Ayer caminaba por la calle y mi cerebro recibió un mensaje directo : NECESITO AZÚCAR. Así de claro . De tal modo que entré en una pastelería y me compré un empalagoso dulce.
Les ocurre esto? A veces el cuerpo nos pide que le demos cosas. Concretamente el mensaje lo recibe el cerebro, porque los demás órganos digamos que no tienen esa capacidad de comunicarse directamente con nuestra consciencia. Pero lo que está claro es que contamos con una capacidad extraordinariamente sabia y adaptativa para saber cuál es el estado de nuestro organismo y qué necesita exactamente sin necesidad de pasar por un análisis de sangre.
Pensamos que nos apetecen , se nos antojan , nos encaprichamos con ciertos alimentos o sustancias , pero a veces se trata precisamente de los nutrientes que se han quedado ya “en reserva”.
Sabemos de casos de personas , especialmente mujeres embarazadas y niños , que sienten fuertes impulsos por comer cosas como tierra, tiza y hielo ( enfermedad de pica ). Aunque está considerado un trastorno de la conducta( alimentaria), se ha comprobado que estas personas tienen importantes carencias de hierro y especialmente de zinc en su cuerpo. De hecho suele tratarse de personas muy desnutridas.
Fíjense: ¿a quién puede parecerle apetitosa la tierra o la tiza?Sin embargo no pueden resistirse. Y los niños no saben de déficit nutricionales.
Indudablemente el cuerpo se comunica con nosotros y tiene sistemas para pedirnos lo que necesita. Y hay otras muchas percepciones y experiencias psicológicas que aparecen sólo para mantener el equilibrio químico del organismo : el dolor, los cambios de temperatura, el adormecimiento de partes del cuerpo,… El cuerpo nos habla. Escuchémosle