Me sorprende el comportamiento de envolver regalos: como mucho dos o tres veces al año nos podemos sentar a envolver paquetes. Sin embargo, nadie se olvida de cómo hacerlo, es uno de esos aprendizajes automáticos o procedimentales ( según te pones delante de la caja el papel, te sale solo).

Otra cosa que me llama la atención es qué diferentes somos a la  hora de hacerlo. Como todas las tareas a las que nos enfrentamos, reflejan un poco de nuestra forma de ser y de nuestra actitud ante la vida.env regalos

Por lo que veo nos diferenciamos al menos en los siguientes aspectos:

– La generosidad con que empleamos papel y cinta adhesiva: hay gente que mide escrupulosamente la cantidad de papel que va a necesitar para que sobre lo mínimo, mientras que otros prefieren pasarse, aunque luego sobre. Esta diferencia podría decir algo sobre nuestro interés por ser eficientes o planificadores/as.

– La elección del papel: hay quien suele comprar algo muy neutro ( rayas, lunares, arbolitos de Navidad,..) que sirven para todo el mundo, cuando otras personas lo  personalizan, al igual seguramente que los regalos. En este último caso probablemente se trata de personas que tienden a estar muy atentas a las necesidades de los otros y empatizar con sus posiciones.

– La evitación de las arrugas : A veces, sobretodo al llegar a los extremos, el papel se arruga y se abulta. ¿ Luchan ustedes para estirar como sea el papel aún a riesgo de que se rompa o son de la filosofía de así-está-bien-total-lo-van-a-romper-igual…? Hay personas para las que la presentación, la estética, aunque sea efímera es importante, porque crea una primera impresión que marcará el recuerdo del regalo. Otras dan más importancia al  contenido que a la forma y no se paran tanto a observar los matices, creo que son más pragmáticas.

Y podríamos seguir, seguro que se les ocurren más diferencias. En fin, sea  como sea, lo importante es ser capaces de disfrutar del proceso y sentirnos satisfechos nosotros/as mismos/as con el resultado, sea el que sea. Como todo en la vida…

¡Feliz Navidad a todos/as!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ayer estaba con el coche en el centro de la ciudad .En una calle con un semáforo  o que dura en rojo más tiempo del habitual y en el que se concentra mucho tráfico . Todos estábamos pendientes del semáforo, como por si mirarlo más fuese a darse más prisa por cambiar de luz…

El ambiente se notaba tenso, hastiado. Probablemente muchas personas tenían prisa , o no. El caso es que no querían seguir allí, perdiendo el tiempo, sin nada que hacer. Y pasando calor.8882222678_679283d577_z

Yo también deseaba poder avanzar pronto, hasta que me dio por mirar por el espejo interior. Podía ver el rostro de la persona que conducía el coche de atrás.

Era un hombre de unos cuarenta años. No creo que se diera cuenta de que le observaba. Parecía morderse las uñas. Habia girado la cabeza hacia un lado y miraba hacia abajo. Al principio me parecía impaciente. Luego pensativo y algo triste. Tenía la frente arrugada y de repente respiró honda y lentamente .Quizá estaba preocupado por algo o se sentía cansado. El coche que llevaba era una furgoneta, posiblemente la usaba para su trabajo. Quizá se trataba de un trabajador autónomo que repasaba mentalmente los encargos que llevaba ese mes y temía cómo llegar al siguiente. O esa mañana había discutido con su pareja y no sabía como retomar las cosas … Luego miré a las personas que estaban en los coches de al lado, muy discretamente claro, sus caras, lo que hacían.

 

El caso es que el semáforo cambió y me di cuenta que yo en esos minutos me di cuenta de tres cosas:

1) Había olvidado de mi propia impaciencia . Parece que cuando en un momento de estrés o incertidumbre levantamos la vista alrededor y observamos lo que está ocurriendo en ese mismo momento ahí fuera la importancia que le damos a las cosas cambia.

2) Están pasando más cosas al mismo tiempo que lo que nos pasa a nosotros/as . La prueba de que nunca estamos solos/as ni el nuestro es el único problema.

3) Se puede aprovechar siempre el tiempo : como una mujer que sacó de su bolso un neceser y empezó a  limarse las uñas mientras esperaba . Aunque sea por imitación, de repente vemos algo que también nosotros podemos hacer para afrontar la situación, o que nos puede dar una idea.

 

Realmente la atención es algo muy flexible, podemos cambiar el «foco» cuando queramos, no siempre buscando algo en concreto, podemos dejar que la vida nos sorprenda.

 

 

La mesa donde desayuno da a una ventana. Como es un piso bastante alto, puedo ver las azoteas de los edificios que están delante. Y también ventanas de habitaciones. En general sólo se ve que se apagan y encienden luces, pero a veces se ven sombras de figuras humanas que hacen diferentes movimientos. Con el tiempo he podido diferenciar que están vistiéndose , estirándose, salen y entran de la habitación. Sventana_edifon las 7:00 aproximadamente.

No veo nada sorprendente, pero reconozco que a veces es divertido y excitante. Se trata de escenas muy cotidianas ,que por sí mismas no tendrían que provocar ningún interés. Entonces por qué sigo mirando esto?

El voyer, no nos confundamos, es la persona que experimenta excitación sexual contemplando a otras personas en situaciones eróticas .La excitación va en aumento a medida que aumenta el riesgo de ser descubierto.

 

A margen de  ciertas desviaciones , pienso que todas las personas somos algo morbosas, si no perversas. Y no hay que vivirlo como algo inmoral mientras no dañemos a nadie ni a nosotros mismos .  La sensación de hacer algo que sabemos que está prohibido o que no está bien visto, ( como participar en algún grado de la intimidad de los otros ) viviéndolo como una travesura o aventura , genera en nuestro organismo esa adrenalina de la que hemos hablado anteriormente que provoca placer a pesar de que al mismo tiempo sabemos que podemos correr peligro.

No sólo eso: quizá saber que hay otras personas no tan lejos que realizan las mismas rutinas que nosotros día a día y que probablemente se enfrentan a las mismas preocupaciones y a los mimos conflictos,  en estos tiempos de individualismo que corren, nos ayuda en el fondo a sentirnos un poquito menos solos.

En cualquier caso, tengan en cuenta que a veces somos mucho más visibles para los demás de lo que nosotros creemos . Al menos aquellos/as  a quienes les importe…