Estas Navidades quedé para tomar café con una amiga. Habíamos quedado en punto en punto concreto de una plaza a las 17.30 . A mí se me olvidó llevarme el móvil.
Y resulta que poco después de salir de casa, a eso de las 5.15 me había enviado un sms (no tengo whatsapp) diciéndome que mejor nos veíamos en una cafetería que estaba cerca. Consecuencia: allí estuvimos las dos durante veinte minutos a menos de doscientos metros esperándonos mutuamente porque yo no había podido ver el susodicho mensaje.
Realmente la comunicación escrita ( los mail, sms, wasap,etc) son muy útiles para comunicarnos en muchas ocasiones. Pero en determinados contextos utilizar este canal puede implicar ciertos riesgos. En mi caso , por ejemplo , hay que tener en cuenta que este tipo de mensajes no generan una confirmación inmediata de que se han recibido y nos parece difícil pensar que a la otra persona se le puede haber olvidado el móvil o no lo ha oído o está sin batería: nos imaginamos permanentemente conectados. Lo mismo puede ocurrir con un correo electrónico , un mensaje de facebook,..
Hay otros aspectos de la comunicación escrita que hay que tener en cuenta a la hora de elegir este canal (o no):
1) La comunicación escrita es diferida : un mensaje que escribo hoy , sobre todo si es de noche, es posible que tú lo leas mañana. Por tanto si te escribo en lunes para mí «mañana» es martes mientras que si tú lo lees al día siguiente para ti «mañana» se refiere al un miércoles…
Esto pasa con mucha frecuencia , por eso para evitar malentendidos podemos añadir nos vemos mañana martes, por ejemplo .
2) En la comunicación la información que nos llega procede en un 55% de gestos, miradas, movimientos ( aspectos no verbales) , el 38% del tono de voz, el volumen, el ritmo ( aspectos para-verbales ) y sólo un 7% de lo verbal, de lo que decimos . En el lenguaje escrito nos perdemos por tanto gran parte del mensaje.
No podemos captar la ironía, el interés, la sinceridad con que nos dicen las cosas ni podemos expresarlas tal cual las sentimos o pensamos..¿Cómo saber si tengo que preocuparme cuando alguien me dice «tengo que hablar contigo»? Incluso según cómo te den los buenos días puedes anticiparte a lo que viene a continuación…
3) Hablar por mensajes escritos puede ser más arriesgado aún si tocamos esos temas delicados o si hablamos de sentimientos. Piensen por ejemplo en una discusión entre una pareja. No tenemos a la persona delante para saber si vamos por buen camino , si nos estamos pasando, ni nunca transmitiremos tanto apoyo ni tanto ánimo como cuando le cogemos a alguien la mano o le ponemos la mano en el hombro.
Para hablar de cuestiones que pueden ser ambiguas o sensibles elegiría otro canal, como hablar en persona o si no puede ser pues al menos por teléfono.
De verdad que escribo muchos mensajes en muchos sitios para comunicarme , (como ahora), pero estoy segura de que ahora mismo no puedes comprobar hasta qué punto me creo todo lo que estoy diciendo o cuánto es de importante para mi que tú lo tengas en cuenta. ¿ Lo verías de otra forma si lo habláramos cara a cara?
You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 You can leave a response, or trackback.
Me ha parecido una reflexión muy interesante, sobretodo la que haces de que tendemos a pensar que los demás deben vivir permanentemente conectados (y nosotros también), cuando no tiene por qué ser así. Creo que es una mala costumbre que hemos adquirido a raíz de la aparición del móvil y la «facilidad» que te da para llamar en el último minuto. A veces es una buena herramienta, pero hay buenas costumbres y actitudes que echo de menos de aquellos tiempos en que nos las arreglábamos para llegar a tiempo al sitio exacto de la cita.
Y lo de la comunicación no verbal es totalmente cierto… Por eso cuando hay un asunto importante de por medio, prefiero tratarlo en persona o por teléfono antes que por escrito. No hay color.
Gracias Alba 🙂 , realmente nos «programamos» para esperar cosas diferentes.Y muchos aspectos no verbales ( gestos, tonos de voz,…) a veces hablan por sí solos. Un saludo!