para esto…». También para cultivar la paciencia, y para seguir el ritmo de nuestros propios cambios.