El sábado aproveché para ordenar cajones, y me encontré un par de álbumes de fotos. Eran imágenes de varias épocas: la universidad, mi primera comunión, imagínense…fotos

Hay estímulos, visuales (fotos), auditivos (canciones) , olfativos (el olor a una comida concreta o a un perfume) que no sólo nos devuelven a una época pasada, sino que hacen que nos invada un sentimiento agridulce, un deseo que querer volver allí .

Más que nada porque sabemos que no es posible, y nada anhela más el espíritu humano que aquello que se le niega.

La nostalgia tiene su misión: la de recordar la persona que fuimos antes y diferenciarla de la que somos ahora. Al mismo tiempo que nos reconecta con las raíces comunes que compartimos.

De otro modo, hay quien se agarra al pasado y no se suelta nunca, ese pasado que siempre fue mejor, quizá porque está idealizado. Vemos personas con las casas llenas de fotos y recuerdos de hace muchos años, hablando la mayor parte del tiempo de esa época. Es una batalla perdida contra el tiempo, porque ni aceptamos el presente ni podemos volver al pasado.

Te recomiendo que un día de estos reúnas tus fotos y documentos, mejor con alguien de tu familia que te ayude a completar algunas lagunas que solemos tener sobre nuestra propia vida.

No está de más echar de vez en cuando la vista a nuestros orígenes ( familiares, vivenciales,etc) para comprender quiénes somos, cuál es nuestra Historia y qué hemos venido a hacer (y a no hacer) aquí.

 

 

 

 

Qué bien nos lo pasamos el otro día buscando excusas. Realmente hay gente que tiene mucha imaginación 🙂 De chicos/as no tenemos reparo en buscar los argumentos más creativos, pero de grandes tampoco nos quedamos cortos.

Es tan fácil poner una excusa para librarnos de algo o para no dar explicaciones comprometidas… Se nos olvida hacer algo y  ofrecemos toda una historia para justificarlo. Llegamos tarde y resulta que había tanto tráfico o un accidente o alguien nos entretuvo. No querhuevotristeemos ir a algún sitio y de repente nos puede surgir un imprevisto o no nos encontramos bien. .. Y si  sabemos que nuestro comportamiento no es justo o moral : total, todo el mundo lo hace…O ¿qué quieres? Yo soy así… El caso es que frecuentemente aparece un ente superior que nos dirige irremediablemente a un error, o nos impide cumplir con algo con lo que nos hemos comprometido o a lo que nos han invitado.

¿Por qué nos resulta tan tentador tirar de excusas? Puede estar ocurriendo algo de esto:

  1. Tenemos miedo al rechazo o al juicio de los demás, a quedar mal o a ofenderles

  1. Nos cuesta hacernos responsables de nuestros propios errores y decisiones.

  2. Nos cuesta comprometernos con un objetivo.

  3. La excusa es la alternativa a decir siempre que  para aquellas personas a las que les cuesta decir No.

Todos/as caemos en esto de vez en cuando. Sin embargo puede ser arriesgado abusar de las excusas. Al igual que el alcohol y las grasas saturadas sin moderación pueden hacernos daño. ¿Por qué? Pues a parte de que es cuestión de tiempo que nos pillen y perdamos credibilidad , podemos deteriorar nuestra autoestima, instalando la creencia de  que nuestras propias necesidades y deseos no son lícitos ante los demás y de que realmente no somos nosotros/as los que controlamos nuestra vida.

Es muy liberador a veces ser un poco más valientes y  reconocer simplemente que no hicimos lo más apropiado . O que no nos apetece o convence una idea . O que nos equivocamos…

¿Lo has probado?