IMG-20150815-WA0002La semana pasada me regalé unos diítas de vacaciones al Norte de España , de jueves a domingo , lo que llamamos un «fin de semana largo».

Al principio pensé :» qué poco», pero lo que no esperaba es haber vuelto con las pilas tan cargadas.

Realmente, el tiempo, sobre todo el de ocio, puede medirse tanto por su cantidad como por su calidad . Quince días de «descanso» pueden cundir tanto para el organismo como tres días realmente dedicados a oxigenarte.

¿Cuáles son los indicadores de calidad del tiempo? Se me ocurren por ejemplo:

– La magnitud de la diferencia entre tu entorno habitual y el de esos días de vacaciones: el cererbro rompe asociaciones de lugares con emociones de estrés y ansiedad, por ejemplo.

– La flexibilidad para hacer planes: la medida en que nos sentimos libres de poder hacer e ir donde nos apetece en cada momento.

– La cantidad e intensidad de emociones positivas: si estamos más o menos dispuestos/as a dirigir la atención a aspectos positivos y estimulantes ( un paisaje, un sabor diferente, ..) y a convertir contratiempos en anécdotas.

– La frecuencia de oportunidades para compartir actividades y experiencias con otras personas importantes para nosotros/as y para cultivar esas relaciones.

 

Al final, la huella que deja cada experiencia en la memoria no depende de la duración del recuerdo, sino de cómo nos hizo sentir.

 

Para Alba. Gracias 🙂

 

 

 

 

 

 

 

Hace poco alguien me dijo que no recordaba dónde había colocado el móvil . «¡Qué mala memoria tengo!» , se quejaba. Yo no estoy tan segura de si tenía problemas para recordar el lugar en el que había dejado el aparato o es que no había prestado atención mientras lo hacía.

La atención es un mecanismo imprescindible para la memoria , por ejemplo. Es imposible fijar una imagen o una frase si antes no la hemos captado adecuadamente .shoes-471863_640

La atención funciona como un «foco» que determina qué va a procesarse y qué no, a qué le damos importancia y lo que no es relevante en ese momento, según nuestros intereses, características, estado emocional,… Por ejemplo, si veo un escaparate puedo decidir quedarme sólo con la imagen de aquellos zapatos cuyo precio baja de 20 euros. Los demás no me interesan y por tanto no voy a recordar cuántos había , ni su forma, ni su color,…

Es comprensible porque la atención es limitada, no podemos atender a todos los estímulos a la vez , tenemos que hacer un filtraje de la escena. Al igual que no podemos realmente hacer dos cosas a la vez. Bueno sí, cuando una de ellas es automática. Por eso podemos hablar  con el móvil para organizar una evento  a la vez que caminamos.

El proceso de filtrado no sólo afecta a lo que percibimos del exterior, sino también a cómo elaboramos lo que creemos que somos, es decir, nuestro autoconcepto. Puedo atender más a mis errores que a mis logros, dar más importancia a los comentarios positivos o a los negativos de los demás…Y ¿qué resultado tiene esto para la autoestima?

Todo es cuestión de atención. Y la atención puede entrenarse en el día a día, con sencillos hábitos o ejercicios. Pero como la entrada se está quedando muy larga, esto mejor lo vemos la semana que viene :P.

Que tengan una buena semana 🙂

 

 

 

Anoche me despertó un grito: ¡Silencio! Alguien que mandaba a callar porque había mucho ruido, me despertó a mí…

La vida está llena de paradojas, nuestro cerebro unas veces las lleva mejor que otras…
La ciencia por ejemplo nos demuestra que no todo está tan claro, si no echa un ojo al caso del Gato de Schrödingerinte.
Mira a tu alrededor: desde los días nublados en que hace calor, hasta esos kilos que pierdes cuando menos ejercicio haces y/o más cosas,hay muchas paradojas aparentes .

No todo es posible de comprender totalmente según una norma general y constante , hay cosas que se nos escapan.

Y  llegando ha un plano moral, nos planteamos ¿ podemos transgredir la ley para hacer justicia? ¿Cómo satisfacemos al mismo tiempo las necesidades particulares de las comunitarias?

Para mí, el mejor recurso para sobrellevar las contradicciones de la realidad es el humor, junto con la capacidad de aceptación del mundo tal cual es, no como nos gustaría que fuera o como pensamos que debe ser.

 

 

A veces me da la impresión, no sé a ustedes, de que vivimos en mundo que «vive» por nosotros, de alguna manera hemos llegado a sentirnos terriblemente limitados por nuestras circunstancias y nuestro entorno para vivir como queremos. No hacemos lo que nos apetece porque no hay tiempo, o porque no hay dinero, por mucho que me mueva no hay trabajo,…

Son percepciones que nos conducen al riesgo de dejar de tomar decisiones por nosotros/as mismos/as, por la incapacidad  porque parece que ya las toman por nosotros/as.paraguas

El locus de control es el indicador que mide hasta qué punto pensamos que nuestro destino está en nuestras manos ( interno) o en las de otras personas, entidades, organismos ,el azar … o cualquier cosa que esté fuera de nosotros ( externo ) ; qué puedo hacer y hasta dónde puedo llegar para cambiar las cosas.

En el  medio actual es fácil sentir que perdemos ese control, porque cambia muy deprisa, porque es cada vez más complejo y más diversificado.

En mi opinión la solución no está en pensar que TODO depende de nosotros, de nuestra actitud , y de la cara que le plantemos a la vida. Pero sí me parece más útil sin dejar de ser realistas el aprender a diferenciar qué parte de mi realidad depende de mi y qué parte no. Más que nada para luego pensar qué puedo hacer yo ( locus de control interno) para cambiar la situación o para sentirme mejor ( habría que ver también si tengo claro lo que quiero conseguir) y qué parte tengo que aceptar como algo que probablemente no cambiará , sobretodo para no seguir chocándome contra un muro y distribuir mejor mi energía.

Por ejemplo no puedo hacer nada si llueve fuera, y a mi no me gusta pasear con lluvia, pero puedo buscar un recurso como un paraguas para no mojarme . O adelantar para hoy la limpieza y salir otro día a la calle que sí haga buen tiempo.

A veces da miedo asumir esa parte la responsabilidad de lo que nos ocurre, que siempre, créanme , la hay , pero a la larga ayuda a encauzar el cambio y a valorar nuestras propias capacidades.

 

 

El otro día me encontré viendo en la televisión un programa que recreaba con gran detalle  las cosas raras que hacían varias personas  y que les conducían a un trágico final. Me da que más de  uno/a sabe a qué programa me refiero.

Sabemos que está mal reírse de las desgracias ajenas, pero la cosa parece que cambia cuando no conocemos sus nombres reales , ni a sus familias y además parece que se lo han buscado en un intento de cometer una maldad, llamar la atención o atender a un oscuro vicio.

¿Se han visto  en la incoherencia de reconocer que lo que estamos  viendo no les  gusta ( por desagradable, inmoral, o cruel) al mismo tiempo que no apartan la mirada o cambian de canal porque la curiosidad no les deja ? Yo francamente sí.devil-tv

Existe una extraña paz en comprobar que a la gente le ocurren cosas malas porque ella mismas «se lo han buscado» :han sido demasiado avariciosos, crueles, o estúpidos y por eso han acabado así. Es una fantasía de control que mantiene nuestras estructuras mentales más estables. No reaccionamos igual si las personas a las que les ocurre esto son buenas personas, inocentes  y rectas en su moralidad. De hecho evitamos las imágenes  de personas inocentes que sufren ( y aquí podemos incluir anuncios de las ONG , reportajes sobre el tercer mundo,…) porque en el fondo sabemos que no debería ocurrir , y que a nosotros, que nos identificamos con esas buenas, inocentes  personas, también nos podría pasar ; nos sentimos indefensos.

De alguna manera se puede entrever un mensaje aleccionador en estos programas: si eres un delincuente, te comportas de forma cruel, o te gustan cosas demasiado extravagantes, puedes acabar así», debajo del morbo, la burla, o el espectáculo. si se fijan todos/as los/as protagonistas de etas historias cuentan con alguna de estas características, no vemos personas «normales» que son víctimas de una trágica casualidad.

En fin, que los acontecimientos dependen de una combinación de nuestras acciones y de lo que ocurre alrededor de nosotros . Unas veces podemos predecir o controlar más lo que va a ocurrir que otras. Nada de lo que nos pasa está relacionado con un sólo rasgo o acción nuestros , siempre habrán otros factores en juego y en parte siempre estaremos en manos del propio azar. Generalmente las personas que son capaces de enfrentarse a esto sin miedo ni prejuicios tienen una visión del mundo más realista y más difícil de manipular.