Hoy escribe para nosotros/as Yeray David Rodríguez , (colaborador de EA ) , quien conoce de primera mano los misteriosos caminos de Internet:

 

En la extraordinaria película La vida de los otros se retrata el férreo control que la Stasi, el servicio de vigilancia de la RDA, ejercía sobre los ciudadanos que consideraban potencialmente subversivos o peligrosos. Hoy en día lo tendría realmente fácil.

Muchos de nosotros somos conscientes que nuestras comunicaciones electrónicas o incluso nuestros hábitos de comunicación podrían estar siendo vigilados por gigantes misteriosos e indefinidos como la NSA americana o las compañías de comunicaciones, pero solemos dar carpetazo al asunto con frases como al fin de cuentas, no hago nada raro en la web¿porqué iban a querer investigarme a mí, que soy el último mono? 

otrosPensar de esta forma es un error, tal y como lo mostró en su charla la periodista Marta Peirano. Incluso cuando no hagamos ningún uso ilegal de la web, la incorporación a gigantescas bases de nuestra actividad digital puede ser un auténtico peligro para nuestra intimidad o incluso nuestra integridad física. Tener la conexión de datos de nuestro móvil activa es ya una puerta abierta a revelar nuestros hábitos de vida, que en manos de terceros malintencionados (y no olvidemos que los robos de datos han sido frecuentes últimamente) es un auténtico filón para usos ilícitos. Un ejemplo: las compañías telefónicas saben perfectamente cuando no estamos en casa. Basta con acceder a esta información para desvalijarnos con total impunidad. Y siguiendo el ejemplo propuesto por Marta, las autoridades aduaneras de un país con pena de muerte para homosexuales lo tiene fácil para conocer nuestra orientación sexual si tiene acceso a estas bases de datos.

Sin embargo, hay una buena noticia: realmente tenemos cierto control sobre nuestros datos. Tenemos persianas en nuestra casa de cristal, sólo tenemos que bajarlas. Existen multitud de aplicaciones para encriptar (es decir, ocultar) nuestras comunicaciones electrónicas, algunas de ellas gratuitas, como el navegador TorBrowser. Muchos de los antivirus actuales ofrecen también herramientas de ocultación de hábitos de tráfico.

Pero de nada sirven las herramientas si no controlamos el uso de nuestros datos privados en la web. ¿Es realmente necesario decir en las redes sociales que mañana salimos de vacaciones? ¿Tan útil nos va a ser esa tarjeta de descuento que nos ofrecen a cambio de dar todos nuestros datos personales?

No es cuestión de tener miedo a Internet, pero no es mala idea detenerse a leer un poco sobre privacidad y seguridad en la web y seguir algunas pautas. Al igual que con la física, protejamos también nuestra casa digital. Tal vez algún día, cuando estemos en la frontera de un país exótico con no demasiada tradición democrática y un agente con pinta de pocos amigos esté consultando la información de nuestro pasaporte, nos vendrá bien que no sepan a qué manifestaciones hemos ido o qué periódicos subversivos hemos estado leyendo.

 

 

Al estudiar Psicología una de las cosas que más me impactó aprender es que podemos aprenderlo todo, incluso a que no podemos hacer nada.

Cuando escucho a alguien que siente que nunca va a resolver un problema, a sentirse bien, a encontrar trabajo,… le veo como una rata. No piensen mal, es que hubo un experimento de un psicólogo que se llamaba Seligman en el que la protagonista era una rata.color-rat-399706_640

A la rata la encierran ( siempre las ratas, las pobres) en una caja con dos compartimentos: uno de seguridad y otro de peligro . Cuando la rata, curiosa como es ella, entraba en el compartimento de peligro se le aplicaban descargas eléctricas. Sin embargo en el de seguridad nunca ocurría esto. La rata aprendió, por tanto,que lo que tenía que hacer cuando aparecían las descargas era cambiarse de sitio.

Esto en una primera fase del experimento. Después, sin embargo, la cosa cambió: los dos compartimentos se volvieron zonas de peligro, y fuese a donde fuese, la rata podía recibir descargas en cualquier momento.

¿Qué creen que hizo la rata cuando se dio cuenta de esto?….

El resultado fue que encontraron a la pobre infeliz inmóvil, agazapada en un rincón sin moverse, sin hacer nada, porque aprendió que no podía hacer nada por evitar el dolor.

Esto nos pasa a los animales humanos también: llega un momento en que aprendemos ( no quiere decir que sea real) que , independientemente de nuestras acciones, nuestra situación no va a cambiar y caemos en la desesperanza, que es la mayor compañera de la depresión y predictora de intentos de suicido también. Y a esto lo llamaron Indefensión Aprendida.

Difícilmente lo que nos sucede es totalmente fruto de la mala suerte, el destino, o como quieran llamar a aquello que no podemos controlar. Siempre hay algún aspecto que depende de nosotros, aunque sea la actitud con que encajamos los golpes.

Si me veo con mayor  control sobre lo que ocurre, emprenderé más acciones dirigidas al cambio. Y entonces habrán más posibilidades que las cosas realmente cambien . ¿O no?

 

 

 

 

 

Se acaban las vacaciones  de  verano, ésa es la realidad . Ahora podemos pensar que ocurren dos cosas:

1 Volvemos a lo normal, después de una época «especial», de actividad distinta. Esto quizá sobre todo lo piensen aquellos/as que han tenido unas vacaciones largas, de un mes o así.

2 Se abre una nueva etapa, como un curso nuevo, con las oportunidades que esto supone. Y empezamos a apuntarnos a clases, deporte, a coleccionar,…cubo

En la primera respuesta es cuando podemos echar en falta la libertad de las vacaciones, el ocio, o la compañía de algunas personas. Es entonces cuando tendremos que hacer un esfuerzo para habituarnos de forma progresiva a los ritmos y las responsabilidades. Y recordar que no siempre hemos estado de vacaciones, y hemos podido ser felices.

Por otro lado, si tomamos la vuelta con muchas ganas, nos podemos estar fijando objetivos poco realistas, sobre todo si los nuevos proyectos no son conocidos para nosotros/as y no sabemos cuánto tiempo y energía realmente van a requerir. Podemos frustrarnos fácilmente, por lo que será mejor comprometernos con metas muy accesibles , y según vaya la cosa, atrevernos con más.

También es cierto que cada vez más personas se van de vacaciones fuera de verano, en Mayo, Octubre,etc.   Aún así podemos notar cambios al finalizar el verano, con los cambios estacionales, de horas de luz,… y quizá también porque nuestro cerebro sigue asociando el verano con vacaciones y ocio; son muchos años de vida escolar y académica…

En fin, cada estación con sus sorpresas y sus oportunidades. Cualquiera que sea tu caso, te deseo un feliz final de verano 🙂