Hace poco vi una película que me sorprendió, Langosta (Yorgos Lanthimos, 2015). En ella ( no haré mucho spoiler), varias personas se alojaban en un hotel para buscar pareja. De forma casi mecánica, se emparejaban por tener algo en común, ésa era la única regla. Unos porque les sangraba la nariz, otros por tener un humor sádico,…langoss

Aún sabiendo lo irreal de la historia, sí me parece que convivimos con la creencia de que cuanto más nos parecemos, hacemos «mejor pareja», «pegamos más» o tenemos más futuro juntos. Como si el éxito de una pareja radicara en solaparse.

Buscamos  una actitud, interés, preferencia o manía en común que  justifique  el hecho de estar juntos. Y si no la hay, somos capaces de cambiar nosotros/as  mismos/as para parecernos más a la otra persona.

Esto ocurre, claro, de forma inconsciente( de hecho casi siempre son los demás los que se dan cuenta de este cambio ) porque responde a un miedo a descubrir que «somos diferentes y por eso no podemos ser felices juntos».

Todo esto cambia si pensamos que sólo necesitamos  intereses comunes suficientes como para tener de qué hablar ( y ya compartimos mucho  por compartir la condición humana y lo que acarrea) , pero sobre todo, capacidad y disposición para cubrir las  necesidades de la otra persona ( seguridad, afecto, estabilización,…).

O buscar lo mismo, un proyecto que construir en común , cada uno/a desde su idiosincrasia , ya sea un viaje, una casa, un hijo o un negocio.

Las diferencias son inevitables, al igual que los conflictos . Nuestra felicidad depende de si las vemos como una amenaza o si las aceptamos , quizá, como una oportunidad de enriquecimiento.

 

Me gustaría que vieran este vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=NbY7af01TL8      🙂

El niño no consigue su objetivo hasta que recibe el apoyo de su grupo. Lo intenta. Una y otra vez, lucha. Y aunque siempre fracasa sus compañeros creen en él y se lo transmiten.fracaso

En el trabajo, por ejemplo, ¿ es ésta  la cultura que estamos promoviendo, la de apoyar a nuestros compañeros cuando éstos tienen dificultades o miramos hacia otro lado porque ése es su problema? » El/la  pobre… Me parece que no vale para esto…», » aquí hace falta una persona más rápida/resolutiva/espabilada/etc… » Solemos oír.

El volumen de trabajo tampoco ayuda a que podamos permitirnos dedicarle a otra persona el tiempo que necesita , aplazando nuestras propias tareas,  sin que esto nos atrase de forma importante.

Incluso a veces queremos alejarnos de las personas que han fracasado , porque oíamos que para triunfar tienes que rodearte de personas brillantes, de modelos de éxito.

El miedo al fracaso o al error  en mi opinión se alimenta no sólo de las consecuencias negativas que podamos anticipar, (por ejemplo económicas  si nos embarcamos en un negocio) , sino también del gran golpe que puede suponer para nuestra autoestima. Y esto porque sabemos que el fracaso está mal visto, es algo negativo y se relaciona directamente conmigo y no con mis circunstancias o las del entorno.

Si pasas por delante de ese negocio y ves un cartel de SE TRASPASA enseguida piensas que no era buena zona, era un proyecto muy ambicioso o el sitio no era bueno. Fracasó porque se tomaron malas decisiones, porque fueron demasiado atrevidos, todo fue resposabilidad de alguien. No fue mala suerte ni la crisis y tal,…

El problema del miedo al fracaso es el miedo a la acción. No intentamos nada, por si no sale bien. Parece que siempre hay algo que perder, que no vale la pena acercarme a esa persona,  no sea que se vaya a reír de mí. Y el riesgo de que ocurra algo tan terrible para mí merece que pierda la oportunidad de que nos riamos  mucho juntos… 😉

Tenemos miedo a fracasar porque parece que el fracaso será un lastre emocional del que no nos libraremos nunca: no habré fracasado, sino que seré un/a  fracasado/a. Por tanto cualquier otro proyecto que comience también fracasará, sobregeneralizando y condenándonos a una continua profecía autocumplida.

Quizá sea el momento de aprender de otras culturas para ver el fracaso como parte un proceso, no como un resultado en sí mismo. Porque no se acaba aquí, sino que daremos otros pasos  cada vez más sólidos gracias al aprendizaje de los pasos anteriores, aunque fallidos. Y gracias a la ayuda y la confianza de los otros y a sus pasos fallidos, como el niño de la exhibición.

Buenas noches. Y buena semana 🙂

 

Hace poco veía con un amigo en la tele una broma que una chica gastaba a su pareja, despertándole con una especie de sirena . A mi me pareció un comportamiento espontáneo, quizá algo arriesgado, pero no le di mayor importancia. Sin embargo mi amigo cabeceaba desaprobando la idea ( podía haberle dado algo o darse un mal golpe,…).sillas

La forma en que reaccionamos ante lo que hacen o les ocurre a los demás dice mucho más de nosotros/as mismos/as que de éstos/as. De hecho todas las valoraciones, opiniones y comentarios sobre otras personas, que son intrínsecamente subjetivos,  no son más que un reflejo de nuestros valores, inseguridades, fijaciones e intereses.

Mi amigo no dejaba de llevar razón. Del mismo modo que  recuerdo que este chaval siempre ha sido algo aprensivo y le cuesta aceptar lo imprevisible.

Pasa algo similar con el estado emocional concreto que tenemos mientras observamos algo. No tenemos la misma impresión de alguien que nos ofrece una prolongada conversación cuando estamos relajados/as ( «cuánto tiempo sin hablar con él/ella…, qué amable») que cuando nos pillan estresados/as porque algo nos preocupa o porque tenemos mucha prisa ( » ¡qué tío/a tan pesado/a…!» )

¿Y cuando a alguien le pasa algo bueno?¿Cómo te sientes? Si somos empáticos, lo normal es que también nos alegremos. Cuando no es así, la envidia es una señal también de algo. Muchos/as dirán que el sentimiento cambia en función de la persona de la que hablamos, pero yo creo que depende más de cómo nos pille a nosotros/as, de cuáles sean nuestras carencias en ese momento o de cuál es la imagen que tenemos de nosotros/as mismos/as .

Y más situaciones que se nos ocurren a todos/as.

En fin, aprovechémoslas para conocernos mejor.

 

 

 

 

 

Hace poco veía la televisión con más gente. Daban una entrevista , y el personaje en cuestión regaló una reflexión profunda. Dijimos » cómo se nota que este tipo es un genio». No sé hasta qué punto durante esa entrevista nos cabía imaginar que el tipo a continuacvión dijera un disparate.¿Sería coherente?¿Por qué no? Que en un momento determinado tengas una gran idea no descarta que dentro de un rato o al día siguiente cometas un error, aún siendo la misma persona.polo

Como seres sociales, nos hemos hecho a clasificarnos en bandos excluyentes y opuestos: o eres conservador o progresista, urbano/ rural, Barcelona/Madrid, tecnológicos/analógicos, Kas Naranja / Kas Limón,…:P

Entiendo que para nuestro cerebro es más sencillo así clasificar unidades de información. Sin embargo cuántos matices se pierden entre el blanco y el negro, toda una escala de grises ignorada… Y si hablamos de personas, somos algo más complejo; nuestras tendencias dependerán también de las circunstancias, de la perspectiva desde la cual se juzga, el estado emocional, entre otros elementos.

Un truco para des-polarizarte puede ser pensar en porcentajes: probablemente un 30% de esa persona es extrovertida, aunque hay un 70% de ella que se retrae. Según las situación en la que la observamos y según el pie con el que se levantó ese día. O bien «durante el 5% del tiempo soy un ignorante, el resto del tiempo no»

Esto es importante por qué según como valoramos a los demás nos formamos unas expectativas sobre cómo se van a comportar, y si lo que hacen o hacen no se corresponden con lo que esperamos, es cuando nos sentimos decepcionados/as.

Así, que para polos, mejor los de las pilas, o los de hielo ahora que aprieta el calor 😛

 

 

El 2014 se ha quedado viejo, teníamos que reciclarlo o buscar un año nuevo. Por eso vamos a empezar el 2015 . Y eso está bien.pajarita

Los años nuevos, igual que la ropa nueva que acabamos de comprar , están planchaditos, huelen a nuevo y quedan impecables. Luego con el uso, bueno la cosa cambia. También depende de cómo los cuides…

Parece que tenemos prisa por empezar el año nuevo , y desechar el anterior. Poca gente dice: «qué pena que empiece un año nuevo, me gustaba éste… » No, todos estamos cansados y queremos cambiar. Además nos gusta «etiquetar » el año : éste año ha sido triste, feo, intenso,… Señores/as,¿ con la cantidad de días que tiene un año, es posible que todos sean iguales?

Pero luego cuando nos damos cuenta de cómo pasa el tiempo ,  siempre hay alguien que piensa : si pudiera volver atrás…

En efecto, las personas somos contradictorias. Si eres de los/as que se cambia de año, ten en cuenta estos detalles:

  1. Los problemas y las dificultades, así como las fortalezas que tenemos , no cambian con el año. A lo mejor no es el año el que tiene que cambiar , igual eres quien tiene que hacer cambios.

  2. Al igual que las personas no son torpes o brillantes, sino que tienen determinadas dificultades en determinadas áreas o hemos visto que  han éxito en determinados proyectos , los años no se pueden valorar de forma tan global : seguramente has tenido momentos muy duros pero también otros muy felices, no dejes que el recuerdo de este año se tiña sólo de lo negativo.

  3. Siguiendo con el punto anterior, para que el 2015 lo valores de forma más realista cuando acabe ( que también acabará), puede ayudarte llevar un diario o unas notas aunque sean muy generales , de las cosas que vas haciendo y que te van ocurriendo. Así la memoria no te va a sabotear tanto.

  4. Si no cumpliste tus propósitos para este año, quizá no eran los adecuados para ti.. revisa cuáles puedes cambiar y a ver qué pasa…

  5. Incluye como otro buen propósito leer todas las semanas Hablando D-Espacio. Seguro que mejora tu vida… :O .   O al menos te entretienes un rato.

En cualquier caso, disfruten. Porque es una noche especial, y eso no nos lo quita nadie. Ni lo bailao tampoco 🙂

Y muchas muchas gracias a todas las personas que en 2014 ( e incluso antes) han leído ,  comentado y compartido este blog y a las que lo harán en 2015.  Que gracias a eso sigue vivo .

 

 

 

 

El otro día me encontré viendo en la televisión un programa que recreaba con gran detalle  las cosas raras que hacían varias personas  y que les conducían a un trágico final. Me da que más de  uno/a sabe a qué programa me refiero.

Sabemos que está mal reírse de las desgracias ajenas, pero la cosa parece que cambia cuando no conocemos sus nombres reales , ni a sus familias y además parece que se lo han buscado en un intento de cometer una maldad, llamar la atención o atender a un oscuro vicio.

¿Se han visto  en la incoherencia de reconocer que lo que estamos  viendo no les  gusta ( por desagradable, inmoral, o cruel) al mismo tiempo que no apartan la mirada o cambian de canal porque la curiosidad no les deja ? Yo francamente sí.devil-tv

Existe una extraña paz en comprobar que a la gente le ocurren cosas malas porque ella mismas «se lo han buscado» :han sido demasiado avariciosos, crueles, o estúpidos y por eso han acabado así. Es una fantasía de control que mantiene nuestras estructuras mentales más estables. No reaccionamos igual si las personas a las que les ocurre esto son buenas personas, inocentes  y rectas en su moralidad. De hecho evitamos las imágenes  de personas inocentes que sufren ( y aquí podemos incluir anuncios de las ONG , reportajes sobre el tercer mundo,…) porque en el fondo sabemos que no debería ocurrir , y que a nosotros, que nos identificamos con esas buenas, inocentes  personas, también nos podría pasar ; nos sentimos indefensos.

De alguna manera se puede entrever un mensaje aleccionador en estos programas: si eres un delincuente, te comportas de forma cruel, o te gustan cosas demasiado extravagantes, puedes acabar así», debajo del morbo, la burla, o el espectáculo. si se fijan todos/as los/as protagonistas de etas historias cuentan con alguna de estas características, no vemos personas «normales» que son víctimas de una trágica casualidad.

En fin, que los acontecimientos dependen de una combinación de nuestras acciones y de lo que ocurre alrededor de nosotros . Unas veces podemos predecir o controlar más lo que va a ocurrir que otras. Nada de lo que nos pasa está relacionado con un sólo rasgo o acción nuestros , siempre habrán otros factores en juego y en parte siempre estaremos en manos del propio azar. Generalmente las personas que son capaces de enfrentarse a esto sin miedo ni prejuicios tienen una visión del mundo más realista y más difícil de manipular.

El sábado entré a una tienda para comprarme una camiseta.

Me considero una persona de complexión media, bastante habitual .  Y la camiseta que me gustaba no me entraba. Cuando pregunté a la dependienta si tenía más tallas me dijo que no, que era «talla única». He observado últimamente que hay bastante prendas de talla única.

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Me pregunto cómo se sentiría una persona mínimente insegura si le dicen que no es válida para la única talla que venden de un artículo. Parece una tontería , pero el mensaje de la talla única puede recibirse como : » ésta es la talla única, verdadera. Si no te sirve esta talla no eres persona válida, porque a todas las personas debería servirle. Por eso no hay más tallas «. Estaríamos dando por hecho que lo «normal»  se correspondería con una única talla, una única medida . Todas las personas a las que no les sirva ésta, quedan excluidos/as, rechazados/as. Con lo cual pueden necesitar un esfuerzo extra respecto de los demás para superar su inseguridad y no crearse una imagen personal permanentemente negativa.

Ya no sólo las personas que visten con tallas por encima o por debajo de un rango habitual pueden sentirse discriminadas,sino que somos capaces de estrecharlo hasta llegar a una única posibilidad , un único molde.

Se ha luchado mucho para que el derecho a la diversidad quede reflejado en todos los escenarios sociales, no solamente en la imagen física. Pero hay muchas opciones que se siguen dando por hecho, como si fueran universales, cuando sólo son una opción más entre muchas. Sé que es una cuestión de educación. Inconscientemente, cuando vemos a una persona damos por hecho que es heterosexual, tiene ( o ha tenido ) un padre y una madre, y que cuenta por ejemplo con todos los órganos en  su cuerpo.

Recordemos que cualquiera de nosotros/as puede sentir que se queda fuera en cualquier momento, todo depende del criterio que utilicemos caprichosamente como «único» o «normal».

Desde esta entrada animo a las marcas a que prescindan de la talla única, porque obviamente es imposible que una única talla sirva para todas las personas. Si no pueden fabricar para abarcar un mínimo de tallas , que no fabriquen esa prenda. Que no intenten tomarnos el pelo.

Me gustaría saber si soy la única que piensa así. Reflexionen sobre cuántos pequeños detalles nos encontramos en la vida diaria que nos presionan para que no nos mostremos como diferentes, cuando lo que nos hace diferentes también nos hace auténticos y especiales.

Hace unos días dirigía  un ejercicio con un grupo de personas  que siemrpe me ha resultado bastante interesante : cada uno de ellos se colocaba en la frente con una cinta un cartel que le asignaba una característica o un rol ( DIRECTOR/A, CARADURA, GRACIOSO/A,IGNORANTE, PELIGROSO/A, «??? «). Cada persona era incapaz de ver el contenido de su propio cartel, pero podía ver claramente el de los demás.ajedrez

Se les proponía que hablaran durante cinco o diez minutos de un tema que todos conocieran y al final de la conversación se comprobaba si eran capaces de deducir cada uno de ellos el cartel que llevaba colocado. Aunque unos con más dificultad que otros, todas las personas se aproximaron al «personaje» que sin querer habían interpretado.

Es decir: según cómo observo que me tratan los demás, puedo identificar cuál es mi papel o quién soy dentro mi entorno… al margen de rasgos de personalidad, las actitudes de las personas y su autoimagen se va configurando siempre a partir de cómo interacciona y de lo que observa a su alrededor, sobre todo lo que observa de los demás hacia él /ella.

Si a un niño o a una niña desde que nace lo tratamos por ejemplo como di fuera muy hábil para el ajedrez, independientemente de sus resultados en el juego , es posible que se convierta en un gran ajedrecista, porque confiando en que tiene capacidades para ello se esforzará más en practicar y le gustará más este juego porque sabe que es bueno en ello, sobretodo a determinadas edades en que los niños tienden a repetir juegos y comportamientos sobreaprendidos porque les  gusta comprobar su éxito y sentirse ganadores o superiores  a otros. Y puede ocurrir también al revés. Es la profecía autocumpida.

 

Miren a su alrededor. Y luego mírense ustedes. ¿Qué parte de mi soy yo realmente y qué parte es un reflejo de lo que los demás ven en mi? A veces no es tan fácil de diferenciar.