… Al final somos energía, de ésa que desprende calor, que nos mueve para hacer, sentir cosas y crear cosas y que se comunica de una fuente a otra.
Al margen de nuestra energía pueda cambiar de positiva a negativa o algo así, pienso que como organismos nos cargamos y descargamos de energía vital. Como las baterías de los móviles o del portátil, vamos.
Tomamos energía de elementos físicos, como el alimento, el agua, el oxígeno. Pero también hay otras cosas en nuestro entorno que pueden hacer que sintamos que ganamos o perdemos esa energía vital. Perdemos energía no sólo cuando estamos cansados física o mentalmente, ni tampoco la ganamos siempre por descansar. Estamos perdiendo energía cuando nos falta motivación o fuerzas para continuar o para empezar algo nuevo debido al cansancio emocional acumulado.
Creo que es un ejercicio muy sano observar en el día por dónde perdemos energía y cómo la recargamos , porque también nos diferenciamos en eso : no todas las personas descargan y cargan su batería de la misma forma. En cualquier caso aquí van algunos agujeros habituales por los que se nos puede colar la energía:
- Conflictos con otras personas: compañeros/as o jefes/as , familia, pareja,… La energía se nos va simplemente en odiarlos, en sentir lo injustos/as que son, en intentar cambiarles,..
- Preocupaciones recurrentes : lo que puede pasar (o no) . Independientemente de que hagamos algo al respecto.
- Los imprevistos continuos y reaccionar ante ellos de forma intensa (preocupándonos mucho).
¿Qué tienen en común todas estas situaciones? Igual ya lo han deducido: no es lo mismo invertir energía y conseguir un resultado, que en ese caso la energía se vuelve a recargar en forma de satisfacción, que gastarla en lo inútil, porque entonces sí que la perdemos, la derrochamos.
Por otro lado, ¿qué puede cargarnos de energía?
- Sentir el sol. En la piel, en la cara en el cuerpo.
- Hacer cosas que nos hagan sentir bien.
- Compartir tiempo con personas con las que nos sentimos bien.
- Comportarnos de forma coherente con lo que pensamos y sentimos.
Generalmente andamos tan ocupados/as que no nos damos cuenta de por dónde va nuestra reserva de energía, hasta que está punto de vaciarse del todo, y claro entonces cuesta más llenarla hasta un nivel suficiente como para seguir avanzando. Vigila y renueva tu energía, tú sabes cuándo lo necesitas.