Se acerca un momento crucial para muchos/as que miran de cerca su futuro.

En una semana comienzan las pruebas para la PAU (antigua selectividad), que decidirá para muchos, cual oposición se tratase , el rumbo del barco académico.

Si bien este tipo de barcos luego pueden desviarse mucho 😛

Es el último empujón, la última semana para estudiar, y el cansancio acumulado junto con la presión pueden jugarnos una mala pasada si no gestionamos bien este momento de estrés.índice

Ahí van algunas recomendaciones para conseguir el máximo resutado con  el menor desgaste posible :

  1. No por estudiar más horas vamos a tener mejor rendimiento. Lo importante es la calidad del estudio: la información elaborada se retiene mejor que la que sólo se memoriza. Para esto es importante relacionar lo que estudiamos con otros conocimientos que ya tenemos, hacer resúmenes o imágenes mentales.
  2. Durante el descanso se fijan los recuerdos y se anclan los contenidos. Así que merece la pena dedicar tiempo a dormir, y a dormir bien.

  3. Muchas veces abandonamos el deporte porque no queremos que nos quite tiempo para estudiar. Sin embargo, es ahora cunado más falta hace, cuando sufrimos más estrés, porque nos relaja y desbloquea la mente tensiones para retener información.
  4. La concentración se agota. Y también la vista y la espalda de mantener la postura. Así que cada 45-50 minutos, levántate y anda. Un poquito, aunque sea para coger un vaso de agua

Y ante todo, confianza. Es el momento de dar lo mejor de ti mismo/a 🙂

Son las nueve de la mañana. O las cuatro de la tarde. Estás sentado/a frente al ordenador y no hay maldita gana de trabajar. Tu ratón se va a las redes sociales, las noticias, la agenda, …o te distraes  hablando con los compañeros o simplemente estás pensando .

Además, estamos recuperando el ritmo después del paréntesis navideño , que sin dejar daburridoe ser estresante, era diferente.

Sabes que todo eso debe terminar pronto porque hay cosas que hacer. Claro que tampoco son urgentes…

Te decides a ponerte en marcha, pero ¿ de dónde sacas la  energía?

  1. Levántante y anda. JC, nuestro primer coach  lo tenía claro : muévete, estírate un poco y aprovecha para beber un poco de agua.

  2. Piensa en cómo te sientes después de una jornada o un día bien aprovechado : satisfecho/a no? Quédate con esa sensación.

  3. Haz una lista de objetivos para hoy. Asígnales un tiempo y un horario, e incluye algún descanso.

  4. Comienza por las tareas más asequibles o sencillas para ti , en lo que vas cogiendo el ritmo. Cuando llegues a las más complejas estarás más motivado/a.

  5. Revisa con qué frecuencia te sientes desganado/a o falto/a de energía para trabajar y en qué situaciones te ocurre más . Puede que necesites valorar cómo vas de vitaminas , o quizá  el contenido de tu trabajo no sea lo suficientemente estimulante para ti o puede que  necesites más información.

Pues eso, que tengan una buena y productiva jornada 🙂

Tengo una amiga que cocina genial. Hace un as albóndigas que han enamorado a varias generaciones. Sin embargo según ella nunca consigue el «punto de sal » perfecto. Así que nunca se la ve satisfecha con sus platos.

Las personas muy perfeccionistas son pulcras en su trabajo y muy cumplidoras, suelen tener éxito laboral y social. Pero también están permanentemente insatisfechas y agotadas ,siempre en busca de lo inalcanzable ,  y les cuesta disfrutar de sus éxitos .

Hay ocasiones en que no vale la pena invertir tiempo y energías en  hacer las cosas de forma » perfecta» : nosotros podemos valorar qué nivel de perfección o excelencia queremos invertir en cada tarea teniendo en cuenta el impacto o la importancia y sus consecuencias. Con el tiempo nos especializamos en dosificar el esfuerzo: la lista de la compra será igual de eficaz si está escrita a lápiz que a ordenador, por orden alfabético y en diferentes colores. Podremos comprar todo siempre que se entienda lo que dice.listacompra

Los/as que son perfeccionistas por rigidez lo son tanto con ellos como con otras personas. Y el/la  que se autoexige continuamente pero justifica a los demás suele contar con autoestima deteriorada, porque se sitúa por debajo de otros: por alguna razón los demás cuentan con un privilegio de condescendencia  que él/ella no tiene.

A mí me gusta que nos imaginemos dentro de un continuo: las cosas siempre pueden hacerse «mejor» y «peor» de lo que las podemos hacer. Si nuestra ambición es hacerlo lo mejor posible, siempre habrá un «mejor» posible, añadiendo tiempo y recursos. Sin embargo podemos plantearnos hacer las cosas lo mejor posible para el tiempo y los recursos que tenemos y que queremos emplear.

Al final nosotros/as decimos cuándo es «suficiente».

 

 

Ayer hablaba con un amigo que está en época de exámenes . Me comentaba: «es que trabajo mejor bajo presión». 

Realmente no siempre el estrés es negativo para el rendimiento o para la salud. El estrés agudo, o eutrés activa al organismo para dar una respuesta ante una demanda del ambiente , es el que experimentamos cuando sabemos que están tenemos una carga de trabajo más alta de lo habitual , necesitamos afrontar un cambio ( en la dieta, en la forma de trabajar) o estamos en una situación de peligro. En nuestro cuerpo se disparan hormonas que dan la señal  a los músculos para respondan rápida y enérgicamente , y al  corazón para que bombee más sangre. Además nuestras defensas naturales también aumentan , lo cual hace que las heridas cicatricen más rápido y que seamos más resistentes a virus e infecciones (ahora pienso que esto concretamente les venía muy bien a los soldados en las  guerras y batallas en condiciones precarias… ) Si bien es más fácil que empeoremos en cuanto a alergias y asma.800px-Battle_of_Churubusco2

Eso sí, si le pedimos un sobreesfuerzo así al cuerpo de manera continuada es posible que se agote, y que ya no esté tan fino para impulsarnos y para protegernos. Entonces aparecen los problemas cardiovasculares, la depresión y el cáncer. Personas que se someten al estrés de cuidar principalmente de otras con una enfermedad crónica como el Alzheimer pueden sufrir este tipo de estrés crónico.

Algo parecido ocurre cuando nos enfrentamos de forma muy frecuente a pequeños contratiempos o problemas de la vida cotidiana, cuando reaccionamos de forma muy intensa ante estas situaciones y/o nos encontramos en un estado de alerta continua, estamos impacientes e irascibles. Pensemos en el tráfico, los sucesos inesperados, las prisas, las discusiones frecuentes con personas con las que convivimos ,… al final el estrés diario  se acaba notando en el estómago ( colon irritable, trastornos gastrointestinales,..).

El estrés diario puede  acabar  siendo el más grave porque le prestamos menos atención. Para reducirlo en lo posible:

– Buscar un hueco para hacer ejercicio físico una o dos veces en semana porque esto ayuda a que reaccionemos de forma más moderada ante situaciones estresantes.

– Respirar profundamente. Especialmente antes de enfrentarnos a resolver un problema

– Pensar en si realmente todo lo tenemos que hacer nosotros o en si podemos delegar, pedir ayuda,… Una buena y realista planificación del tiempo también ayuda.

– Mantener sexo de calidad, satisfactorio.

– Reservar tiempo para hacer cosas que nos hagan sentir bien, pasar tiempo con los/as amigos/as, pasar tiempo de forma frívola relaja mucho.

 

Muchos consejos ya los conocerán. La clave está en diferenciar cuándo puedo aprovecharme de mi estrés y cuándo se está convirtiendo en un problema.

 

Hace poco vi una película ( espectacular por cierto) cuya historia giraba en torno a la rivalidad de dos pilotos de carreras. Llegado un momento la motivación de ambos para correr era mantener o arrebatar un título de Campeón, y parece que dedican todos sus esfuerzos en esto.

Podemos ver la situación de competitividad como una amenaza para nuestra imagen: alguien puede llegar a ser mejor que nosotros en algo y arrebatarnos nuestra posición ante otras personas, nuestro estatus. O también puede significar un motivo para no acomodarnos, para seguir aprendiendo, trabajando, mejorando . Al mismo tiempo que luchamos Porsche_race-Car_Engelhart_3072_origpara superar el resultado de otros/as  estamos trabajando para superar nuestros propios resultados, para mejorar o no estancarnos.

Pero esto implica un cierto malestar o inquietud que nos remueva y nos movilice y , también un sacrificio o un esfuerzo que no siempre es agradable.

Del mismo modo que ocurre con la valoración  de la competitividad, nos han ayudado a ver el sacrificio o el sufrimiento como algo negativo, frente al confort y el bienestar . Sin embargo un poco de sacrificio cultiva el espíritu y nos ayuda a descubrir lo fuertes que somos y de lo que somos capaces.

Podemos darle a lo que sentimos el papel que elijamos. El dolor no es agradable , pero sirve como señal para indicarnos que algo falla, que algo hay que cambiar. Y con esto nos podemos referir tanto al dolor físico como al dolor emocional.

Necesitamos fijarnos en nuestros competidores no para que nos inspiren miedo, sino para medirnos a nosotros/as mismos/as y para observar qué podemos aprender .