Hace poco estuve en una maratón.  No participé yo como runner, pero me quedé entre el público, empapándome del ambientillo.

No practico deporte de forma habitual , pero reconozco que me entraron ganas de formar parte aquel mundo. No sólo por lo divertido, sino porque se respiraba un aire realmente sano y positivo, entre tantas tensiones que vivimos normalmente.maraton

Me estoy dando cuenta de hasta dónde pueden calar los valores educativos del deporte. Los/as niños/as que desde pequeños incorporan a su rutina algún deporte individual o de equipo están asimilando en sus carnes importantes aprendizajes.

 

A nivel personal aprenden que:

 

– Vale la pena luchar por superar tus límites ( no  superando necesariamente a los demás), como estímulo para el avance (autosuperación).

– Tú controlas tu cuerpo para que éste responda como tú necesitas, siempre que respetes sus necesidades y sus límites (autocontrol).

– Pueden existir varias estrategias para llegar a un mismo resultado, si te conoces encontrarás la más eficaz para ti (creatividad).

– Trabajamos duro a diario para conseguir a medio o largo plazo una marca, una meta concreta pasando por otras metas intermedias ( disciplina, constancia)

– Aunque te sientas enfadado/a, desanimado/a o hundido/a por un mal resultado, tienes que continuar : no puedes dejar que tus emociones te bloqueen ( autocontrol emocional)

 

Y a nivel social no queda otra que aceptar que:

 

– Puedes hacer lo que se te ocurra para ganar a un contrincante… pero las reglas son las reglas. Y se vigilará que las cumplas ( justicia).

– En un equipo los resultados ( positivos o negativos) no son de cada deportista, sino del equipo ( cohesión, espíritu de equipo)

– En el juego todos/as estamos para lo mismo. Si ayudas a tus compañeros/as, en algún momento ellos te ayudarán a ti ( solidaridad).

–  Uno más uno es mucho más que dos. La emoción , la diversión y la energía son más si se comparten (amistad).

–  Nunca vas a ser el/la mejor : siempre habrá alguien en el mundo con mejor marca que tú ( humildad).

 

Por eso si dejamos que lo que destaque en los espectáculos deportivos sean otros fenómenos,  como la violencia , la descalificación, o la pérdida de dignidad , hemos perdido la partida. Cuidado ahora con eso…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como algunas partes del cuerpo, hay emociones que no nos gusta mostrar públicamente porque sabemos que están mal vistas . Sin embargo por ello no dejan de estar ahí y de ejercer su función.

Ahí está la envidia: cuando criticamos con fervor a alguien , muchas veces nos encontramos ante un reflejo de lo que nos gustaría ser o tener y ( creemos)  que no hemos alcanzado. Sentimos que si las cosas le salieran mal a esa persona , en el fondo nos alegraríamos un poquito porque  sentiríamos menos inferiores, nuestras carencias son ahora las que pasarían a un segundo plano.envidia

¿Por qué  a pesar de que otros  se dan cuenta a nosotros/as  mismos/as nos cuesta tanto reconocer que sentimos envidia ( y no vale lo de la envidia «sana», que al final es lo mismo)? ¿Lo tenemos asociado a actitudes patéticas o a malas personas? Hemos aprendido tan  bien lo que debemos sentir y no lo que no que ya ni ante nosotros/as mismos/as reconocemos nuestros propios sentimientos.

Personalmente me parece  curioso que mientras la sociedad actual nos conduce a competir y por tanto a compararnos y a medir nuestra valía en relación a la que vemos en  los demás,   por otro lado los valores morales de esa misma sociedad nos empujan a rechazar  estos sentimientos : porque está mal, porque no debemos sentir la envidia cochina, sucia, perversa.

Al final,la envidia, como las demás emociones ( la vergüenza, el deseo, la ira, …)  no son buenas ni malas, ninguna. Realmente son pilotos, señales de algo: de nuestras inseguridades, complejos, miedos o necesidades , que todos/as las tenemos. Podemos aprender de ellas y utilizarlas a nuestro favor, para mejorar y para conocernos mejor . Pero ante todo nos conviene  reconocerlas y aceptarlas , ante nosotros y ante los demás, sin miedo a que nos juzguen o a juzgarnos nosotros mismos/as.

 

 

Soy de la idea de que el carácter de un lugar se puede conocer a través de pequeños detalles.

Y lo he confirmado tras el viaje ( realmente sorprendente )que hice este puente.

Aquí les traigo esos detalles que bastan para hacernos una idea clara sobre el estilo de vida de la gente de este sitio , les describo tres situaciones sencillas:

1) Jueves  1 de Noviembre,( día de todos los Santos)Al poco de llegar en el aeropuerto pregunto por una farmacia. Respuesta: » Como hoy es festivo estarán todas cerradas. (…) No hay farmacias de guardia. Si necesitas un medicamento  urgente hay un número de teléfono en la puerta de la farmacia, llama a ése número» . Imagino que era el número de la casa del farmacéutico.

2) Viernes a las diez y media de la mañana. En una sucursal de un banco , una persona está realizando un ingreso . La empleada le pregunta: ponemos algo ( como concepto)? y esa persona responde » Sí, de Yaya por tu cumpleaños» . Sobra decir que se trataba de una señora mayor. Esta señora por cierto era la única cliente en la oficina en ese momento.

3) Sábado, doce y cuarto de la mañana. En una cafetería pido el periódico de ese día . El camarero me mira extrañado y responde :» No lo tenemos. El periódico llega por la tarde» . 

 

Ahora les propongo un juego : échenle imaginación y prueben a adivinar a dónde fui de puente. Me comprometo a decirlo la semana que viene.